Miles de criadas de diplom¨¢ticos trabajan esclavizadas en EE UU
Human Rights Watch denuncia la situaci¨®n de los trabajadores
Mujeres procedentes de Am¨¦rica Latina, ?frica, Asia y el mundo ¨¢rabe y musulm¨¢n son, seg¨²n el informe de Human Rights Watch, las v¨ªctimas de esta situaci¨®n. El estatuto de los diplom¨¢ticos les permite llevar a Estados Unidos a sus propios empleados dom¨¦sticos, para los que consiguen visados sin mayores problemas. Pero los visados de estos empleados est¨¢n vinculados a su relaci¨®n laboral con el diplom¨¢tico, lo que, seg¨²n ha denunciado Human Rights Watch a la prensa y al Departamento de Estado, se asemeja a las condiciones de la esclavitud o el feudalismo.
En los ¨²ltimos a?os, los diplom¨¢ticos extranjeros acreditados ante el Gobierno de Estados Unidos, la Organizaci¨®n de Naciones Unidas (ONU) y la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), y altos funcionarios de organismos econ¨®micos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, han importado a Washington y Nueva York m¨¢s de 35.000 trabajadores dom¨¦sticos, en su mayor¨ªa mujeres j¨®venes de sus respectivos pa¨ªses de origen. 'Estas personas', seg¨²n Human Rights Watch, 'llegan a Estados Unidos para escapar de la pobreza, pero pronto se convierten en trabajadores discriminados y cautivos de algunos de los patronos m¨¢s poderosos del mundo'.
En una informaci¨®n sobre este esc¨¢ndalo, The New York Times cit¨® ayer varios casos concretos de trabajadores que han denunciado su situaci¨®n ante las autoridades norteamericanas. Entre ellos el de la boliviana Juana Condori, cuyo patr¨®n, diplom¨¢tico ante la OEA, le confisc¨® el pasaporte, le oblig¨® a trabajar siete d¨ªas a la semana y le prohibi¨® salir sola a la calle. Condori, que afirma haber sido violada por un amigo de su jefe, cobraba 220 d¨®lares al mes (poco m¨¢s de 40.000 pesetas), una cifra insignificante en Washington.
El diario tambi¨¦n menciona a la nicarag¨¹ense Lidia Altamirano, que trabaj¨® siete d¨ªas a la semana durante tres a?os, con frecuencia hasta pasada la medianoche, para un funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y la mauritana Hapsatou Sarr, que jam¨¢s cobr¨® en los ocho meses que pas¨® en casa de un funcionario del Banco Mundial.
El Departamento de Estado asegur¨® ayer que se toma este asunto 'muy seriamente' e inform¨® de que ha urgido a los diplom¨¢ticos extranjeros a respetar los derechos humanos y laborales de sus empleados dom¨¦sticos.
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