Detenidos

No se sabe con certeza qu¨¦ tiene que ocurrir para que ETA decida un d¨ªa disolverse, como le piden incluso sectores minoritarios de su brazo pol¨ªtico; pero es seguro que una condici¨®n es que cada vez sea mayor el n¨²mero de activistas detenidos y cada vez menor el tiempo transcurrido entre los cr¨ªmenes que cometen y el momento de su captura.

Las detenciones de ayer son importantes por la incautaci¨®n de 35 kilos de explosivos, suficientes para llenar de muerte y destrucci¨®n cualquier calle de Espa?a, y tambi¨¦n por la posible presencia entre los detenidos de al menos algunos de los miembros del comando itinerante que cometi¨®, hace tan s¨®lo cinco d¨ªas, el atentado de Logro?o. La existencia en su poder de un plano de esa ciudad con indicaciones sobre el lugar en que estall¨® el coche bomba avala esa hip¨®tesis.

Casi nadie discute ya que no existe medida pol¨ªtica m¨¢s urgente para acabar con el terrorismo que la eficacia policial. As¨ª lo indica la experiencia internacional, y tambi¨¦n la de los poli-milis. La receptividad de los terroristas a los argumentos contrarios a la perpetuaci¨®n de la violencia depende menos de la entidad de las concesiones pol¨ªticas que se les ofrezcan que de la evidencia de que la mayor¨ªa de ellos acaban en prisi¨®n. Ello vale tambi¨¦n en relaci¨®n a la kale borroka, principal cantera para la renovaci¨®n de ETA.

Los indicios de que algunos de los detenidos participaron en los desmanes de Bergara, a comienzos de mes, parecen confirmar la sospecha del consejero Balza de la implicaci¨®n directa de ETA en la violencia callejera. Y la detenci¨®n en las ¨²ltimas horas por parte de la Ertzaintza de dos personas acusadas de participar en actos de esa naturaleza viene a recordar la complementariedad de la acci¨®n de las diversas polic¨ªas y la necesidad de aumentar la eficacia de todas ellas mediante una m¨¢s leal cooperaci¨®n.