Los rebeldes de Soweto, 25 a?os despu¨¦s
La famosa poblaci¨®n de Sur¨¢frica ha cambiado mucho desde la revuelta que condujo a la ca¨ªda del 'apartheid'
En medio del ruido de los ordenadores y de grupos de j¨®venes que leen su correo electr¨®nico, Wisani Sambo, de 18 a?os, observa si alguien requiere su ayuda. Ella es una de las voluntarias de la Villa Digital de Soweto, entidad financiada en gran parte por Microsoft y uno de los pocos centros de inform¨¢tica del barrio. 'Yo estudio inform¨¢tica y espero poder crear programas de ordenador alg¨²n d¨ªa. No s¨¦ lo que pas¨® el 16 de junio de 1976. La verdad es que no me gusta detenerme a pensar en el pasado, sino que prefiero concentrarme en el futuro', afirma.
El 16 de junio es el D¨ªa de la Juventud en Sur¨¢frica y fiesta nacional. Ayer conmemoraba los 25 a?os desde que unos 20.000 escolares protestaran por la imposici¨®n del idioma afrikaans (mezcla de ingl¨¦s y holand¨¦s) en las escuelas y encendieran con ello un movimiento que culmin¨® con la liberaci¨®n de Nelson Mandela en 1992, la obtenci¨®n del derecho a voto de la poblaci¨®n negra y el nombramiento del primer presidente negro en 1994.
La violencia, que antes era expresi¨®n de rebeli¨®n, hoy aterroriza a toda Sur¨¢frica
Ning¨²n lugar tiene m¨¢s historia pol¨ªtica y ha generado m¨¢s mitos que Soweto, el principal municipio de Sur¨¢frica, situado a 15 kil¨®metros al suroeste de Johanesburgo. Desde siempre, Soweto -abreviaci¨®n de South West Township- ha sido considerado el coraz¨®n de la vida urbana de los negros surafricanos. Pero eso significa poco para los j¨®venes de hoy.
Wisani Sambo naci¨® en Soweto y sus parientes estuvieron involucrados en las protestas de los a?os setenta y ochenta. A Wisani eso le importa poco: no se cansa de decirles a los j¨®venes que llegan hasta la Villa que en la inform¨¢tica est¨¢ el futuro y una posibilidad de trabajo. Con un afectado acento de negra estadounidense, Wisani explica que las primeras elecciones democr¨¢ticas de 1994 son m¨¢s importantes que el levantamiento estudiantil de los setenta. 'Es la democracia lo que me permite estudiar lo que quiero, pensar m¨¢s hacia atr¨¢s s¨®lo me amarga', explica.
Antoinette Peterson, de 42 a?os, cree que los j¨®venes de hoy saben poco de la historia de Soweto. 'Yo he visitado escuelas en Suecia y Alemania y los j¨®venes de all¨¢ saben m¨¢s historia surafricana que los de aqu¨ª', afirma. Antoinette se hizo famosa con una foto en que aparece corriendo y gritando al lado de su hermano Hector Peterson, de 12 a?os, que en medio de los tiroteos de la polic¨ªa era trasladado en brazos y sangrando. Hector fue la primera v¨ªctima de las protestas. Esa imagen recorri¨® el mundo el 16 de junio de 1976.
Desde 1987, Antoinette fue la gu¨ªa principal del improvisado museo construido en contenedores alrededor del monumento erigido en memoria de Hector. Su madre, como la madre de Mbuyisa Makhubo, el hombre que llevaba en sus brazos a Peterson ese d¨ªa, son due?as de tiendas de souvenirs en el complejo. Aunque el Gobierno est¨¢ construyendo el Museo Hector Peterson, los atrasos impedir¨¢n que sea inaugurado para el 25? aniversario de los levantamientos. Antoinette ser¨¢ la encargada del centro.
'Cuando recuerdo 1976 ya no siento amargura ni tristeza. Vivo los recuerdos y conmemoraciones como parte del proceso que me permite sanar mi herida. S¨¦ que todav¨ªa queda mucho por hacer, pero Roma no se hizo en un d¨ªa. Las cosas est¨¢n cambiando y conf¨ªo que para mejor', explica Peterson. 'Creo que los colegios deber¨ªan explicar mejor que los beneficios de hoy son gracias a los sacrificios del pasado. El museo ser¨¢ de gran ayuda para eso', a?ade. Durante las protestas de 1976, Soweto no ten¨ªa electricidad, las calles no estaban pavimentadas y muy pocas casas ten¨ªan agua corriente. En los a?os ochenta esa situaci¨®n empez¨® a cambiar. Pero los j¨®venes de Soweto est¨¢n descontentos. Con tasas de desempleo del 60% y una alta probabilidad de contraer el sida, el futuro no parece ofrecer muchas oportunidades. Siete a?os despu¨¦s de haber recuperado la democracia, las expectativas hace tiempo que dieron paso a la decepci¨®n. En las ¨²ltimas elecciones provinciales s¨®lo un cuarto de los j¨®venes entre 18 y 29 a?os vot¨®.
Empezar algo nuevo Para Sandile Tshazibane, un estudiante de secundaria de 16 a?os, 'no vale la pena quedarse en el pasado. Los negros y los blancos tenemos que olvidar lo que pas¨® y empezar algo nuevo', sostiene. Sandile sue?a con ser un famoso cantante de kwaito, ritmo que naci¨® con la democracia en Soweto y que hoy ocupa los primeros lugares de los rankings juveniles entre la poblaci¨®n negra. 'La pol¨ªtica y los pol¨ªticos son aburridos', afirma.
El colegio en que estudia Sandile tiene las ventanas rotas, el gimnasio ha sido incendiado y hay huellas de bala en las paredes. Los proyectiles no llegaron all¨ª en los setenta, sino durante tres peleas entre estudiantes ocurridas el a?o pasado. La violencia que hace 25 a?os era expresi¨®n de rebeli¨®n, hoy aterroriza a toda Sur¨¢frica y, en particular, a los habitantes de Soweto. La pobreza contin¨²a: el 60% de las familias sobrevive con menos de 182 d¨®lares al mes.
'Las protestas de junio de 1976 tomaron por sorpresa incluso a los estudiantes que participaron en ellas. Hoy mucha gente no siente orgullo por ese acto de desaf¨ªo al r¨¦gimen, hasta entonces todopoderoso, del apartheid. Algunos creen que malgastaron in¨²tilmente su juventud', explica Dumisani Ntshangase, coautor del libro Soweto, 16 de junio 1976, una recopilaci¨®n de entrevistas a participantes en la revuelta que se present¨® ayer. 'Pero sin esas marchas, el hombre negro no habr¨ªa recuperado la confianza. Soweto nos demostr¨® que pod¨ªamos ganar. Dio el empuj¨®n final en la destrucci¨®n de la imagen del r¨¦gimen blanco', agrega Ntshangase. Y Wisani Sambo no habr¨ªa podido estudiar inform¨¢tica.
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