Campos sin ley
El caso de los pasaportes falsos ha sumido al f¨²tbol espa?ol en el descr¨¦dito, y no s¨®lo por la certeza de que varios futbolistas extranjeros han falsificado sus documentos para jugar como comunitarios, sino por la sospecha de que el fraude es de calado. Un fraude sostenido adem¨¢s por una densa trama de intermediarios y jugadores corruptos, dispuestos a burlar la ley y sacar ventaja de la favorable condici¨®n que mantienen los futbolistas comunitarios, que no ocupan plaza de extranjeros en Europa tras la sentencia Bosman.
Por las investigaciones efectuadas por el Parlamento de Brasil, pa¨ªs de donde proceden muchos de los futbolistas con pasaportes falsos, los clubes tambi¨¦n forman parte de esta red fraudulenta, con lo que eso supone de desprecio por la ley, de existencia de ilegales de cinco estrellas y por aquello que debe preservar el deporte a toda costa: el principio de igualdad a la hora de competir, pues es evidente que algunos clubes han tenido ventaja al disponer de jugadores con pasaporte falso de comunitarios. El asunto es tan grave que parecer¨ªa conveniente eliminar cualquier traba a los extranjeros para evitar el negocio del fraude y las ventajas ilegales.
Hasta el momento, los diferentes ¨®rganos jurisdiccionales del deporte espa?ol no han encontrado pruebas de que los clubes hayan cometido irregularidades, de manera que no se ha actuado contra ellos con la dureza que exigen los reglamentos: la p¨¦rdida de puntos o el descenso de categor¨ªa. El dictamen del Comit¨¦ Superior de Disciplina Deportiva en el caso Barata -jugador brasile?o del Tenerife con pasaporte falso- concluye que no hubo conocimiento del fraude por parte del club. En Italia, Sergio Cragnotti, presidente del Lazio, est¨¢ incurso en un proceso penal por su participaci¨®n en la presunta adulteraci¨®n del pasaporte del jugador argentino Ver¨®n. En Francia, el Saint ?tienne ha sido castigado con la p¨¦rdida de puntos por incluir jugadores con pasaportes falsos. Esta l¨ªnea es coherente: si los intermediarios y los jugadores se benefician del fraude puesto que su condici¨®n de comunitarios multiplica su valor en el mercado, lo mismo ocurre con los clubes, que sacan ventaja en la competici¨®n y est¨¢n en excelentes condiciones de obtener un mejor rendimiento econ¨®mico en los traspasos de sus jugadores cuando son de la UE.
Espa?a se incorpor¨® tarde y con desgana a la persecuci¨®n del delito de los pasaportes falsos. Por desgracia, generalmente se ha actuado de manera permisiva frente a las irregularidades: las deudas de los clubes; las exenciones fiscales de los jugadores por m¨¢s que discutibles contratos de imagen, o el incumplimiento de normativas que deber¨ªan haber condenado a algunos equipos a Segunda Divisi¨®n y que, sin embargo, termin¨® por generar un monstruo de campeonato con 22 clubes, o el indulto al Barcelona, que juega la Copa despu¨¦s de no presentarse a disputar la semifinal del pasado a?o frente al Atl¨¦tico de Madrid. Con estos precedentes y con el esc¨¢ndalo de los pasaportes falsos, el f¨²tbol espa?ol se enfrenta a un grav¨ªsimo problema de credibilidad que puede tener consecuencias nefastas para su buena salud.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.