Gasolinas sin cadenas

Las decisiones m¨¢s recientes del Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC) est¨¢n perfilando la sospecha de que el mercado de las gasolinas y gas¨®leos est¨¢ f¨¦rreamente controlado por las grandes empresas petroleras. En virtud de ese dominio, pueden fijar los precios finales de los combustibles a su voluntad. La sanci¨®n de 200 millones de pesetas impuesta por el TDC a la compa?¨ªa Cepsa, la segunda en importancia del mercado espa?ol, por imponer el precio de venta al p¨²blico en las gasolineras que no son de su propiedad, pero que est¨¢n abanderadas por ella, parece ratificar que las compa?¨ªas petroleras -Repsol tiene pendiente de resoluci¨®n un expediente similar- han utilizado los contratos con las estaciones de servicio bajo su control para condicionar los precios finales y presumiblemente para limitar la competencia.

La legislaci¨®n europea, que supuestamente ha vulnerado Cepsa con algunos de sus contratos, establece claras diferencias entre revendedores, a los cuales el suministrador no puede imponer el precio final de venta, y comisionistas, que venden gasolina a un precio y comisi¨®n pactados. El TDC entiende que Cepsa ha tratado a los revendedores como si fueran comisionistas, con lo cual ha impuesto los precios de forma improcedente. Desde tiempo atr¨¢s, las autoridades de competencia ten¨ªan la sospecha de que el r¨¦gimen de contratos de las grandes petroleras con las estaciones de servicio era una de las piezas fundamentales del control de precios.

La sanci¨®n a Cepsa es el primer paso para aclarar las relaciones contractuales de las estaciones de servicio con las grandes operadoras. Los vericuetos de la contrataci¨®n, junto con las dificultades administrativas para la construcci¨®n de las gasolineras, est¨¢n en la ra¨ªz de los estrangulamientos del mercado de los carburantes que, entre otras cosas, explican el impacto diferente de la subida del petr¨®leo en Espa?a y en Europa. La decisi¨®n del TDC dif¨ªcilmente acarrear¨¢ una rebaja inmediata de los precios, pero al menos servir¨¢ para abrir el mercado y romper las peligrosas relaciones de dominio vertical -las petroleras controlan todas las fases del negocio nacional, desde la exploraci¨®n hasta la venta minorista de gasolinas y gas¨®leos-, que son el modelo imperante en los 10 ¨²ltimos a?os.