El 'sursuncorda'
Hace m¨¢s de un a?o que el consejero de Gobernaci¨®n, Alfonso Perales, no nos informa sobre los progresos deportivos de Manuel Chaves. Pero no cabe duda de que el presidente est¨¢ en buena forma y lleno de moral. Hasta el punto de que piensa volver a presentarse a las elecciones auton¨®micas por quinta vez y tiene claro que va a ganar incluso si se presenta el mism¨ªsimo sursuncorda, latinajo desprendido de la vieja misa preconciliar que significa 'arriba los corazones' y que, seg¨²n coinciden todos los diccionarios que he consultado, define a un 'supuesto personaje an¨®nimo de mucha importancia'.
Es curioso c¨®mo el esp¨ªritu deportivo se ha terminado adue?ando de la pol¨ªtica. Cuando hablo de esp¨ªritu deportivo no me refiero al juego limpio ni al amortizad¨ªsimo lema del bar¨®n de Coubertin, sino al esp¨ªritu de hinchada. La pol¨ªtica se convierte en mera competici¨®n. Dentro del PSOE esta idea est¨¢ bastante arraigada entre los tres barones -Chaves, Ibarra y Bono-, que convierten su historial de victorias electorales en principal patrimonio y relevante virtud. Lo importante es ganar y ganar muchas veces, aunque se haya olvidado para qu¨¦ se quer¨ªa ganar y al final la pol¨ªtica se reduzca a ocupar los espacios que median entre elecci¨®n y elecci¨®n con operaciones de imagen. Para eso, tanto da plantear la resurrecci¨®n de la pena de escarnio publicando listas de maltratadores, proponer impuestos especiales para los bancos, querellarse contra las tabaqueras o pedir la intervenci¨®n del Ej¨¦rcito en la acogida de los inmigrantes ilegales.
No es probable que buena parte de la militancia socialista comparta este criterio: al menos los delegados del ¨²ltimo congreso del PSOE no parecieron muy impresionados por la innegable capacidad de cosechar votos en Castilla-La Mancha que Jos¨¦ Bono ha demostrado hasta el momento. En cualquier caso, hay que pensar que -como dicen los folletos de los fondos de inversi¨®n- los resultados hist¨®ricos no garantizan resultados futuros. Quiz¨¢ de ah¨ª venga el escepticismo de la militancia.
Pero el escepticismo tambi¨¦n puede ser producto de la memoria. Al fin y al cabo, los tres barones llegaron a sus cargos en un momento en que funcionaba tan bien la marca PSOE que, como sol¨ªa decir Alfonso Guerra, 'si presentamos a una cabra, gana'. Luego, ya en el poder -y esto vale tambi¨¦n para el poder econ¨®mico-, hacerse un l¨ªder no debe de ser tan dif¨ªcil, a la vista de los resultados. ?Ser¨ªan en este momento Beneroso & Benjumea dos aclamados financieros si no llegan a la presidencia de sus cajas con la cuota de la cabra? ?Si Chaves se presentara ahora por vez primera a las elecciones auton¨®micas, tendr¨ªa posibilidades de ganar? ?Ser¨ªa incluso considerado seriamente como candidato?
Conviene hacerse preguntas como ¨¦stas antes de rechazar iniciativas como la limitaci¨®n de mandatos en los cargos pol¨ªticos. Pensar que lo existente s¨®lo puede ser sustituido por el vac¨ªo, por el caos o por un fracaso es un error. Con frecuencia, a la historia le gusta dar sorpresas agradables. Tras un aparentemente indispensable Mitterrand, lleg¨® Jospin y los franceses ganaron con el cambio.
?Es que estas cosas no pueden ocurrir por aqu¨ª cerca?
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