Cambiar Italia

En su investidura como primer ministro, superada ayer sin problemas, el magnate Silvio Berlusconi ha prometido 'cambiar Italia'. De hecho, algo ha cambiado ya con su ascenso al poder tras su breve paso en 1994. El presidente del Consejo de Ministros tiene ya el control de las seis principales cadenas generalistas de televisi¨®n: las tres del holding Fininvest, del que es accionista mayoritario, y las tres estatales. Esta anomal¨ªa democr¨¢tica resulta preocupante. Berlusconi ha prometido que antes de la pausa veraniega propondr¨¢ una ley para resolver este 'conflicto de intereses'. Uno de sus asesores ha mencionado la posibilidad de crear un comit¨¦ independiente que supervise el consejo de administraci¨®n del grupo. Pero s¨®lo la venta de sus acciones evitar¨ªa el conflicto entre los intereses del ciudadano y del presidente Berlusconi, con una fortuna personal cuyos or¨ªgenes est¨¢n siendo investigados.

Berlusconi ha llegado prometiendo lo mismo que durante su campa?a: menos impuestos, m¨¢s ingresos, m¨¢s cuidados para los mayores y una descentralizaci¨®n federal. El debate se ha centrado en el buco, el agujero equivalente a unos dos billones de pesetas que dice haber descubierto en las cuentas p¨²blicas, fruto de la mala gesti¨®n de los anteriores gobiernos de centro-izquierda del Olivo. Si es as¨ª, lo va a tener mal para gobernar y cumplir sus promesas, dados los estrechos m¨¢rgenes en materia de d¨¦ficit p¨²blico y deuda a que obliga la pertenencia a la moneda ¨²nica europea.

Sus primeras actividades han estado dirigidas a tranquilizar a sus socios internacionales en la cumbre de la OTAN, en las reuniones de Gotemburgo y, a mediados de julio, en la reuni¨®n del G-8 en G¨¦nova, tras el nombramiento como ministro de Exteriores de Renato Ruggiero, un diplom¨¢tico de prestigio que dirigi¨® la Organizaci¨®n Mundial de Comercio.

Hasta ahora ha mantenido a raya a sus socios de coalici¨®n, a los que no ha dado carteras con poder real. Umberto Bossi, l¨ªder de la anta?o separatista y a¨²n xen¨®foba Liga Norte, ser¨¢ el responsable de Reforma y Descentralizaci¨®n, mientras que Gianfranco Fini, de la posfascista Alianza Nacional, se convierte en vicepresidente ¨²nico, sin atribuciones concretas. Ha quedado claro que quien manda en esta nueva Italia es Berlusconi. ?l lo llama 'presidencialismo moderno'.