Los asesinos del ni?o James Bulger quedan en libertad vigilada de por vida
El Gobierno, que controlar¨¢ todos sus pasos, les concede una identidad y un pasado falsos
Adoptada por la Junta para la Libertad Condicional, formada por un juez, un psiquiatra y un experto independiente, la decisi¨®n de liberar a Thompson y Venables fue confirmada en una nota remitida a la C¨¢mara de los Comunes por el nuevo ministro de Interior, David Blunkett. Consciente de lo delicado del caso, ¨¦ste subray¨® en su escrito que los muchachos no salen a la calle como personas libres. 'Ser¨¢n vigilados el resto de sus vidas y tendr¨¢n que rendir cuentas de lo que hacen si no desean volver a ser recluidos. De considerar que constituyen un riesgo para sus semejantes ser¨ªan arrancados de nuevo de la sociedad a la que regresan con condiciones', afirma Blunkett.
El ministro quiso dejar claro que comprende los sentimientos de la familia de James Bulger, a la que ofreci¨® su apoyo. 'Nadie ha olvidado lo ocurrido con James y las repercusiones de su muerte dentro y fuera del Reino Unido, pero el inter¨¦s general no puede servirse a base de seguir persiguiendo a los autores de tan horrendo crimen', concluye su nota. Confinados desde hace ocho a?os en dos centros distintos para menores, Thompson y Venables se llevaron a James Bulger de la mano del centro comercial de la localidad de Bootle, al noroeste de Inglaterra en febrero de 1993. Despu¨¦s de una larga caminata le torturaron hasta la muerte junto a las v¨ªas del tren. Luego dejaron su cuerpo en las traviesas para que pareciera un accidente. Cuando la polic¨ªa lo encontr¨®, el cad¨¢ver estaba destrozado porque hab¨ªa sido arrollado por un tren. En manos de expertos en la rehabilitaci¨®n de menores, la pareja ha venido prepar¨¢ndose para su liberaci¨®n desde hace meses. No s¨®lo cuentan con un nombre distinto. Su pasado ha sido reinventado de com¨²n acuerdo con sus cuidadores y nunca podr¨¢n verse. Tienen tambi¨¦n prohibido el contacto con la familia Bulger.
Poco despu¨¦s de conocerse la decisi¨®n oficial, Denise Fergus, la madre del ni?o asesinado, hizo saber a trav¨¦s de sus portavoces que estaba desecha y asombrada. 'No se trata de vengarse por lo ocurrido. Ella sostiene que se le ha negado la justicia m¨¢s esencial. Unos criminales as¨ª deber¨ªan haber permanecido encerrados entre quince y veinte a?os', dijo su representante, Norman Brennan. Para Ralph Bulger, padre de James, la liberaci¨®n es 'horrible, falta de sentido y nunca podr¨¢ llegar en un buen momento'. A estos reproches de la familia del peque?o asesinado, se uni¨® tambi¨¦n ayer la cr¨ªtica de Ann Widdecombe, portavoz conservadora de Interior. 'Si se les quiere ahorrar a estos chicos la terrible experiencia de las c¨¢rceles de adultos, a las que ir¨ªan dada su edad y que truncar¨ªa su proceso de reinserci¨®n social, tiene que haber una tercera posibilidad. Un lugar seguro y oculto, por ejemplo, donde puedan seguir encerrados hasta cumplir los 15 a?os de reclusi¨®n impuestos sin ¨¦xito en 1994 por el entonces ministro tory de Interior, Michael Howard', afirm¨®.
La decisi¨®n de Howard modificaba la pena m¨ªnima de ocho a?os, luego aumentada a un m¨¢ximo de 10, decidida por los jueces brit¨¢nicos en 1993. Los abogados de Thompson y Venables consideraron que un pol¨ªtico no deb¨ªa interferir en las condenas judiciales y su opini¨®n fue corroborada en 1999 por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. De car¨¢cter vinculante, esta ¨²ltima decisi¨®n ha precipitado al final la liberaci¨®n de la pareja que, seg¨²n los juristas europeos, fueron juzgados adem¨¢s como si fueran adultos y no fueron protegidos del acoso de los medios de comunicaci¨®n.
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