Perseguidos por su sexualidad
Amnist¨ªa Internacional denuncia que 70 pa¨ªses a¨²n consideran delito y persiguen la homosexualidad
'Al llegar la medianoche me dijeron: 'vamos a ense?arte una cosa'. Me quitaron al ropa y me violaron. Recuerdo que me violaron dos de ellos; despu¨¦s, me desmay¨¦'. El relato es de Christine. Fue torturada en un centro de detenci¨®n secreto de Uganda. La abandonaron en una habitaci¨®n junto con tres detenidos varones que la violaron. Fue detenida por ser lesbiana. En Uganda, la homosexualidad no es s¨®lo un tab¨² social, sino un delito.
Torturados, sometidos a abusos sexuales, obligados a recibir tratamiento psiqui¨¢trico, forzados a huir de sus pa¨ªses a causa del terror. En el mundo entero, homosexuales de ambos sexos, bisexuales y transexuales corren un peligro especial de ser v¨ªctimas de violaciones de derechos humanos a causa de su identidad sexual, seg¨²n declar¨® ayer Amnist¨ªa Internacional en un informe que integra la campa?a Tortura, nunca m¨¢s. La tortura basada en la identidad sexual es, en opini¨®n de Amnist¨ªa, 'una verg¨¹enza mundial no reconocida'.
Cr¨ªmenes de odio, conspiraci¨®n de silencio: tortura y malos tratos basados en la identidad sexual describe la terrible situaci¨®n de las miles de personas que son torturadas porque su orientaci¨®n sexual se considera una amenaza para el orden social. En m¨¢s de 70 pa¨ªses, las relaciones entre personas del mismo sexo son consideradas un delito, y en algunos casos incluso son castigadas con la pena de muerte. En EE UU son seis los Estados que proh¨ªben la sodom¨ªa entre hombres. En otros 14, se proh¨ªbe tanto en las relaciones homosexuales como en las heterosexuales. Casi toda Asia, todo el norte de ?frica y la mayor parte de los pa¨ªses del ?frica subsahariana, Chipre, Rumania, Georgia y Nicaragua son un peque?o ejemplo de los muchos pa¨ªses que tipifican las relaciones homosexuales como crimen. Al castigo penal se une la tortura. 'Pero a pesar de ser una pr¨¢ctica generalizada en todos los continentes, la tortura infligida a estas personas est¨¢ rodeada por una conspiraci¨®n de silencio', asegur¨® ayer Amnist¨ªa. La tolerancia hacia los abusos contra los homosexuales y la reticencia de las v¨ªctimas a mostrarse abiertamente son factores que contribuyen a este brutal silencio.
Ser homosexual no se considera un derecho sino un crimen en muchas partes del mundo. La homosexualidad se ve como un pecado, una enfermedad o una desviaci¨®n. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo son calificadas de 'anticristianas', 'antiafricanas', 'antiisl¨¢micas' o de 'decadencia burguesa'.
Algunos Gobiernos no s¨®lo excluyen a los homosexuales, sino que tambi¨¦n niegan que pertenezcan a la raza humana. El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, los calific¨® de 'infrahumanos'. En Namibia, se inst¨® a la polic¨ªa a que los 'eliminase' de la faz de la tierra.
Gobiernos de todo el mundo recurren a la homofobia como un instrumento para desviar la atenci¨®n de los ciudadanos o para desacreditar y silenciar a los disidentes. En Malaisia, 'la relaci¨®n carnal contra el orden natural' est¨¢ castigada con penas de hasta 20 a?os de prisi¨®n y flagelaci¨®n. A principios de septiembre de 1998, el primer ministro Mahathir Mohamad destituy¨® al entonces viceprimerministro Anwar Ibrahim acus¨¢ndolo de conducta sexual impropia y de constituir una amenaza para la seguridad nacional. Amnist¨ªa considera que las acusaciones fueron una respuesta pol¨ªtica a los llamamientos de Ibrahim en favor de la reforma pol¨ªtica.
En todo el mundo se encarcela a los homosexuales en aplicaci¨®n de leyes que vigilan los dormitorios y convierten un beso en delito. Se los tortura para obtener confesiones de 'desviaci¨®n'. Se los viola para 'curarlos' de ella. Y en las sociedades que los consideran 'desechables', los escuadrones de la muerte los matan.
'Me encerraron y trajeron todos los d¨ªas a un hombre para que me violara, para que me quedase embarazada y tuviera que casarme con ¨¦l. Y lo hicieron hasta que me qued¨¦ embarazada'. Este escalofriante relato de violaci¨®n y embarazo forzado recuerda la violencia que sufrieron las mujeres durante los recientes conflictos en los Balcanes o ?frica central.
Pero este acto de tortura no se cometi¨® bajo custodia ni en un conflicto armado. Le sucedi¨® a una adolescente en su hogar, en Zimbabue. Quienes ordenaron la violaci¨®n no eran comandantes militares enemigos, sino los propios padres de la joven, que estaban tan decididos a corregir el lesbianismo de su hija que hicieron que fuera violada una y otra vez.
Gran parte de la violencia que sufren los homosexuales se produce dentro de la comunidad o de la familia. Pero tambi¨¦n se inflige desde el poder. Frederick Mason , auxiliar de enfermer¨ªa de 31 a?os, fue detenido en Chicago (EstadosUnidos) el pasado mes de julio tras mantener una disputa con su casero. Entr¨® en la comisar¨ªa en perfecto estado de salud. Sin embargo, cuando sali¨® en libertad ten¨ªa una hemorragia rectal. Seg¨²n su testimonio, dos polic¨ªas se lo llevaron a la sala de interrogatorios, donde lo esposaron por los codos y lo inmovilizaron contra la pared. Despu¨¦s, el polic¨ªa que lo hab¨ªa detenido le baj¨® los pantalones, roci¨® su porra con un desinfectante y se la clav¨® en el recto mientras le llamaba 'negro maric¨®n'.
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