Carlos Chausson afirma que los directores ya no ense?an a los cantantes
El bajo triunfa con 'La Cenerentola' en el Real
El juego de piernas que practica con las raquetas en la pista le viene de perlas para perseguir hijas bobas por el escenario. 'El tenis te ayuda mucho para esto', cuenta el bajo bar¨ªtono bufo Carlos Chausson (Zaragoza, 1950). Es la tercera vez que pisa las tablas del Teatro Real con una ¨®pera, y est¨¢ triunfando con La Cenerentola, de Rossini, cuyo Don Magnifico ha cantado cerca de 100 veces. Aun as¨ª no se f¨ªa de las trampas que el compositor italiano coloca a los cantantes en sus partituras: 'Es pura vitalidad, energ¨ªa, te entran ganas de irte de copas cuando le escuchas, pero en su vocalidad hay muchos trabalenguas', dice.
Llega y pide zumo de tomate. Se sienta junto a un ventanal luminoso del teatro con su cuello de cisne y cuando habla le sube y le baja la nuez. Sonr¨ªe y conversa en principio sobre Mozart y Rossini, sus dos compositores favoritos para cantar. No en vano, ha hecho el Figaro de las bodas mozartianas unas 80 veces y de El barbero de Sevilla rossiniano cerca de 130. Son sus fuertes desde que en sus tiempos de estudiante en la Escuela Superior de Canto de Madrid lo hiciera con 25 a?os, edad demasiado temprana para el personaje, y una cr¨ªtica de Antonio Fern¨¢ndez Cid, que todav¨ªa guarda, le aconsejara: 'Si este cantante sigue el camino correcto, llegar¨¢ lejos'.
?l lo entendi¨®: 'Me quer¨ªa decir que si me dedicaba a este tipo de repertorio todo ir¨ªa bien'. Y as¨ª ha sido. Ha cantado en Viena, Nueva York, Mil¨¢n, Berl¨ªn, va a hacer el Cossi fan tutte, de Mozart, con Daniel Barenboim pr¨®ximamente, es asiduo en el Liceo y en la ?pera de Zurich, donde tiene un contrato que le obliga a cantar m¨¢s de 20 veces al a?o. Disfruta con las ¨®peras que le van: 'Mozart es un b¨¢lsamo para la voz. Cuando acabas te deja relajado y tienes ganas de volver a empezar', pero lamenta no haber tenido unas condiciones que le permitan alcanzar tonos m¨¢s altos para meterse en papeles serios. 'Es una de las cosas que siento de verdad, no haber podido meterme en el repertorio verdiano'. Emular a Fischer Dietrich Dieskau, su ¨ªdolo.
?l se toma las cosas con calma. No pasa de las 65 funciones al a?o: 'Lo justo, no necesito cantar m¨¢s, necesito cogerme largas vacaciones, lo hago desde hace tres a?os y llego perfectamente a todos los compromisos. Otros cantan cerca de 100 veces, pero es por necesidad de contacto con el escenario o por dinero, o por ambici¨®n, pero a m¨ª eso no me parece mal, all¨¢ cada cual'.
Habla tranquilo y con franqueza. Est¨¢ en el precalentamiento. Pero las vitaminas del zumo le van haciendo efecto. La cosa empieza porque se queja de que a veces se canta con poco mimo, en el fraseo, por ejemplo, en la claridad de decir las palabras entre la m¨²sica: 'Es una de las cosas fundamentales del canto. A veces no se da porque hay cantantes con poca preparaci¨®n musical. Pero a ¨¦stos, los dirige alguien y hay directores que se preocupan del fraseo y directores que no. Hay directores que ayudan a frasear y otros a los que no les importa. Lo normal es llegar a los ensayos y que no digan nada. No he vuelto a encontrar a alguien como Gian Andrea Gavazzeni, que, con 80 a?os, hac¨ªa de los ensayos aut¨¦nticas lecciones de canto. Como no van a ser juzgados en las cr¨ªticas por el trabajo de los cantantes, no le dedican tiempo'.
Los divos
Luego sube a la red a volear contra los directores de escena. 'Hay pocos directores que hagan ese trabajo extra con los cantantes, pero es que tambi¨¦n hay que contar con que hay directores de escena que no les dejan. En cuatro semanas de ensayos, es dif¨ªcil hacer una sesi¨®n de sala, con piano, porque si lo dedicas a eso, muchos divos de estos que no han ido a la ¨®pera en su vida pueden ponerse como ogros y decir que vas a arruinar el espect¨¢culo', suelta.
Despu¨¦s habla con paciencia de apisonadora sobre las diferencias entre los teatros de ¨®pera en el continente y en Espa?a: 'Deber¨ªamos llegar al nivel de otros pa¨ªses europeos. Por ejemplo, en Zurich, en cuyo teatro de ¨®pera canto 20 veces al a?o desde 1991, se estrenan 15 producciones propias cada temporada y hay funciones todos los d¨ªas', cuenta.
'?Por qu¨¦? Una de las razones es la elasticidad en los precios. Seg¨²n los repartos hay seis niveles de funciones, no seis tipos diferentes de precio en cada funci¨®n, sino funciones que var¨ªan sus precios y as¨ª, en las butacas de patio hay diferencias que oscilan entre 40.000 y 15.000 pesetas', suelta. 'Eso se puede adaptar al nivel adquisitivo espa?ol y la gente vendr¨ªa a la ¨®pera'.
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