SEPI / Aerol¨ªneas Argentinas
Para analizar este caso, lo har¨¦ desde dos puntos diferentes: el empresarial y el pol¨ªtico. Con respecto al primer punto, debo decir que durante la ola privatizadora de Argentina, encarnada y llevada adelante por el ahora convicto (preso) ex presidente Carlos Menem y por el hoy tambi¨¦n ministro de Econom¨ªa, doctor Domingo Cavallo, se entreg¨® a manos espa?olas una de las pocas empresas exitosas del Estado. As¨ª, se entreg¨® una empresa con una facturaci¨®n anual de 1.000 millones de d¨®lares, una rentabilidad tambi¨¦n anual de 90 millones de d¨®lares, una plantilla de 10.000 empleados, invariablecantidad de rutas a¨¦reas, una empresa de bandera nacional y activos por m¨¢s de mil millones de d¨®lares, que comprend¨ªa una flota de 35 aviones propios, un simulador de vuelo ¨²nico en Latinoam¨¦rica y edificios y representaciones en las principales capitales del mundo.
Hoy, a s¨®lo 10 a?os de ese traspaso, tenemos una empresa al borde de la quiebra, con una deuda de 1.000 millones de d¨®lares, con 3.000 empleados menos, casi sin activos propios, ya que en la actualidad AA tiene tan s¨®lo tres aviones propios, se han vendido todos los edificios y el simulador de vuelo ?est¨¢ en Madrid! Entonces se imponen dos preguntas: ?invirtieron?, ?administraron bien? Y la respuesta en ambos casos es 'no', ya que la supuesta 'inversi¨®n' se hizo bas¨¢ndose en el endeudamiento sobre los activos de AA, y en cuanto a la administraci¨®n, est¨¢ a la vista que no lo hicieron correctamente.
En cuanto a la parte pol¨ªtica, en primer lugar debo decir que de ambos lados hablan otro idioma. Por el lado espa?ol, s¨®lo se habla de coyunturas, como lo es la actual situaci¨®n financiera de AA, actitud que se refleja en las palabras del presidente Aznar al decir que 'el Estado espa?ol quiere cumplir con las empresas viables y rentables', y, bueno, ?Aerol¨ªneas Argentinas era una de ¨¦sas! As¨ª, s¨®lo se habla de las consecuencias actuales, pero se dejan de lado las causas del problema.
Por el lado argentino, nuestros pol¨ªticos corren de un lado a otro sin saber qu¨¦ hacer, aportando y diciendo cualquier soluci¨®n 'm¨¢gica' y hasta en algunos tristes casos sacando beneficios pol¨ªticos de esta situaci¨®n. Hoy por hoy, el deporte preferido de los funcionarios argentinos es venir a 'negociar' a Madrid. De este modo, vienen uno a uno, se alojan en los mejores hoteles, se comen unos buenos mariscos y vuelven tan vac¨ªos de propuestas como llegaron.
Ese camino lo iniciaron la actual ministra de Trabajo, el ministro de Econom¨ªa, los secretarios de los gremios de la aerol¨ªnea, los integrantes de una de las tantas comisiones de la C¨¢mara de Diputados y ahora el ministro de Infraestructura. Y, al terminar esas 'negociaciones', invariablemente hacen declaraciones mutuas de buenas intenciones. Y d¨ªa que pasa, d¨ªa que la situaci¨®n empeora.
Roguemos por que los dirigentes de ambos pa¨ªses desplieguen acciones, y no s¨®lo buenas intenciones, ya que, como dijo recientemente el polit¨®logo Giovanni Sartori, 'de s¨®lo buenas intenciones est¨¢ empedrado el cami-no del infierno'.-
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