Disensiones en el entorno de Bush
El Gobierno republicano estadounidense no tiene muy claro c¨®mo elaborar una ley sobre clonaci¨®n de embriones que proh¨ªba crear ni?os cl¨®nicos pero permita seguir investigando el uso de 'c¨¦lulas madre' para reparar ¨®rganos. Y lo tiene a¨²n m¨¢s dificil para hacerla aprobar.
Por un lado, la Administraci¨®n Bush debe responder a su base conservadora religiosa que pide criminalizar la manipulaci¨®n, p¨²blica y privada, de estos embriones. Pero, por el otro, no puede frenar avances cient¨ªficos que respaldan p¨²blicamente miembros de su partido y de su Gobierno.
De all¨ª la confusion. El pasado d¨ªa 20, el subsecreatario de Salud, Claude Allen, asegur¨® ante el Congreso que el presidente Bush apoyaba la opci¨®n m¨¢s radical, es decir la de ilegalizar la clonaci¨®n de embriones para obtener c¨¦lulas madre. Pero hace diez d¨ªas, su jefe, el Secretario, Tommy Thompson, reafirmarba a The Washington Post el papel fundamental de esta investigaci¨®n. 'El presidente quiere buscar un compromiso', asegur¨® entonces Thompson.
Estas disensiones hacen prever que Bush podr¨ªa retrasar varias semanas cualquier decisi¨®n definitiva. Mientras tanto, todo est¨¢ congelado. Al llegar a la Casa Blanca, el presidente estadounidense cancel¨® la legislaci¨®n vigente aprobada por su predecesor, lo cual constituy¨® una soluci¨®n intermedia entre las prudencias pol¨ªticas y las exigencias m¨¦dicas: de esa manera el Gobierno no financiaba las investigaciones con embriones, pero permit¨ªa utilizar fondos p¨²blicos para experimentos sobre c¨¦lulas madre, siempre que hubieran sido compradas a empresas privadas, que no obedecen a ninguna regulaci¨®n.
Las c¨¦lulas madre, que tienen la capacida de cultivarse indefinidamente y transformarse en cualquier tejido, podr¨ªan servir para tratar muchas enfermedades consideradas hasta ahora incurables, y la opini¨®n p¨²blica no es insensible a esas promesas de futuro.
En un Congreso que hace una semanas cay¨® en manos de los dem¨®cratas, cualquier iniciativa del Gobierno republicano tiene dificil aprobaci¨®n. En este caso, adem¨¢s, muchos republicanos, incluso algunos de los que se proclaman m¨¢s antiabortistas, est¨¢n a favor de un ley similar a la elaborada por la Administraci¨®n Clinton. Se habla incluso de que 70 de los 100 senadores estar¨ªan en contra de prohibir la investigaci¨®n de c¨¦lulas madre.
El sector privado, que en todos los casos se quedar¨ªa con la mayor parte de estos experimentos, puesto que todas las opciones proh¨ªben el uso de fondos p¨²blicos para destruir embriones, tiembla ante la perspectiva de una ley que criminalice la clonaci¨®n. Los laboratorios que manejan c¨¦lulas madre esperan convertirse en negocios muy rentables. Algunos han alcanzado ya sustanciosos acuerdos con las grandes compa?¨ªas farmace¨²ticas.
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