Denuncia contra Exxon
La petrolera estadounidense, acusada de colaborar en torturas y asesinatos en Indonesia
La remota regi¨®n indonesia de Aceh se ha convertido en la piedra en el zapato del gigante petrolero Exxon Mobil, y no precisamente por la falta de rentabilidad de sus negocios. En marzo pasado tuvo que suspender sus operaciones en la zona a causa de los combates entre el Ej¨¦rcito indonesio y rebeldes independentistas, y ayer mismo una bomba hizo explosi¨®n cerca del gasoducto que opera en Aceh.
Pero los problemas de la multinacional estadounidense en Indonesia no se ci?en a las cuestiones de seguridad. The International Labor Rights Fund, una organizaci¨®n de derechos humanos con sede en Washington, ha interpuesto una demanda basada en los abusos sufridos por 11 personas en la que se acusa a la petrolera de dar apoyo material y log¨ªstico al Ej¨¦rcito indonesio para violar, torturar y asesinar a civiles sospechosos de estar vinculados a los separatistas de Aceh. En concreto, se acusa a la compa?¨ªa de 'construir o permitir la utilizaci¨®n de edificios donde se interrog¨®, tortur¨® y asesin¨®, proveer de excavadoras para que los militares construyeran cementerios donde enterrar a sus v¨ªctimas y permitir que se usaran caminos abiertos por Exxon para llegar a esas tumbas'.
Los abusos los habr¨ªa perpetrado durante a?os la unidad militar a la que el dictador Suharto encomend¨® la seguridad de un proyecto conjunto participado por el Estado indonesio, Exxon y una compa?¨ªa japonesa para explotar gas natural en la zona de Arun. La unidad, Tentara National Indonesia, fue alquilada por la petrolera estadounidense para garantizar su seguridad en la problem¨¢tica regi¨®n del noroeste de la isla de Sumatra, a pesar del historial de abusos sistem¨¢ticos perpetrados por los aproximadamente 30.000 soldados desplegados all¨ª.
Entre 1989 y 1998, el r¨¦gimen de Suharto secuestr¨®, tortur¨® e hizo desaparecer a miles de civiles de Aceh, una provincia de unos cuatro millones de habitantes con grandes recursos de petr¨®leo y gas natural, fuente de una cuarta parte de las exportaciones de Indonesia. Las atrocidades, seg¨²n la demanda, continuaron tras la ca¨ªda del dictador, en 1998. Numerosos grupos de derechos humanos pidieron a la compa?¨ªa que dejara de operar en la regi¨®n hasta que pudiera hacerlo sin usar a la sanguinaria unidad militar para su defensa. Pero Exxon no s¨®lo rechaz¨® sus peticiones, sino que pidi¨® al Gobierno m¨¢s tropas para proteger el proyecto Arun. El pasado 9 de marzo lo cerr¨® por falta de garant¨ªas de seguridad.
Las historias relatadas por los 11 testigos son escalofriantes. Seg¨²n la demanda presentada contra Exxon hace un a?o, John Doe (nombre falso) conduc¨ªa cerca de la zona donde se encuentran las explotaciones de gas cuando fue detenido por soldados. 'Le pegaron en la cabeza y en el cuerpo, le ataron las manos a la espalda, le vendaron los ojos y le condujeron a un campo de detenci¨®n donde fue torturado durante tres meses con descargas el¨¦ctricas en los genitales'. Al quitarle la venda, su primera imagen fue la de 'una larga ristra de cabezas humanas'. Otro de los testigos recibi¨® un disparo en las piernas. 'Sangr¨® durante horas, mientras los militares lo quemaban con cigarrillos y le golpeaban en el cr¨¢neo y la r¨®tula'. Pudo escapar gracias a que una organizaci¨®n de derechos humanos soborn¨® a funcionarios del Gobierno.
Terri Collingsworth, abogado de International Labor Rights Fund, conoci¨® de primera mano la situaci¨®n en Aceh, invitado por organizaciones que estaban ya sobre el terreno. 'Vimos si hab¨ªa posibilidad de interponer una demanda, y la vimos en la Alien Tort Claims Act, una ley que persigue las violaciones de derechos humanos cometidas por norteamericanos fuera de EE UU. Exxon, que seg¨²n la revista Fortune ostenta el r¨¦cord de ser la empresa con mayores beneficios del mundo, tiene ahora 30 d¨ªas para contestar'. De momento se ha pronunciado a trav¨¦s de un comunicado en el que niega 'categ¨®ricamente' la implicaci¨®n en esos abusos.
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