El observatorio de Blas Infante
Archidona apuesta por la restauraci¨®n del hist¨®rico Colegio de las Escuelas P¨ªas
La construcci¨®n del Colegio de las Escuelas P¨ªas se prolong¨® desde 1759 hasta 1794. Ahora, el Instituto de Ense?anza Secundaria Luis Barahona de Soto se erige en el tradicional instituto de la localidad malague?a de Archidona. Pero los siglos le han dado fama y grandeza a la vez que un progresivo deterioro al centro de ense?anza al que da nombre el poeta y m¨¦dico lucense del siglo XVI. El pueblo trata ahora de preservar el valor educativo que los cl¨¦rigos impregnaron al ahora conjunto monumental.
La llegada de la orden escolapia al municipio fue progresiva desde 1757, escogiendo la ermita del Nazareno (patr¨®n de Archidona) como sede. Con la ayuda de la arist¨®crata archidonense Leonor F¨¦lix de Morales y C¨¢rdenas, construyeron las Escuelas P¨ªas, un edificio que ocupa dos manzanas y nace aprovechando la situaci¨®n previa de dicha capilla. La uni¨®n de las dos alas del colegio la posibilita un arco sobre la calleja que divide ambas manzanas.
Las obras, iniciadas en 1759, comenzaron bajo la direcci¨®n del hermano Blas del Esp¨ªritu Santo, aunque fue el alarife oficial del municipio el que se encarg¨® de ejecutarlas. Fue esta incursi¨®n de Francisco Astorga la que otorga al colegio la unidad con el conjunto patrimonial de Archidona. La similitud estil¨ªstica se hace evidente con la plaza Ochavada, el Convento de las Monjas M¨ªnimas o el Santuario de la Virgen de Gracia. Estos monumentos junto a la Parroquia de Santa Ana, el Convento de Santo Domingo, la Iglesia de la Victoria, la Ermita de San Antonio y Cementerio y el edificio de la Cilla conforman el conjunto hist¨®rico-art¨ªstico del municipio, proclamado en 1980.
Barroco tard¨ªo
'El estilo del colegio escolapio se encuadra en un barroco tard¨ªo con influencias mud¨¦jares propias de la zona. La fachada se caracteriza por el excesivo uso de ladrillos (ra¨ªz mud¨¦jar) combinado con los pa?os de cal. En el interior de sus tres plantas, los pasillos abovedados, los patios interiores o el amplio repertorio de escaleras componen las soluciones de inter¨¦s arquitect¨®nico', comenta el historiador del Ayuntamiento Jacinto Mu?oz. Entre el glosario de escaleras est¨¢n las helicoidales, las de tipo imperial o las culminadas con arco del triunfo.
La iniciativa educativa escolapia en Archidona se convirti¨® pronto en referente de la regi¨®n andaluza desde octubre de 1757, a?o en que comenz¨® la actividad a pesar de no estar terminado el colegio. As¨ª, la educaci¨®n de pago para una treintena de internos procedentes de familias pudientes dejaba hueco a los j¨®venes del pueblo con padres jornaleros o sustentados con la limosna. La experiencia archidonense fue repetida por la orden en otras ciudades como Sevilla y Granada, donde tambi¨¦n construyeron sendos centros.
Blas Infante (Casares, M¨¢laga, 1885-1936) estuvo internado en el colegio desde los 11 a los 14 a?os. El paso de Blasillo, como le llamaban en Archidona, es recordado con orgullo por los responsables del ahora Instituto Luis Barahona de Soto. La satisfacci¨®n tiene su m¨¢xima expresi¨®n en la conservaci¨®n del expediente acad¨¦mico de Infante, que escap¨® de la doctrina escolapia con un modesto aprobado no sin sufrir alg¨²n tropiezo en F¨ªsica y Qu¨ªmica.
Las referencias en la obra de Infante acerca de la huella que dej¨® en ¨¦l su traves¨ªa por Archidona desde 1896 a 1900 son evidentes. En uno de sus manuscritos, el pensador se refiri¨® al Internado de los Escolapios: 'Mucho me naci¨® all¨ª, en aquel inquieto y mon¨®tono centro desde cuyo observatorio contempl¨¦ lomas de olivos, gente al trabajo, horizontes'.
En su libro m¨¢s conocido, Ideal Andaluz, tambi¨¦n ilustr¨® conclusiones de su etapa estudiantil: 'Yo tengo clavada en la conciencia, desde mi infancia, la visi¨®n sombr¨ªa del jornalero. Yo he visto pasear su hambre por las calles del pueblo confundiendo su agon¨ªa con la agon¨ªa triste de las tardes de invierno...'.
La labor social de los escolapios propici¨® una importante imbricaci¨®n social de ¨¦stos en Archidona. Sustituyeron a los dominicos en la tutela espiritual del municipio en el siglo XIX, hasta que se vieron abocados a salir de la ciudad por la guerra civil. En 1950, la orden vendi¨® el colegio al Ayuntamiento por un mill¨®n de pesetas. El Consistorio lo cedi¨® al Ministerio de Educaci¨®n Nacional, que lo abri¨® poco despu¨¦s, mientras que en los setenta se convirti¨® en instituto t¨¦cnico de ense?anza media.
El proyecto de restauraci¨®n del edificio, que desde hace un a?o homenajea a Blas Infante con un busto en su entrada, est¨¢ supeditado a una inversi¨®n de 450 millones. La restauraci¨®n se encamina a conservar la identidad legada por los escolapios al mismo tiempo que se adaptan las instalaciones al sistema de ense?anza actual. Los encargados del dise?o son los arquitectos Pedro Aparicio y Antonio Garv¨ªn, que fueron estudiantes del Luis Barahona. Como todo Archidona, llevan a?os deseando salvar el esplendor educativo que los siglos han dado al antiguo colegio.
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