Fragmentos contempor¨¢neos
La diversidad de los discursos fotogr¨¢ficos contempor¨¢neos ofrece grandes posibilidades de reflexi¨®n sobre sus formas y contenidos. Es un proceso vivo que, tomando como referente la realidad, incorpora en ella matices subjetivos que provienen de la imaginaci¨®n del autor. Esta manera de hacer abre la puerta a m¨²ltiples especulaciones sobre la percepci¨®n visual de los humanos y, de seguido, a los m¨¢s pintorescos planteamientos est¨¦tico-filos¨®ficos. As¨ª lo podemos comprobar en la Sala de Armas de la Ciudadela de Pamplona. La exposici¨®n Realidad, fragmento, simulacro y otros espacios discursivos de la fotograf¨ªa contempor¨¢nea, de la que es comisario Javier Panera y que ha sido organizada por el Ayuntamiento de la ciudad sobre el amplio fondo del que dispone el Centro de Fotograf¨ªa de la Universidad de Salamanca, es la encargada de sacar a la luz los m¨¢s curiosos ejemplos.
Los 80 trabajos que se presentan han sido realizados por cerca de 50 autores de todo el mundo. Extra¨ªdos de la colecci¨®n que desde 1993 viene haci¨¦ndose en la universidad de la que fue rector Miguel de Unamuno, ense?an parte importante de las tendencias fotogr¨¢ficas en los ¨²ltimos 20 a?os del siglo pasado. La visita no obliga a un trayecto preconcebido. La variedad de estilos se funde en un c¨ªrculo donde todos los puntos guardan el mismo inter¨¦s did¨¢ctico. Como siempre, para los mirones surgen emociones m¨¢s o menos intensas en uno u otro lugar. De esta manera encontramos a Flor Gardu?o, Mariana Yampolsky o Graciela Iturbide con un trabajo documental y antropol¨®gico donde, inevitablemente, nos envuelve la poes¨ªa subyugante que son capaces de articular estas mujeres mejicanas.
No alejados de esta vocaci¨®n, con matices sociol¨®gicos y preocupados especialmente por la dura expresi¨®n de las tribus urbanas, est¨¢n los retratos de Humberto Rivas o Alberto Garc¨ªa-Alix, ahora tambi¨¦n en la sala Rekalde de Bilbao. Distinto punto de vista para el retrato es el que ofrecen Val¨¦rie Jouve o Alves da Silva, cuyos personajes parecen no poder escapar del entorno donde est¨¢n ubicados. Dentro del escenario al que sin duda pertenecen, se convierten en un elemento anodino. Conforman una bella y triste alegor¨ªa de la soledad y el anonimato urbanita.
En otro punto del abanico encontramos los que elaboran sus im¨¢genes con fragmentos escasamente contextualizados, para evocar distintos problemas desde una est¨¦tica fuera de lo corriente, v¨¦ase pr¨®xima a la performance o al realismo m¨¢gico. A ellos se suman los que acuden al metalenguaje para cuestionar la fotograf¨ªa en su dimensi¨®n informativa, documental, y entenderla como una apariencia mutable, sugerente y fr¨¢gil. Adem¨¢s, tenemos aquellos que inciden sobre la b¨²squeda de luces y atm¨®sferas, construcciones que establecen realidades diferentes, otra visi¨®n del mundo soportada por s¨ªmbolos y alegor¨ªas. La tensi¨®n del universo cotidiano, su ambig¨¹edad perversa, donde el ritmo vital hace de cualquier momento el m¨¢s adecuado para que pase algo nuevo, se ve reflejado por Sarah Jones o Wendy McMurdo. Sus fotos parecen punto de partida de un nuevo acontecimiento imprevisible que puede tener un final dram¨¢tico, un momento de inflexi¨®n que genera duda y, con ella, una inquietud con retrogusto amargo.
Los estudios sobre arquitectura cuentan con la inquietante presencia de las fotos de Gabriele Bas¨ªlico. Repletas de armon¨ªa y detallada precisi¨®n, son capaces de extraer belleza e inter¨¦s del paraje m¨¢s desapercibido para el resto de los humanos. Otro de los distintos representantes de esta especialidad es Frank Thiel, capaz de evocar, desde andamios y edificios en construcci¨®n, la metamorfosis de Berl¨ªn despu¨¦s del Muro. En otra vertiente, con una narrativa docudram¨¢tica, inspirada en el cine y la televisi¨®n, tenemos a David Hilliard, Jes¨²s Segura o J. Mikel Euba. Recrean ficciones donde la representaci¨®n obtenida debiera dejarse para su inspirador medio de origen, ya que pocas veces consiguen las reacciones anheladas en el espectador.
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