Cambio de marea en la lucha contra el sida
El autor, presidente del Banco Mundial, reitera que la instituci¨®n no escatimar¨¢ apoyo para que ning¨²n programa nacional antisida sucumba por falta de financiaci¨®n.
El a?o pasado, el sida acab¨® con la vida de m¨¢s de tres millones de personas en todo el mundo. Desde que la enfermedad se detect¨® hace veinte a?os, 22 millones de personas han muerto, incluidos 4,3 millones de ni?os. Hoy, 36 millones de adultos y ni?os est¨¢n contagiados del virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH); la enorme mayor¨ªa vive en pa¨ªses en desarrollo. Mientras que ?frica es la regi¨®n del mundo m¨¢s afectada por la epidemia, en Am¨¦rica Latina hay 1,8 millones de casos de sida y en el Caribe esta enfermedad se ha convertido en la principal causa de muerte en hombres menores de 45 a?os.
Esta semana, mientras jefes de Estado, representantes de organismos de las Naciones Unidas, expertos de salud y grupos de la sociedad civil se han reunido en Nueva York durante el periodo extraordinario de sesiones de las Naciones Unidas sobre el sida, estos hechos deber¨¢n acaparar la atenci¨®n del mundo. Bajo el liderazgo del secretario general de la ONU, Kofi Annan, esta reuni¨®n mundial de alto nivel pone de manifiesto que el sida no es solamente un problema de salud, sino tambi¨¦n un obst¨¢culo para el desarrollo mundial que amenaza con echar por tierra muchos de los logros conseguidos en el mundo en desarrollo durante el ¨²ltimo medio siglo. M¨¢s grave a¨²n, el sida es un problema de seguridad internacional y, como tal, exige recursos considerables y una estrategia rigurosa.
'Colectivamente contamos con los recursos. Lo ¨²nico que falta es voluntad pol¨ªtica'
En meses recientes, los organismos de las Naciones Unidas, pa¨ªses donantes y los diferentes grupos involucrados en este tema han llegado al consenso de que la ¨²nica manera de superar el enorme d¨¦ficit financiero en la lucha contra esta enfermedad es a trav¨¦s de la creaci¨®n de un fondo fiduciario mundial que ofrezca donaciones para la prevenci¨®n y tratamiento del sida y otras enfermedades transmisibles. Pero, para ser realmente eficaz, este fondo deber¨¢ ofrecer recursos adicionales al actual volumen de ayuda exterior que se destina a pa¨ªses en desarrollo. La mera reasignaci¨®n de los recursos ser¨ªa una falacia.
Conf¨ªo en que los Gobiernos, las fundaciones de beneficencia, la sociedad civil, el sector privado y otros grupos que participan en este periodo extraordinario de sesiones de la ONU respondan con generosidad al desaf¨ªo de hacer retroceder el sida y contribuyan significativamente a la creaci¨®n de este importante y muy necesario fondo.
Si bien el dinero por s¨ª solo no resolver¨¢ el problema, s¨ª constituye una parte fundamental de la soluci¨®n. Los fondos que hoy se otorgan para combatir esta epidemia son claramente insuficientes. El total de la ayuda mundial destinada para combatir el sida en los pa¨ªses en desarrollo el a?o pasado fue alrededor de 1.000 millones de d¨®lares; es decir, menos de un tercio de lo que se habr¨ªa necesitado ¨²nicamente en ?frica.
La reducci¨®n espectacular de los precios de los antirretrovirales es parte clave del tratamiento. Pero ¨¦stos tampoco constituyen una soluci¨®n m¨¢gica. El hecho de que sus precios hayan bajado de 10.000 a 400-500 d¨®lares al a?o los hace m¨¢s accesibles, pero est¨¢n todav¨ªa muy lejos del alcance de la inmensa mayor¨ªa de las personas infectadas en muchos pa¨ªses en desarrollo donde el ingreso per c¨¢pita es menor a 500 d¨®lares al a?o y donde los Gobiernos gastan menos de cinco d¨®lares por persona en servicios de salud.
La clave est¨¢ en la prevenci¨®n. Pero ¨¦sta tambi¨¦n es costosa. Las inversiones actuales en sida en los pa¨ªses en desarrollo son del orden de 1.500 millones de d¨®lares al a?o. La cantidad que se necesita para combatir esta epidemia es varias veces superior: al menos 9.000 millones de d¨®lares anuales de aqu¨ª a cinco a?os.
El Banco Mundial ha aportado m¨¢s de 1.200 millones de d¨®lares para la lucha contra el VIH / sida en diferentes partes del mundo. En colaboraci¨®n con los Gobiernos africanos, ha puesto en marcha el Programa Multinacional de VIH / Sida en ?frica, que el ¨²ltimo a?o aport¨® 500 millones de d¨®lares de nuevos fondos para ayudar a diez pa¨ªses africanos a intensificar las medidas de prevenci¨®n, atenci¨®n y tratamiento. Dicho programa ofrece cuantiosos recursos a las organizaciones y comunidades de la sociedad civil, que han puesto en marcha algunas de las intervenciones m¨¢s innovadoras contra el sida. El a?o pr¨®ximo tenemos previsto financiar otros 500 millones de d¨®lares para apoyar a otros quince pa¨ªses africanos.
Adicionalmente, a finales de este mes, el Directorio Ejecutivo del Banco habr¨¢ aprobado ya un nuevo fondo de 155 millones de d¨®lares para combatir el sida en el Caribe, la regi¨®n del mundo con las tasas de incidencia m¨¢s altas fuera de ?frica, as¨ª como dos pr¨¦stamos de salud a M¨¦xico y Venezuela con importantes componentes para la prevenci¨®n y control del sida.
Estos nuevos fondos y programas son resultado del compromiso que adquir¨ª el a?o pasado de que no habr¨¢ l¨ªmite en lo que se refiere al volumen de fondos que estamos dispuestos a aportar para que ning¨²n programa nacional contra el sida se detenga por falta de financiaci¨®n. Reafirmo ese compromiso. Pero nadie, ni el Banco, ni los organismos donantes, ni los Gobiernos nacionales, ni las ONG, ni el sector privado, podr¨¢ por s¨ª solo aportar todos los recursos y toda la ayuda necesarios para combatir el sida a escala mundial y nacional y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, salir triunfante. Por esta raz¨®n, el Banco respalda decididamente el establecimiento de un fondo mundial para la lucha contra el sida.
El tratamiento y la prevenci¨®n son requisitos indispensables. Pero nuestra estrategia se debe basar tambi¨¦n en otro elemento esencial: el liderazgo. En demasiados pa¨ªses, el sida, el sexo, la violaci¨®n y los preservativos son temas que raramente se mencionan. Incluso en algunas comunidades existe la creencia entre los hombres de que la relaci¨®n sexual con una persona virgen es el camino a la curaci¨®n. La tragedia humana asociada a esta teor¨ªa es abrumadora: en ?frica hay 95.000 ni?os -ni?as en la mayor¨ªa de los casos- menores de 15 a?os que son seropositivos.
Cada vez son m¨¢s quienes rompen ese silencio que permite que el sida siga su curso implacable. Necesitamos que otros sigan ese ejemplo. Los pa¨ªses ricos deben sentar un precedente estableciendo fondos y ofreciendo ayuda a quienes hablan abiertamente de estos temas. Colectivamente contamos con los recursos necesarios, y sin duda estamos convencidos de la necesidad de actuar. Lo ¨²nico que falta es voluntad pol¨ªtica. Debemos sumarnos al Grupo de los Siete y al sistema de las Naciones Unidas en el compromiso de crear este fondo mundial para el sida.
Invitemos a la sociedad civil a esta campa?a. Su aportaci¨®n indudablemente ser¨¢ enorme. La sociedad civil ha desempe?ado un papel fundamental en todos los pa¨ªses donde se ha combatido eficazmente el sida. En el ¨¢mbito mundial, los representantes de la sociedad civil deben participar en todas las fases del dise?o, toma de decisiones y realizaci¨®n de las actividades relacionadas con el VIH / sida. En los pa¨ªses en desarrollo, la sociedad civil debe intervenir directamente en los ¨®rganos rectores de las actividades contra el sida, y estos organismos deber¨ªan encauzar una parte significativa de los recursos para la prevenci¨®n y tratamiento del sida directamente a las organizaciones comunitarias y locales.
As¨ª pues, unamos nuestros esfuerzos y demostremos que no somos impotentes contra esta epidemia. Movilicemos los recursos, la voluntad pol¨ªtica y los planes de batalla necesarios para invertir la marea de esta amenaza mundial. Hagamos de este periodo extraordinario de sesiones de las Naciones Unidas sobre el sida un momento decisivo en la lucha contra esta enfermedad.
James D. Wolfensohn es presidente del Banco Mundial.
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