Se?or Quijote

'Otra vez la misma deliberada historia ad usum hispanorium, la misma absoluta, cerril, exasperante estupidez, la misma mala fe. No sabe uno si llorar de risa o re¨ªr de rabia'. Jaime Gil de Biedma siempre le pone palabras a los estados de ¨¢nimo, y aunque el texto procede de cuando se quiso retratar en 1956 ahora sirve para vigilar en el espejo lo que le pasa a este pa¨ªs que se cae de risa cuando oye hablar del Quijote. Es verdad que Zapatero no sac¨® a tiempo el argumento del aniversario del glorioso personaje machadiano de Cervantes, y quiz¨¢ este pa¨ªs desacostumbrado a la cultura reciba mejor una referencia parlamentaria a la General Motors que a Antonio Machado o a Luis Cernuda.

Pero lo cierto es que Zapatero sac¨® en la procesi¨®n del hemiciclo ese nombre glorioso y raro, junto a la noticia de un futuro aniversario. Y para qu¨¦ fue aquello. Lloraron de risa los populares, se mofaron del ne¨®fito Zapatero y mandaron a repicar a los que habitualmente est¨¢n silenciosos en el hemiciclo de las c¨ªclicas broncas. Todo el mundo se ri¨® de Zapatero, fue tan enconado el ruido que incluso Arenas, de la tierra de Cernuda, se ri¨® de ¨¦l diciendo que hubo un debate -el de Borrell- en el que se habl¨® de devengos y que ahora se hablaba, en t¨¦rminos igualmente ineptos, de la criatura de Cervantes. ?Devengos y Cervantes! Qui¨¦n le manda a Zapatero a meterse en ese jard¨ªn, dijeron otros, de modo que fue creciendo la marea que invitaba al l¨ªder de los socialistas a irse a otros berenjenales en los que ellos, adem¨¢s, estuvieran m¨¢s c¨®modos. Se ignora, de momento, qu¨¦ piensa Jon Juaristi de todo esto, porque lo que suger¨ªa Zapatero es que fuera el Instituto Cervantes, junto con la Academia Espa?ola de V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, el que entrara en concili¨¢bulo con el Gobierno para convertir ese aniversario en una campanada de la imaginaci¨®n en espa?ol, cuyo centro neur¨¢lgico es precisamente el territorio de la Mancha del que habl¨® Carlos Fuentes y del que parece que no es l¨ªcito abrir debate en el Parlamento.

Bueno, se rieron y ya est¨¢, todo el mundo se ri¨® de la ocurrencia. Me acost¨¦ pensando que alg¨²n d¨ªa dir¨¢n 'V¨¢yase, se?or Quijote', hasta que le¨ª aquellas palabras de Gil de Biedma y me dorm¨ª creyendo que quiz¨¢ todav¨ªa no hab¨ªan pasado los cuarenta a?os tan famosos de la Espa?a final, la de estos tiempos.