Arquitectura en Alicante
Cuarenta a?os atr¨¢s, la arquitectura era una profesi¨®n muy estimada en Espa?a, aunque esta admiraci¨®n ten¨ªan m¨¢s que ver con los emolumentos que reportaba a quienes la ejerc¨ªan que con su car¨¢cter art¨ªstico, que resultaba irrelevante. Muy pocas personas consideraban, en aquel tiempo, la arquitectura como un arte y, desde luego, a nadie se le ocurr¨ªa titular como artista a un arquitecto. Los arquitectos eran unos profesionales que constru¨ªan casas, por lo que se les pagaba muy bien. No pod¨ªamos suponer, entonces, que llegar¨ªa un d¨ªa en que la arquitectura se pondr¨ªa de moda en nuestro pa¨ªs.
En estos ¨²ltimos a?os, sin embargo, la situaci¨®n ha variado por completo y hoy los arquitectos -al menos, un n¨²mero considerable de ellos- se han convertido en artistas, que es tanto como decir en hombres p¨²blicos. Los diarios, las revistas, entrevistan a estos profesionales y hablan con frecuencia de sus obras, discutiendo sobre ellas y aleccionando a los lectores. El p¨²blico peregrina para ver los edificios que han construido alguno de estos arquitectos y los pol¨ªticos los contratan para dar relumbre a sus acciones. La arquitectura se ha puesto de moda y ya no es un asunto que afecte en exclusiva a los profesionales.
En esta l¨ªnea que comento, la revista Canelobre, del Instituto de Cultura Juan Gil Albert, ha dedicado su ¨²ltimo n¨²mero a la arquitectura edificada en Alicante durante los ¨²ltimos 25 a?os, que son los a?os de la democracia. De la mano de Santiago Varela, una serie de profesionales (Jos¨¦ Ivars, Pascual C¨¢mara, Mart¨ªnez Medina, Justo Oliva, Gaspar Ja¨¦n, Joan Calduch, entre otros) recomponen un periodo en el que, para decirlo de una manera abreviada, las nuevas tendencias arquitect¨®nicas entraron en la provincia de Alicante. Durante este tiempo, un buen n¨²mero de arquitectos j¨®venes comenzaron a trabajar en nuestras poblaciones, proyectando unos edificios que modificar¨ªan sustancialmente un panorama hasta entonces muy incoloro y anticuado, con las excepciones siempre de rigor.
Entre los a?os ochenta y el comienzo de los noventa, se construyen en Alicante numerosos edificios p¨²blicos. En muchos pueblos y ciudades de la provincia se edifican escuelas, casas de cultura, centros de salud, establecimientos sociales y edificios administrativos, que los hicieron m¨¢s habitables al ofrecer mejores servicios a los ciudadanos. Nuestros puertos pesqueros vieron tambi¨¦n, en aquellos a?os, transformarse sus viejas instalaciones y c¨®mo las lonjas, que siempre hab¨ªan tenido un aspecto muy precario, adoptaban un aire moderno y atrevido, que sorprend¨ªa a los propios trabajadores. Fue un momento singular en el que los arquitectos se volcaron en sus proyectos, deseosos de aplicar cuanto hab¨ªan aprendido poco antes en las escuelas. Naturalmente, se cometieron excesos y algunas obras resultaron pol¨¦micas, lo que las llev¨® a ser rechazadas por el p¨²blico. Pero, visto hoy con una cierta perspectiva, el conjunto de lo construido durante aquellos a?os resulta considerable y de una est¨¦tica muy apreciable. La mayor¨ªa de aquellas obras soportan con dignidad el paso del tiempo. Todas ellas sirvieron para difundir la arquitectura moderna y ense?ar a la iniciativa privada que pod¨ªa proyectarse de otra manera, sin que los usuarios volvieran la espalda.
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