La pasarela valenciana se consolida y lleva su sede a L'Hemisf¨¨ric

La creaci¨®n de una asociaci¨®n de modistas valencianos, que se encargar¨¢ de la gesti¨®n de la pasarela a partir del oto?o, y el proyecto de hacer dos sesiones anuales (una de primavera-verano y otra de oto?o-invierno) dan una nueva perspectiva comercial y promocional a este pujante conjunto de hombres y mujeres de la aguja y la sit¨²an en igualdad de condiciones competitivas con Cibeles o Gaud¨ª, si bien con una din¨¢mica mucho m¨¢s contempor¨¢nea y multidisciplinar, donde no se olvida la necesidad de cuidar y promocionar a los j¨®venes valores y atraer hasta el mercado de la moda local a cr¨ªtica especializada internacional.

La inclusi¨®n casi casual y a ¨²ltima hora de la pasarela del Carmen en la Bienal de las Artes les ha salido muy bien a los pol¨ªticos del ramo. La moda valenciana sigue las tendencias internacionales desde su propio prisma, algo que, si se quiere definir, puede llamarse 'fiesta del color y las mezclas materiales'. Puntos coincidentes y globalizadores son el color blanco, los algodones tratados para invierno, las lanas gruesas, los colores ¨¢cidos, el negro para la fiesta, el largo rodillero y maxi, adem¨¢s de un regreso evolucionado del tejano y su tejido madre, el denim, en versiones que le presentan en la moda joven asociado a bases tecnol¨®gicas.

El premio Saloni a la moda joven fue a parar, con acierto, a Siglo Cero y sus trajes de ingenioso y correcto patronaje bajo la tem¨¢tica del juego tres en raya y sugeridos emblemas mironianos. Mientras, desfil¨® en solitario Javier Albi?ana, de la firma Citric (ganador en 2000), que, aun con su buena formaci¨®n parisiense, se mostr¨® irregular.

Ya en los desfiles mayores de la jornada de cierre fue evidente la consolidaci¨®n y el ¨¦xito de Por Fin!, con su moda rica de experimentaci¨®n material y proponiendo una ropa capaz de crear un din¨¢mico neobakala-chic que admite perchas desde la adolescencia hasta los 100 a?os. Por su parte, Laguna se esforz¨® en su l¨ªnea ampulosa. En la mujer m¨¢s o menos logra sus prop¨®sitos, pero en el hombre se desboca en una nocturnidad alevosa de transparencia y entalle prieto que roza el mal gusto.

Francis Montesinos sigue levantando pasiones y su poder de convocatoria es ¨²nico en la moda espa?ola desde hace dos d¨¦cadas. Su ropa y su sentido del estilismo, tan teatral como atrevido, despierta odio y amor a partes iguales. Puede que el producto no convenza o resulte manierista de sus tan conseguidos logros con el punto artesano, pero su puesta en escena es siempre una lecci¨®n para que el p¨²blico y los clientes salgan encantados del desfile. Y eso ocurri¨® otra vez en L'Hemisf¨¨ric, donde bajo el sello Montesinos-Alama recre¨® su flechazo por la cultura cubana, el mestizaje y los sabores t¨®picos y t¨ªpicos de un Caribe de postal.

El cast oficial, que fue duramente criticado por algunos modistas, era correcto dentro de lo que hay, es decir, no pretend¨ªa competir con imposibles y se preocupaba por la emergencia de nuevos rostros y cuerpos de la tierra. Entre las chicas se vio a la actriz Paz Vega, a Lola Forner, Mar¨ªa Reyes y Sthephanie Luyk, mientras que entre los chicos las revelaciones son el tarraconense H¨¦ctor y el valenciano Manuel Moy¨¢.