La huelga hacia la derecha
El centro se va a la izquierda, la huelga se va a la derecha. Lo entiendo en las palabras de Zapatero. Cuidado con ¨¦l (quienes lo necesitan: en la otra mitad del partido ¨²nico, en la izquierda del suyo): va ganando pasos cada d¨ªa. Ya se empieza a decir lo de 'vaya con la mosquita muerta'. Intenta el dif¨ªcil arte de gobernar desde la oposici¨®n; y est¨¢ tratando de hacer una derecha civilizada. No s¨¦ si esta contradicci¨®n entre t¨¦rminos puros es posible: sus pactos han ido m¨¢s hacia la derecha que hacia la civilizaci¨®n, y su propuesta de una nueva ley de huelgas parece que tiene un sentido igual. La idea central es que la huelga se ha ido a la derecha: a los que pueden hacerla. Una idea muy aprovechable: la gente tiene la sensaci¨®n de que las huelgas se hacen contra ella y no contra el explotador. Es indudable que la presi¨®n se hace sobre el explotador, a trav¨¦s de nosotros. Se elige el momento m¨¢s perverso. Estoy pensando en la de los pilotos, clase odiada ahora; pero otras van surgiendo cuando m¨¢s duelen al inocente. Los examinadores de conducci¨®n han elegido julio: cuando la chica y el chico se examinan para salir de vacaciones con su carnet nuevo. Tengo la seguridad de que si Zapatero propone una ley m¨¢s restrictiva de las huelgas ganar¨¢ votos. Pero perder¨¢ socialismo.
Quiz¨¢ importe menos. Atraen m¨¢s las vacaciones que el socialismo. El problema es que toca un punto sagrado, como es el derecho a la huelga. Ya lo toc¨® Felipe Gonz¨¢lez, el verdadero mutante de todo en Espa?a. No est¨¢ mal que se revise todo lo sagrado, pero sin olvidar que las ventajas que tienen los que usan ahora el avi¨®n para descansar lejos, y el descanso mismo, se han conseguido gracias a huelgas y partidos socialistas, y sindicatos, y comunistas y anarquistas... Ah, pero eso es lo sagrado: dej¨¦moslo para las Cruces de los Ca¨ªdos de ellos, y sus santos vaticanos, y sus excombatientes. Este otro segmento de la gobernaci¨®n mundial, y espa?ola, sabe lo que quiere: ser un segmento. Cuesti¨®n de imagen, de suavidad, de elegancia. Entre Zapatero y Aznar preferimos el primer segmento, sobre todo si podemos viajar en avi¨®n. Pero a algunos se les caer¨¢n lagrimones. Bajar¨¢n por los viejos surcos de la piel labrada. Risa les dar¨¢ a sus nietos: y llora por su futuro.
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