Depresivo terminal
Ya se sabe que la gradaci¨®n de hostilidades empieza en la categor¨ªa de enemigo, sigue con la de enemigo irreconciliable y culmina con la de compa?ero del partido. Y la exactitud de esa escala acaba de comprobarse por lo que se refiere a la prensa en el art¨ªculo titulado Un Gobierno en depresi¨®n, que acaba de aparecer en un medio de probada afinidad a La Moncloa. El trabajo period¨ªstico se detiene en la sintomatolog¨ªa que considera alarmante. Empieza por reconocer la dificultad del diagn¨®stico y descalifica de entrada en particular a los vicepresidentes que oscilan entre prepotentes e indolentes para transmitir el malhumor del Ejecutivo. Enseguida da cuenta de un equipo gubernamental heterog¨¦neo que, aunque fue elegidos con toda libertad por Aznar, ofrece la impresi¨®n de estar compuesto de materiales de acarreo, carente de cohesi¨®n y cuya convivencia est¨¢ llena de tensiones sin m¨¢s argamasa que la decisi¨®n del presidente incapaz de dotar al conjunto de la armon¨ªa precisa.
Si el caso del lino, el de las vacas locas, el de Ertoil..., han podido cargarse al PSOE, es incre¨ªble que por desconcierto el del aceite de orujo se deje para el PP
Pero lo m¨¢s contundente del texto comentado viene a continuaci¨®n cuando el articulista escribe que la depresi¨®n gubernamental se refiere a la fase terminal del propio Aznar que en 2004 se despide del Ejecutivo pero no del poder, lo que lleva a unos -los que tendr¨ªan condiciones para la sucesi¨®n- a situarse al pairo porque de los postulantes se hacen los cesantes y a otros, considerados fuera de ese circuito, a aplicarse con fruici¨®n al disfrute de su actual condici¨®n ministerial con fecha de caducidad anillada. Todo lo anterior lleva a nuestro colega a concluir como Serrat en su canci¨®n 'que las manzanas no huelen', que reina la indecisi¨®n, que nadie asume responsabilidades, que falta profesionalidad y planificaci¨®n y que se advierte un empacho de mayor¨ªa absoluta -ejercida con gestos adustos, antipat¨ªa, acidez e intolerancia para la cr¨ªtica, mayor a¨²n si cabe, cuando procede de afines insumisos- mientras persisten algunas relaciones peligrosas propias de su ¨¦poca opositora (?a qui¨¦n se referir¨¢?) y se reincide en alucinaciones que a otros predecesores de Aznar les llevaron al desastre.
Se preguntar¨¢n los lectores abrumados si el periodista respira por la herida de sentirse postergado o si est¨¢ presentando demandas por alguna necesidad y, despu¨¦s, tal vez inquieran por qu¨¦ el secretario general del PSOE ha prescindido de un speechwriter como el firmante del diario Abc y d¨®nde est¨¢ escondido ese secretario general del PP, Javier Arenas, de cuya visi¨®n estrat¨¦gica tanto se esperaba a partir de aquel inolvidable discurso ante el Congreso del partido en el que fue entronizado, as¨ª como qu¨¦ se ha hecho del jefe de prensa de G¨¦nova, Rafael Hernando, cabeza de la lista por Almer¨ªa en las ¨²ltimas elecciones, inasequible al desaliento en la invenci¨®n de patra?as como la destrucci¨®n de los v¨ªdeos de TVE desfavorables para el anterior presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, en los que aparec¨ªa recibiendo abucheos en alguna comparecencia universitaria. Patra?a que, pese a quedar desmentida por los hechos comprobados, sigue sin ser reparada porque ya se sabe que la mala intenci¨®n es irrelevante si se carece de tozudez para sostener el agravio. Es incomprensible c¨®mo han podido desertar Arenas y Hernando de sus deberes tergiversadores justo cuando m¨¢s necesario era su cumplimiento estando el jefe de viaje por M¨¦xico. Cu¨¢nto tienen que aprender ambos de un ministro, como ?ngel Acebes, de apariencia modesta, que empieza a revelarse como figura sucesoria, capaz de devolver el caso Piqu¨¦ a los malvados socialistas porque aquellos asuntos de Ercros, de Ertoil y dem¨¢s sucedieron en tiempo de Poncio Pilatos Gonz¨¢lez, luego nadie m¨¢s que ¨¦l es el verdadero culpable por haber encabezado aquellos mal llamados a?os de paro, despilfarro y corrupci¨®n.
Aceptemos que si el affaire del lino, el de las vacas locas, el de Ertoil, el de los votos de Baleares ama?ados por Jaume Matas, el de los inmigrantes en pateras y tantos otros han podido cargarse al pasivo del PSOE es incre¨ªble que por descoordinaci¨®n en el Gabinete el del aceite de orujo de aceituna se deje en el campo del PP, aceptando sin m¨¢s que todo empez¨® hace tres a?os. Imaginemos que fuera imposible llevar el origen del asunto m¨¢s atr¨¢s, pero, entonces, siempre cabr¨ªa argumentar con el lugar donde est¨¢n plantados los olivos y escudarse con las competencias transferidas. S¨®lo un Aznar en fase terminal puede explicar semejante dejaci¨®n de funciones.
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