Una ciudad en la sala de espera
Cientos de personas se agolpan en los pasillos de los hospitales murcianos
Desde que el domingo se hizo p¨²blica la epidemia de legionela, en Murcia (350.000 habitantes), nadie permanece indiferente. Los pol¨ªticos tranquilizan a la poblaci¨®n; los t¨¦cnicos buscan el foco de la infecci¨®n -uno s¨®lo y muy virulento a tenor de la r¨¢pida propagaci¨®n de la enfermedad- por las torres de refrigeraci¨®n fotografiadas desde un helic¨®ptero; los m¨¦dicos no cesan de diagnosticar, analizar y tratar a la bacteria maldita; los pacientes soportan como pueden la enfermedad y los que creen tenerla esperan horas a ser examinados.
Mientras, las fuentes de agua p¨²blicas siguen por segundo d¨ªa consecutivo apagadas, como posibles focos de la epidemia, mirando mudas c¨®mo muchos murcianos, algunos como Mar¨ªa del Mar Ataz siguiendo recomendaci¨®n m¨¦dica, tomaban el camino de la playa para prevenir a ni?os y ancianos.
En las urgencias de los hospitales la ocupaci¨®n era total. Jam¨¢s hab¨ªan visto los trabajadores semejante trasiego de ambulancias y pacientes. En el Virgen de la Arrixaca, el m¨¢s grande de la regi¨®n y donde se realizan todos los an¨¢lisis, las camas con los enfermos se agolpaban en los pasillos, para angustia de los familiares.
Mari Carmen Casas esper¨® pacientemente durante horas en la puerta de urgencias del hospital Morales Meseguer, situado en el centro de Murcia, a que a su marido le hicieran las pruebas. Camionero jubilado de 58 a?os, el hombre llevaba desde el viernes con 'calentura muy alta, temblores y diarrea'. Mari Carmen era optimista: 'Nunca ha tenido nada, s¨®lo los huesos un poco fastidiosos. Si tiene la salmonella esa, se le pasar¨¢'. En este hospital, los enfermos, algunos temblando de fiebre, pasaban horas en la sala de espera.
En las largas colas de las urgencias, la gente esperaba resignada, estoicamente incluso. 'Claro, las cosas de palacio van despacio, y m¨¢s si se junta aqu¨ª media Murcia', comenta Mar¨ªa Fern¨¢ndez, la mujer de Pedro Turp¨ªn. De 40 a?os, Turpin 'nunca hab¨ªa tenido un mal resfriado', pero desde el viernes estaba con cuarenta de fiebre. Rafael Vidal, que ten¨ªa a su padre a la espera, tambi¨¦n lo llev¨® con calma, aunque no una mujer que acompa?aba a su marido y que no quiso identificarse: 'Es una verg¨¹enza. No nos dicen nada. Siempre lo mismo', comentaba Mar¨ªa G¨®mez, cuyo marido estaba a la espera de ser examinado. La mayor¨ªa de las que esperan son mujeres porque la legionella afecta principalmente a los hombres.
No todos los familiares se lo tomaban tan bien. En la sala de espera, los familiares se quejaban de falta de informaci¨®n y de que los m¨¦dicos de atenci¨®n primaria s¨®lo les hubieran recetado medicamentos suaves contra la fiebre. '?Tu crees que con un febrectal se puede curar esto?', coment¨® indignada la madre de un afectado.
Otra de las zonas calientes de la ciudad fue El Corte Ingl¨¦s. Situado muy cerca de la mayor¨ªa de los casos registrados, no tardaron en surgir los comentarios que lo sit¨²an como responsable de la enfermedad. El relaciones p¨²blicas, Artur Andreu, se defend¨ªa con vehemencia. Seg¨²n ¨¦l, ninguno de sus m¨¢s de 1.200 empleados padece legionelosis, y, adem¨¢s, el centro realiza an¨¢lisis semestrales de desinfecci¨®n de las torres de refrigeraci¨®n seg¨²n la normativa de la Comunidad de Madrid (en Murcia no existe m¨¢s que un protocolo de desinfecci¨®n de torres que no es de obligado cumplimiento). Pero ayer la afluencia de clientes fue baja, algo que se comprobaba con un simple paseo por el centro, m¨¢s a¨²n teniendo en cuenta que era 'un lunes de rebajas'.
El conductor de una de las ambulancias, que no paraba de hacer viajes, se despach¨® ante la mirada at¨®nita de los familiares que esperaban a la puerta de urgencias: '!Cu¨¢nta tontuna! Si es que no se puede sacar nada en el peri¨®dico. Luego, a quien le pase algo serio, no voy a poder recogerlo'.
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