Legionela

Espa?a lleva camino de a?adir un nuevo foco de peligrosidad a sus ya tristes estad¨ªsticas en accidentes de tr¨¢fico y siniestralidad laboral: las infecciones comunitarias, especialmente las provocadas por legionela, uno de los agentes con mayor capacidad de contagio y de m¨¢s dif¨ªcil manejo. Desde hace unos a?os se suceden los brotes y en todos los casos asistimos al mismo ritual de impotencia: la b¨²squeda a menudo infructuosa del foco emisor durante d¨ªas y d¨ªas, mientras el n¨²mero de afectados sigue multiplic¨¢ndose. Que un helic¨®ptero tenga que sobrevolar la ciudad de Murcia para localizar torres de refrigeraci¨®n da idea de la precariedad en que vive la salud p¨²blica en Espa?a, que estos d¨ªas suma nuevas zozobras en materia de seguridad alimentaria.

El Gobierno de un pa¨ªs que desde enero del a?o pasado ha registrado 11 brotes distintos, con 17 muertos y cientos de afectados que han necesitado hospitalizaci¨®n, deber¨ªa haber actuado con mucha mayor celeridad y contundencia. Las autoridades sanitarias disponen de datos suficientes para saber que estamos ante un problema de salud p¨²blica de primera magnitud y con tendencia a crecer, porque tambi¨¦n aumentan las condiciones que lo hacen posible: una situaci¨®n clim¨¢tica muy propicia, combinada con un crecimiento constante del n¨²mero de instalaciones de refrigeraci¨®n.

Algunas autoridades municipales y auton¨®micas han adoptado normativas destinadas a garantizar un correcto mantenimiento de estas instalaciones, pero esas normas son de un ¨¢mbito de aplicaci¨®n reducido. Por eso resulta sorprendente que el Ministerio de Sanidad no haya sido capaz de arbitrar una regulaci¨®n-marco que garantice las medidas preventivas en todo el territorio.

En plena crisis por el brote de Alcoy, la titular de Sanidad se comprometi¨® a tener lista esa normativa a principios de 2001. No ha cumplido su compromiso, y la nueva oleada le ha pillado, una vez m¨¢s, en situaci¨®n de renuncio. Esta vez, sin embargo, no le va a salir gratis a Celia Villalobos su falta de previsi¨®n. El brote de Murcia se est¨¢ revelando de una virulencia inusual. Con m¨¢s de 250 personas infectadas hasta la fecha, la epidemia puede alcanzar en los pr¨®ximos d¨ªas mayores proporciones, ya que el periodo de incubaci¨®n oscila entre 2 y 10 d¨ªas. Si tenemos en cuenta que como m¨¢ximo un 5% de los expuestos llega a contraer la neumon¨ªa causada por la bacteria, todo indica que son muchos los ciudadanos en riesgo.

Los nuevos casos de legionela son, por lo dem¨¢s, un buen ejemplo de la creciente vulnerabilidad de la salud comunitaria en las actuales aglomeraciones urbanas, donde cualquier incidencia infecciosa, cualquier crisis alimentaria, puede tener consecuencias potencialmente muy graves. Mientras tanto, Sanidad anuncia normas que siempre parecen llegar tarde.