Los profesionales debaten sobre 'la pasi¨®n y el oficio de editar' en un curso en Santander
Jorge Herralde asegura en la Men¨¦ndez Pelayo que el sector no est¨¢ en peligro de extinci¨®n
Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez, creador y alma m¨¢ter del Encuentro sobre la Edici¨®n que se celebra cada verano en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo, en Santander, encarg¨® la 17? edici¨®n, que ayer se inaugur¨®, al editor Jorge Herralde (Anagrama). Y ¨¦l le dio un t¨ªtulo, Pasi¨®n y oficio de editar, y un subt¨ªtulo, 'La edici¨®n con editores', que son ya promesa cumplida en la primera jornada del encuentro. 'Los verdaderos editores existen y no est¨¢n en peligro de extinci¨®n', afirm¨® Herralde. Este consagrado editor ha querido hacer un gui?o a la apocal¨ªptica visi¨®n del norteamericano Andr¨¦ Schiffrin en su libro La edici¨®n sin editores, en el que augura la desaparici¨®n de los editores bajo el signo de la hiperconcentraci¨®n. Vamos, que la cosa no est¨¢ tan mal. Incluso los grandes grupos en Espa?a tienen y buscan editores de verdad, de los que leen y tienen gusto, admite Herralde.
Herralde ha organizado un recorrido por la edici¨®n desde los a?os sesenta hasta los nov¨ªsimos editores, y por primera vez en los 17 a?os que lleva el curso de edici¨®n en Santander, adem¨¢s de editores espa?oles y latinoamericanos, participan tambi¨¦n europeos y norteamericanos. Javier Pradera, que se inici¨® en la edici¨®n en Tecnos, que estuvo con Jos¨¦ Ortega Spottorno y con Jaime Salinas, en la fundaci¨®n de Alianza, explic¨® que la sombra amenazante que se vive hoy en el mundo de la edici¨®n, esa 'inquietud' que planea sobre el mundo editorial, se debe a la escisi¨®n que se ha producido en la figura del editor cl¨¢sico, y que esa inquietud se extiende a todo el mundo de la cultura, porque, en general, se ha roto el equilibrio entre las dos funciones del editor, que tan bien descritas est¨¢n en ingl¨¦s: publisher, el empresario de la edici¨®n, y el editor, el responsable literario; entre el valor de uso y el valor de cambio; entre lo que es un bien cultural y lo que es una mercanc¨ªa.
Para Francisco Porr¨²a, director literario de la editorial argentina Sudamericana, el que contrat¨® Rayuela, de Cort¨¢zar, y Cien a?os de soledad, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, que luego fund¨® Minotauro, probablemente una de las mejores editoriales de ciencia-ficci¨®n, ese necesario equilibrio se rompi¨® cuando un jefe de ventas de Sudamericana le dijo el libro que ten¨ªa que publicar. 'Eran unos cuentos muy malos de una se?ora que no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s. Comprend¨ª que era el final de una etapa, el final de un editor'.
Pradera no quiso hacer una eleg¨ªa de los viejos tiempos, ni siquiera de los malos presagios que algunos vaticinan. 'Los rasgos negativos de hoy son coyunturales, y lo que puedo ver en el futuro es la reunificaci¨®n plat¨®nica entre el publisher y el editor. Hay s¨ªntomas esperanzadores', dijo, 'como los nuevos editores peque?os que est¨¢n haciendo cat¨¢logos admirables fuera del frenes¨ª bestselleriano, o la oportunidad de las nuevas tecnolog¨ªas'.
Xavier Folch, hoy en Grup 62, expulsado de la Universidad de Barcelona en 1967, junto a otros 69 profesores -'me echaron por antifranquista, no por incompetente, que lo era'-, empez¨® sus andanzas editoriales en Ariel, hoy Grupo Planeta. 'Su destino final me deja un mal sabor de boca. Los grandes grupos no saben administrar lo que compran. No soy propenso a la nostalgia, pero he visto c¨®mo se deshace en muy poco tiempo lo que tantos a?os ha costado hacer'.
Manuel Borr¨¤s, el m¨¢s joven de los editores de los setenta, fue el m¨¢s radical. Explic¨® las dificultades administrativas que le pusieron cuando quiso montar PreTextos a los 18 a?os y c¨®mo en 1976 pudo sacar sus primeros libros. Puso a caldo la transici¨®n y el papel del 'nuevorriquismo cultural'; habl¨® de c¨®mo no confiaron en ¨¦l ni la 'diestra ni la siniestra'. Sus ¨²ltimas palabras provocaron aplausos y solidaridad. 'Como dice el director de estas jornadas, Jorge Herralde, constituimos la tribu de los ¨²ltimos mohicanos, pero no estar¨ªa de m¨¢s a?adir junto a Nietzsche que nuestro trabajo ha sido y ser¨¢ una labor de solitarios, m¨¢s all¨¢ del poder y del mercado. Nosotros, los solitarios. Nada m¨¢s, muchas gracias'.
Amigos y residentes (unos d¨ªas) en Santander
El a?o pasado, editores y Administraci¨®n se las tuvieron con aquella historia, ?se acuerdan?, de la liberalizaci¨®n de los descuentos en el precio de los libros de texto. Quien se llev¨® la peor parte fue el director general del Libro, Fernando de Lanzas, que las recibi¨® todas con estoica elegancia. Este a?o, la amenaza de descuentos libres para todos los libros ha desaparecido y reina la m¨¢s estudiada cortes¨ªa. Parabienes para todos. Aunque nunca se sabe si las aguas calmas ocultan tormenta.
El a?o pasado, De Lanzas y Josep Llu¨ªs Monreal, entonces presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, anunciaron a bombo y platillo un plan nacional de fomento de la lectura, que deber¨ªa haber empezado en enero de 2001. Plan habr¨¢; nacional, no se sabe, y conjunto, pues tampoco se sabe del todo. El secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, que se fue tras la sesi¨®n de la ma?ana, afirm¨® que la ministra de Educaci¨®n, Cultura y Deporte, Pilar del Castillo, anunciar¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 23 todos los detalles del plan de fomento de la lectura.
El presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, Emiliano Mart¨ªnez, se?al¨® que la organizaci¨®n que ¨¦l preside presentar¨¢ en septiembre un an¨¢lisis de la situaci¨®n y una serie de iniciativas. En fin, a la expectativa.
De Cuenca dio datos que a todos parecieron bonitos: las peque?as nuevas editoriales han crecido un 8,7% y su facturaci¨®n se ha incrementado un 12,2%. Del plan de fomento de la lectura dijo que va destinado a los ciudadanos de entre 10 o 12 a?os y 16, porque es 'en esa edad cuando se crea el h¨¢bito de la lectura'. Afirm¨® que se destinar¨¢n al plan en cuatro a?os 22.600 millones de pesetas, 4.264 en este 2001, y que 520 millones ser¨¢n destinados a la promoci¨®n del plan a medios de comunicaci¨®n. Ojal¨¢ los chicos y sus padres, aparte de ver televisi¨®n, lean peri¨®dicos. La parte m¨¢s importante del presupuesto estar¨¢ dedicada a bibliotecas p¨²blicas y bibliotecas de aula.
Otro dato interesante que aport¨® Mart¨ªnez es que de los 420.000 millones de pesetas que factur¨® el sector editorial en 2000, 20.000 millones fueron recaudados por los libros de bolsillo.
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