El testigo clave en el caso del juez de vigilancia penitenciaria es un preso huido al que dej¨® libre

Uno de los testimonios m¨¢s importantes para aclarar en parte los supuestos delitos por los que se ha abierto causa contra el juez de vigilancia penitenciaria de Valencia y Castell¨®n, Ernesto Alberola, se encuentra en paradero desconocido. Ese testigo, G. J. F., condenado recientemente por homicidio y tr¨¢fico de drogas, disfrutaba del tercer grado, concedido por Alberola, y aprovech¨® esa circunstancia para darse a la fuga. En el marco de la investigaci¨®n sobre los hechos en los que G. J. F. particip¨®, ocurridos en 1993 en la Fundici¨®n Arribas de Alaqu¨¤s y juzgados en la Audiencia el pasado abril, se realizaron unas escuchas telef¨®nicas que alertaron sobre posibles irregularidades en el juzgado de vigilancia penitenciaria.

Ernesto Alberola confirm¨® ayer a EL PA?S que ya hab¨ªa prestado declaraci¨®n ante el tribunal de la Sala de Lo Civil y Penal del TSJ hace varias semanas. 'Contest¨¦ a lo que me preguntaron y punto. ?Qu¨¦ otra cosa voy a hacer? Y si me vuelven a llamar, pues volver¨¦ a responder a lo que se me diga'. Alberola, que niega las acusaciones de prevaricaci¨®n y revelaci¨®n de secretos (se entiende este ¨²ltimo como proporcionar informaci¨®n sobre sumarios a abogados), contin¨²a al frente del juzgado de vigilancia penitenciaria de Valencia y Castell¨®n. Aparentemente, su juzgado se mantiene como si nada ocurriera, aunque seg¨²n fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n los funcionarios que trabajan con ¨¦l tambi¨¦n han sido llamados a declarar. Quienes s¨ª notan cambios son los abogados que acuden a ¨¦l, como antes lo hac¨ªan, y comprueban que 'su criterio de aplicaci¨®n de la ley es radicalmente opuesto al que hasta ahora le caracterizaba, no concede nada y atiende personalmente de forma muy escasa', asegura un letrado de los m¨¢s habituales de su despacho.

Fuentes cercanas al caso aseguran tambi¨¦n que la persona a la que varios abogados se han referido como intermediaria entre los presos y el juez de vigilancia penitenciaria en la concesi¨®n irregular del tercer grado, conocida como la rubia, ex funcionaria interina, tambi¨¦n est¨¢ imputada en la misma causa abierta contra Ernesto Alberola.

De los dos delitos que podr¨ªan apartar al juez Alberola de la carrera judicial, el de prevaricaci¨®n no necesita, t¨¦cnicamente, testigos. La prueba fundamental es el an¨¢lisis minucioso que se est¨¢ realizando sobre las concesiones de permisos o recalificaciones de grado, que en el caso del tercer grado eran -hasta que iniciara el proceso- recurridas casi en su totalidad por el fiscal de vigilancia penitenciaria.

Pero para demostrar la revelaci¨®n de secretos, el otro delito que supuestamente ha cometido Alberola, s¨ª son necesarios los testigos. Al menos una decena de personas han sido citadas a declarar y es ah¨ª donde resulta clave el testimonio de G. J. F., en busca y captura..