Los disturbios en las marchas protestantes de Irlanda del Norte dejan decenas de heridos
Hoy se reanudan las conversaciones para buscar una salida a la crisis del proceso de paz
La victoria de Guillermo de Orange sobre el cat¨®lico Jaime II en la batalla del Boyne, en 1690, conmemorada en las marchas, legitima a ojos de los protestantes su minoritaria presencia en la cat¨®lica isla de Irlanda. Y simboliza tambi¨¦n su determinaci¨®n a seguir manteni¨¦ndose unidos a la corona brit¨¢nica a trav¨¦s de la provincia de Irlanda del Norte, separada de la Rep¨²blica de Irlanda.
Cada a?o, cuando llega el 12 de julio, los protestantes marchan ataviados con sus trajes negros, sus bombines negros, sus chalecos de seda naranja, desafiantes unos, pac¨ªficos otros. Los festejos empiezan la v¨ªspera, con inmensas hogueras callejeras. Los fuegos de este a?o, como tantos otros, han servido para alumbrar los primeros disturbios.
Los primeros altercados graves se produjeron en Portadown, al sur de Belfast, donde la polic¨ªa se enfrent¨® con balas de goma y ca?ones de agua a los manifestantes, que les lanzaban piedras, cohetes y c¨®cteles m¨®lotov. Un total de 21 agentes y 2 civiles resultaron heridos, aunque ninguno de gravedad, seg¨²n la polic¨ªa. Los unionistas atacaron con bombas incendiarias un grupo de viviendas cat¨®licas y lanzaron tres bombas caseras a la polic¨ªa.
[QQ] Las marchas protestantes se desarrollaron entre la calma tensa, tan precaria, que algunas terminaron por desatar la agresividad contenida. Al paso de una marcha por el barrio de Ardoyne, al norte de Belfast, cientos de cat¨®licos rompieron el cord¨®n policial y se enfrentaron a los agentes; en la batalla campal asomaron de nuevo los ca?ones de agua y toda la parafernalia antidisturbios, as¨ª como la bater¨ªa de proyectiles caseros por parte de los republicanos. La polic¨ªa inform¨® de que 55 agentes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, con un hachazo en la cabeza. No hubo menci¨®n a heridos civiles, aunque los cat¨®licos aseguraban que se contaban tambi¨¦n por decenas.
Tambi¨¦n hubo enfrentamientos entre las dos comunidades en el barrio de Short Strand, en la capital norirlandesa, y en la ciudad de Ballycastle, en la costa.
Con este desolado pre¨¢mbulo, se reanudan hoy las conversaciones para encontrar una salida a la crisis que atraviesa el proceso de paz. Los primeros ministros de Irlanda, Berti Ahern, y Reino Unido, Tony Blair, volver¨¢n a reunir a los l¨ªderes de los partidos que apoyan el proceso.
Ahern y Blair intentar¨¢n superar los tres escollos que desde hace meses parecen otra vez insalvables: el desarme de los grupos paramilitares, la reforma de la polic¨ªa y la desmilitarizaci¨®n de la provincia (retirada del Ej¨¦rcito brit¨¢nico). Tres obst¨¢culos m¨¢s cargados de simbolismo que de otra cosa. Precisamente por eso es tan dif¨ªcil llegar a un acuerdo.
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