Que las pateras

Que no sea llegando en pateras, que no sea as¨ª. Que sea como ha declarado el valenciano Juan Cotino, director general de la Polic¨ªa: que hay que dejar que entren los emigrantes en todos los estados europeos, que hay que combatir con armas suficientes las mafias que controlan la redes de emigraci¨®n ilegal, que extorsionan con demasiada frecuencia a los dem¨¢s y les obligan en determinadas ocasiones a delinquir. Que sea as¨ª, sin pateras, pero que entren. Porque indicar que la mitad de los delitos en Espa?a los cometen los extranjeros, que tambi¨¦n dijo Cotino, tambi¨¦n es la mitad de una verdad. Y la mitad de una verdad puede falsear la realidad. Que en cuesti¨®n de emigraci¨®n, cuando se falsea la realidad, cabe la posibilidad de que aumenten sustancialmente las agresiones xen¨®fobas y racistas. Que aumentar, tambi¨¦n han aumentado. Que tampoco anda falta de raz¨®n Mercedes Herbalejos, la ciudadana esa que se ocupa de SOS Racisme, cuando demuestra estad¨ªsticamente que se han incrementado las agresiones contra los te¨®ricamente conciudadanos nuestros con una determinado acento, con otro color de piel, con pelo azabache y rizado.

Que la cuesti¨®n no es trivial. Que en las escuelas de algunos pueblos valencianos, el n¨²mero de alumnos de otras nacionalidades alcanza ya el 20%. Que va a m¨¢s y que eso pertenece a la estampa de lo cotidiano. Que es como contemplar el rifirrafe de dos adolescentes valencianos, que se contempla, y que llegan a las manos tras regalarse mutuamente con insultos tales como 'bosnio, moro o gitano'. Que a lo peor esos adolescentes no saben localizar en el mapa Bosnia-Herzegovina ni el Rif. Que m¨¢s bien calcan modelos de comportamientos adultos, pero que Bradford no es tan s¨®lo una ciudad inglesa donde j¨®venes brit¨¢nicos, de origen asi¨¢tico o europeo, protagonizan escenas de violencia extrema este verano. Que Bradford la podemos encontrar cualquier d¨ªa en la pr¨®xima esquina. Que cualquier d¨ªa pueden mezclarse tambi¨¦n por aqu¨ª la aprensi¨®n imaginaria hacia el te¨®ricamente extranjero con la pobreza o una crisis econ¨®mica. Y que la mezcla puede ser explosiva.

Que la mejor medicina es la preventiva. Que menos T¨®mbola y m¨¢s coloquio y debate en los medios p¨²blicos que a todos llegan, hasta a los que leen con dificultad. Que aqu¨ª necesitamos a Mar¨ªa, la rumana, como necesitamos el trabajo callado de esos dignos rostros andinos, cuya correcta entonaci¨®n del castellano supera con mucho a la nuestra. Que tambi¨¦n necesitamos los ¨¢giles brazos de los mozalbetes rife?os que cosechan nuestras alcachofas y que le rezan a un mismo Dios con distinto nombre. Que, por respeto y por decoro, Mar¨ªa no se llama Mar¨ªa, pero existe y cuida con esmero a la octogenaria Amparo. Que Amparo, vecinos, que ayud¨® durante muchas d¨¦cadas a llegar a estas tierras de las flores y el amor a miles de valencianos, porque fue comadrona, tiene que ser ayudada por Mar¨ªa que lleg¨® desde los C¨¢rpatos rumanos y a quien nadie ayud¨® a llegar aqu¨ª.

Que las y los necesitamos. Que ellos escapan del hambre, del desempleo y, en ocasiones, de la opresi¨®n y la violencia. Que aqu¨ª, en estas mismas p¨¢ginas, escribi¨® Vargas Llosa hace como siete a?os, y ahora vuelve a decirlo en su libro El Lenguaje de la Pasi¨®n, que 'la emigraci¨®n de cualquier color y sabor es una inyecci¨®n de vida, energ¨ªa y cultura', y a?ade, 'que los pa¨ªses deber¨ªan recibirla como una bendici¨®n'.