Mueren dos hombres en una reyerta vinculada al asesinato de un matrimonio en Madrid
La Guardia Civil indaga si la pelea en Melide fue en venganza por el crimen del Pozo del Huevo
Dos hombres de 22 a?os, Alfredo Romero Montoya y Jos¨¦ Romero Montero, fallecieron y otros cuatro resultaron heridos el domingo en una reyerta entre familias gitanas que estall¨® durante una feria en Melide (A Coru?a), presuntamente en venganza por el asesinato a tiros de un matrimonio en el poblado del Pozo del Huevo, de Madrid, cuando estaban en un coche con sus tres hijas. Ese crimen, ocurrido el pasado d¨ªa 3, se atribuy¨® a un clan gallego que lo habr¨ªa cometido tambi¨¦n en represalia por la muerte de un pariente, hace cinco a?os, en el barrio madrile?o de San Blas.
Desde que se produjo el doble asesinato de Madrid, el poblado de O Carqueixo, en Lugo, con unos 700 habitantes de mayor¨ªa gitana, viv¨ªa en estado de alerta y bajo una especial protecci¨®n de la polic¨ªa por temerse una acci¨®n de venganza que, finalmente, se traslad¨® a Melide. Los hechos se produjeron poco despu¨¦s de las seis y media de la tarde del domingo en la calle de Gaiteiros Os Garceiras de esa localidad coru?esa.
En esta villa y en la pr¨®xima de Arz¨²a viven familiares de Romero Montoya que son muy estimados por el vecindario. Pero el domingo frente a su casa una brutal reyerta con armas blancas y de fuego, en la que participaron familiares de unos y otros venidos de Arz¨²a, como todos los domingos, para vender ropa en el mercadillo ambulante.
Los Romero Montoya pertenecen al denominado clan gallego al que se atribuye el asesinato del matrimonio formado por Emilio Montoya Borja, de 30 a?os, y Roc¨ªo Iglesias Mu?oz, de 32, en el Pozo del Huevo.
A ra¨ªz de este asesinato, todos los relacionados con dicho clan huyeron del asentamiento para refugiarse en las casas de parientes que habitan en poblados repartidos por las cuatro provincias gallegas. En el de O Carqueixo, en la ciudad de Lugo, fue donde m¨¢s se hizo notar la alarma. Sus habitantes pidieron protecci¨®n a las autoridades y la polic¨ªa local lleg¨® a expulsar, hace unos d¨ªas, a un grupo presuntamente procedente de Madrid que acamp¨® en un solar de la Ronda das Mercedes.
El detonante de la refriega de Melide pertenece al secreto del sumario decretado por la juez encargada del caso. Las versiones conseguidas de testigos, entre las docenas de ellos que se encontraban en el campo de la feria de Melide, pr¨®xima al lugar de los hechos, remiten a la confusi¨®n generada por el ir y venir alterado de familias gitanas, despu¨¦s de escuchar varias detonaciones de arma de fuego. Algunos de estos testigos dicen haber presenciado c¨®mo a un hombre le tapaban la cabeza con una toalla y le descerrajaban un tiro en el pecho.
Pu?aladas y disparos
Alfredo Romero Montoya y sus hermanos Manuel y Eusebio fueron apu?alados. El primero recibi¨® dos cuchilladas en el cuello y otra en el coraz¨®n, mortal de necesidad. Sus dos hermanos, de 31 y 29 a?os respectivamente, ingresaron por su propio pie en el Hospital Xeral de Lugo, hasta donde se desplazaron desde Melide conduciendo durante 50 kil¨®metros su propio coche y sangrando (uno de ellos, por el cuello, aunque la pu?alada no lleg¨® a alcanzar ning¨²n punto vital). Los dos se?alaron su direcci¨®n en Vallecas, junto al Pozo del Huevo.
Jos¨¦ Romero Moreno y sus hermanos Manuel y Julio, de 28 y 30 a?os, fueron abatidos a tiros. El primero recibi¨® dos disparos mortales, uno en el coraz¨®n y otro en el abdomen. Sus hermanos ingresaron en el Hospital Cl¨ªnico de Santiago de Compostela con heridas de bala. Su estado es grave.
Las dotaciones de la Guardia Civil que acudieron al lugar de los hechos, minutos despu¨¦s de saldarse, s¨®lo encontraron rastros dispersos de sangre, dos cargadores de pistola, una docena larga de casquillos de bala y un profundo silencio. Las dos familias trasladaron en sendas furgonetas, una a su muerto, la otra al suyo y a sus dos heridos, unos, al centro m¨¦dico de Melide y al Punto de Atenci¨®n Continuada de Arz¨²a, distantes entre s¨ª unos 15 kil¨®metros.
Horas despu¨¦s se vieron ante el Instituto Anat¨®mico Forense de Santiago. Los familiares de ambos fallecidos lamentaban lo sucedido y clamaban una vuelta m¨¢s de la rueda de la venganza.
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