Tres que prometen
Los tres aspirantes promet¨ªan. Promet¨ªan tanto que a lo mejor hasta juraban. "Juro que quiero ser torero", parec¨ªan decir. E iban y se pon¨ªan a torear.
Cada uno seg¨²n su estilo. Eso de que las escuelas taurinas uniforman los estilos no es cierto y aqu¨ª est¨¢ la demostraci¨®n. Ninguno de los tres, alumnos aventajados de escuelas taurinas, se parec¨ªan en nada.
El albacetense Miguel ?ngel Franco recordaba en las formas a Manuel Caballero que es paisano suyo. Principalmente cuando al empalmar los pases, retiraba presto la pierna para esconderla atr¨¢s y depositaba la planta en la arena con afectada parsimonia. Se trata quiz¨¢ no del antitoreo como mas s¨ª de una concepci¨®n inversa al toreo que la tauromaquia pura impone y ense?a.
Los otros dos alumnos, de la acreditada Escola de Tauromaquia de Val¨¨nsia, el toreo que hac¨ªan o por lo menos intentaban era al rev¨¦s que el del colega; o sea, al derecho y en divina forma. El de El Javi, arrebatador, pues este joven se arrebataba como cargado de p¨®lvora -polvorilla, lo llamar¨ªa el pueblo llano- en tanto David Garc¨ªa se daba a una interpretaci¨®n art¨ªstica de gran templanza, naturalidad y armon¨ªa.
Por esas paradojas de la vida el alumno Garc¨ªa obtuvo los menores reconocimientos al concluir sus actuaciones, si bien los efectos parad¨®jicos los produjo el real desacierto con que manej¨® la espada. Lo cual no merm¨® el buen recuerdo que dejaron en los aficionados sus ver¨®nicas, sus naturales y sus redondos llevando al toro casi mecido y por supuesto toreado.
El Javi es un peque?ajo (dicho sea con simpat¨ªa) de pocas chichas y mucha pelambrera rematada en bamboleante flequillo, que iba a por todas, no le falt¨® la portagayola, se recreci¨® tras sufrir un serio revolc¨®n, tir¨® zapopinas, mulete¨® valeroso y esas son muestras palpables de que quiere ser torero.
Para ser torero no basta con formular promesas sino que se debe mostrar la voluntad fehaciente, como Franco, que si se decide a cargar la suerte en vez de descargarla saldr¨¢ ganando y a los notables David Garc¨ªa y El Javi.
Los tres, alumnos de escuelas taurinas, que est¨¢n patrocinadas por organismos oficiales. Y no suspenden festejos -ni ellas ni apenas nadie- seg¨²n divulgan los taurinos para sobredimensionar la cuesti¨®n de las subvenciones, las incineraciones y los test pri¨®nicos, montar con eso una amenaza de huelga y sacar tajada.
Quinta / Franco, Javi, Garc¨ªa
Novillos de La Quinta (sin caballos), terciados, con casta y nobleza. Miguel ?ngel Franco: pinchazo y bajonazo descarado (ovaci¨®n y salida al tercio); dos pinchazos y estocada tendida (silencio). El Javi: estocada delantera perpendicular ca¨ªda a toro arrancado, cuatro ruedas insistentes de peones -aviso con retraso- y descabell(ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y estocada trasera ladeada (oreja). David Garc¨ªa: estocada a un tiempo delantera que asoma -aviso- y dos descabellos (palmas); (dos estocadas, descabello -aviso- y descabello (palmas). El primero de la escuela taurina de Albacete y los otros dos de la de Valencia. Plaza de Valencia, 17 de julio. 1? corrida de feria. Media entrada.
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