El toque de queda se extiende en Francia
Numerosas ciudades proh¨ªben a los muchachos circular por la noche
Un diluvio desluci¨® la fiesta nacional francesa, pero bast¨® que escampara para que bandas urbanas de la regi¨®n parisiense salieran a quemar coches por docenas. Mientras los fuegos artificiales de Par¨ªs reun¨ªan a 250.000 espectadores sin incidente alguno, 150 veh¨ªculos fueron quemados a unos pocos kil¨®metros, atizando as¨ª la pol¨¦mica de la inseguridad, a la que el presidente Chirac ha aportado un diagn¨®stico lapidario: 'Esto es insoportable'.
Todas las ocasiones son buenas para quemar coches en Francia. Los de Estrasburgo arden cada fin de a?o, igual que ocurre en otras partes cuando es el D¨ªa de la Madre o cuando termina el curso escolar. Pero no siempre se llega al nivel de salvajismo protagonizado por un par de centenares de j¨®venes en Aulnay, uno de esos suburbios dif¨ªciles del noreste de Par¨ªs: primero cortaron la electricidad a un barrio de 23.000 habitantes, despu¨¦s quemaron el local de los servicios de protecci¨®n infantil y finalmente se pusieron a incendiar coches. Los bomberos fueron atacados a medida que llegaban, un acto especialmente odioso hacia un cuerpo sumamente popular y siempre aplaudido entre los franceses: un modo m¨¢s de alimentar la espiral del miedo.
Miedo y preocupaci¨®n por los actos de guerrilla urbana en las celebraciones de los adolescentes
La brillante fachada de la capital francesa esconde una periferia llena de problemas. Lo ocurrido en Aulnay se interpreta como una represalia por la condena de un joven delincuente a diez meses de c¨¢rcel tras haber apedreado a una patrulla. Fuentes policiales, mencionadas por el diario Le Monde, aseguran: 'Cada vez que las fuerzas del orden se presentan en el territorio de las bandas, esto se considera como un casus belli'.
La izquierda, en el poder desde hace cuatro a?os, se ha atenido a la tradici¨®n republicana de una polic¨ªa ¨²nica. Pero la derecha se calz¨® las botas de siete leguas en las ¨²ltimas elecciones municipales y de ah¨ª vienen los ensayos de toques de queda nocturnos para menores de 13 a?os, que se extienden como la p¨®lvora, mientras muchos se interrogan de qu¨¦ servir¨¢ eso para cortar la guerrilla urbana.
El toque de queda es la ¨²ltima moda de la Costa Azul. Ayer entr¨® en vigor el de Niza: hasta el 30 de septiembre se proh¨ªbe a los ni?os de menos de 13 a?os que circulen solos a partir de las diez de la noche por la Promenade des Anglais y dem¨¢s zonas chic. Cannes, la dulce ciudad de los festivales, ha decretado esa misma medida y Antibes y Cagnes sur Mer se han sumado. Abri¨® el fuego el combativo alcalde de Orl¨¦ans, 130 kil¨®metros al sur de Par¨ªs.
En las cercan¨ªas de la capital, las ciudades de Colombes y de Etampes han lanzado sendos bandos prohibicionistas, si bien el de esta ¨²ltima ha sido anulado por el tribunal de Versalles, porque el territorio prohibido comprend¨ªa todo el municipio. Lo que cuela es decretar el toque de queda para 'barrios sensibles', reduciendo as¨ª la poblaci¨®n afectada, pero estigmatizando a¨²n m¨¢s a los lugares de Francia donde se vive peor, hay m¨¢s paro y menos posibilidades tienen los ni?os de irse de vacaciones. En Colombes, una ciudad de 80.000 habitantes en la periferia de Par¨ªs, gobernada 36 a?os por los comunistas y ahora con alcaldesa neogaullista, muchos vecinos se preguntan por qu¨¦ se impone el toque de queda en sus barrios y no en otros, o por qu¨¦ no en toda Francia.
'Es una medida desproporcionada, espectacular', opina Elisabeth Chauvet, juez de menores y miembro de la direcci¨®n del Sindicato Nacional de la Magistratura. 'Felizmente, Francia no est¨¢ en guerra y los ni?os no son los enemigos de Francia', argumenta la secretaria general de la Defensora del Menor, Patrice Blanc, quien considerar¨ªa acertado ayudar a los padres en vez de perseguir a los ni?os. En el seno del Gobierno de izquierda, las posturas est¨¢n divididas: '?D¨®nde est¨¢n los padres de esos ni?os?', contesta la ministra de la Familia, S¨¦gol¨¨ne Royal.
Desde luego, Francia tiene un problema: 'Hemos dejado que se constituyan guetos', se lamenta el ministro de Educaci¨®n, Jack Lang. He ah¨ª el tal¨®n de Aquiles de este pa¨ªs multicultural.

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