Petro y Benedetti, ?una f¨®rmula para la transici¨®n cacocr¨¢tica?
Todo parece indicar que el ¡°Gobierno del Cambio¡± ser¨¢ el de la transacci¨®n cacocr¨¢tica y no el de la transici¨®n democr¨¢tica. Una palabra griega que se puede traducir como un ¡®gobierno de malvados¡¯ o un ¡®mal gobierno¡¯

Con el nombramiento de Armando Benedetti como ministro del Interior y de Gregorio Eljach como procurador general de la Naci¨®n, todo parece indicar que el ¡°Gobierno del Cambio¡± ser¨¢ el de la transacci¨®n cacocr¨¢tica y no el de la transici¨®n democr¨¢tica. La cacocracia es una expresi¨®n cacof¨®nica que rima bien con nuestra realidad pol¨ªtica. Una realidad que dista mucho del r¨¦gimen democr¨¢tico, a pesar de todos los oropeles institucionales con que se reviste desde la Constituci¨®n del 91. El r¨¦gimen abusa de la Carta y se exhibe orgulloso por el mundo como un Estado Social de Derecho y hasta proclama ser una democracia participativa, no obstante tener el mayor n¨²mero de v¨ªctimas irredentas y de victimarios impunes del continente. As¨ª lo revelaron las cifras presentadas por la Comisi¨®n de la Verdad en su Informe Final[1]: ¡°450.664 personas perdieron la vida a causa del conflicto armado entre 1985 y 2018. Si se tiene en cuenta el subregistro, la estimaci¨®n del universo de homicidios puede llegar a 800.000 v¨ªctimas¡±. Y, lamentablemente, esa cifra contin¨²a creciendo con miles de v¨ªctimas desplazadas y confinadas en el Catatumbo, Choc¨®, Cauca y otros municipios del pa¨ªs.
La cacocracia inmemorial
Pero nuestra realidad es otra, completamente diferente. Sobrevivimos alelados en este Macondo, deslumbrados por su belleza natural, extraviados en las redes sociales y deslumbrados con los conciertos demenciales de Shakira, ignorando este espejismo mort¨ªfero llamado democracia. Aunque en su m¨¦dula es un r¨¦gimen cacocr¨¢tico, definido as¨ª por Fund¨¦u[2], la Fundaci¨®n del Espa?ol Urgente: ¡°Por su formaci¨®n a partir del griego kak¨®s (¡®malvado, malo¡¯) y el elemento -cracia (¡®gobierno, poder¡¯), ser¨ªa un ¡®gobierno de malvados¡¯ o un ¡®mal gobierno¡¯ (en ocasiones se ha definido como ¡®gobierno de los ineptos¡¯). Aunque la cacocracia puede incluir la idea de ¡®gobierno de los ladrones¡¯, este ¨²ltimo concepto se expresa m¨¢s precisamente con cleptocracia, a partir del griego kl¨¦ptis, ¡®ladr¨®n¡¯ (como en cleptoman¨ªa)¡±. Para la mayor¨ªa de colombianos el r¨¦gimen ser¨ªa ambas cosas, cleptocr¨¢tico y cacocr¨¢tico, pero se enga?an si creen que es solo a partir de este gobierno y desconocen o niegan que desde tiempos inmemoriales ha sido as¨ª. Incluso, incurriendo en cierto anacronismo, podr¨ªa afirmar que desde la conquista espa?ola el r¨¦gimen est¨¢ impregnado por ambos hados mal¨¦ficos, a pesar de los esfuerzos de algunos gobernantes por liberarse de ellos. Su longevidad se debe, precisamente, a la red de complicidades, lealtades y solidaridades que propicia entre la ¡°gente de bien¡± y los ¡°pol¨ªticos¡±, que se benefician, una vez entran al Estado, de sus alianzas y acuerdos con el crimen, la ilegalidad y los delincuentes de cuello blanco, que la prensa y el ciudadano com¨²n llama ¡°corrupci¨®n¡±, pero cuya denominaci¨®n m¨¢s exacta ser¨ªa cacocracia.
El r¨¦gimen cacocr¨¢tico
Quien mejor lo defini¨®, justamente por conocer el r¨¦gimen desde sus entra?as, fue ?lvaro G¨®mez Hurtado, en pleno esc¨¢ndalo del proceso 8.000: ¡°La pol¨ªtica se ensuci¨® hace ya dos d¨¦cadas, cuando cay¨® bajo el dominio del clientelismo y se someti¨® a la preponderancia del dinero. Desde entonces se qued¨® sucia. Es la forma de dominio que ha tenido el R¨¦gimen imperante para poder doblegar la opini¨®n p¨²blica y aprovecharse de las oportunidades de mando y de los gajes del poder. El R¨¦gimen necesita que la pol¨ªtica sea sucia porque es la manera de conseguir la amplia gama de complicidades que se necesitan para mantener su predominio¡±[3]. Entonces G¨®mez Hurtado dijo que la cuesti¨®n no se resolv¨ªa tumbando a Samper, pues ¨¦ste era reh¨¦n del r¨¦gimen, como ahora lo es el presidente Petro: ¡°un simple prisionero del R¨¦gimen. No tiene autonom¨ªa para dominar el Congreso, ni apoyo pol¨ªtico para disciplinar a su propio partido, ni prestigio suficiente para que la prensa ¨¢ulica le preste un apoyo eficaz¡±[4], escribi¨® sobre el drama de Samper. El 8.000 exhibi¨® sin pudor alguna toda esa tramoya, hasta entonces m¨¢s o menos oculta, de la financiaci¨®n de las campa?as presidenciales. Pero mucho antes y desde entonces todas las campa?as presidenciales exitosas han estado permeadas por poderes de facto ilegales, como el narcotr¨¢fico, el narcoparamilitarismo y hasta la guerrilla, o de los legales como Odebrecht y numerosos empresarios en las campa?as de Juan Manuel Santos y ?scar Iv¨¢n Zuluaga[5], a¨²n pendiente de conclusi¨®n judicial, pues nada sabemos al respecto, en medio de los nuevos y mayores esc¨¢ndalos, que sepultan los de ayer.
Benedetti es el hombre del r¨¦gimen
Por eso Armando Benedetti es el ministro del Interior y Gregorio Eljach el procurador general. Ambos conocen perfectamente c¨®mo funciona el Congreso, adem¨¢s de las intimidades e intereses oscuros de numerosos congresistas, lo cual les permitir¨¢ seguramente transar muchas decisiones vitales para las reformas en tr¨¢mite del ¡°gobierno del cambio¡± o pasar por alto investigaciones disciplinarias que los afecten. La cuesti¨®n de fondo es saber hasta qu¨¦ punto dichas transacciones y negociaciones permitir¨¢n la aprobaci¨®n de reformas como la de salud y laboral, o, por el contrario, ser¨¢ la claudicaci¨®n de las mismas, en favor de los intereses electorales de los congresistas y de los que ellos bien representan, tanto de las EPS como de los gremios econ¨®micos. El presidente Petro, que bien conoce ese entramado de corrupci¨®n y de intereses, donde lo p¨²blico por lo general se subordina a la l¨®gica de intereses particulares, partidistas, corporativos, empresariales y gremiales, se encuentra frente a esa encrucijada hist¨®rica y ha jugado la carta de Benedetti y respaldado el nombramiento de Eljach como procurador general.

La encrucijada hist¨®rica
Esa encrucijada se reflej¨® de manera tragic¨®mica en el Consejo de Ministros, dividido entre leales al proyecto del Pacto Hist¨®rico, que el presidente Petro llam¨® sectarios por vetar la presencia de Benedetti como jefe del Despacho Presidencial y los se?al¨® de quererlo encerrar en la Casa de Nari?o. Falta esperar la forma como Benedetti cumpla su tarea de hombre del r¨¦gimen cacocr¨¢tico y si logra tramitar con ¨¦xito las reformas en curso en el Congreso. Solo entonces sabremos, al final y tard¨ªamente, qui¨¦nes contribuyeron a la transici¨®n democr¨¢tica o, por el contrario, terminaron siendo c¨®mplices de la transacci¨®n cacocr¨¢tica, que consolidar¨¢ por muchas generaciones m¨¢s el actual r¨¦gimen electof¨¢ctico[6], cuya quintaesencia es la simbiosis de la pol¨ªtica con la ilegalidad, el crimen y la impunidad. Una simbiosis exitosa e impunemente forjada por los ¨²ltimos gobiernos, unos en nombre de la Constituci¨®n del 91, otros de la ¡°seguridad democr¨¢tica¡±, ¡°la paz con legalidad¡± y hasta la ¡°paz total¡±. Pero ning¨²n presidente ha podido gobernar sin romper con aquellos que desde la institucionalidad estatal e incluso la rebeli¨®n y la contrainsurgencia han convertido la pol¨ªtica en un negociado de intereses, codicias, cr¨ªmenes, vanidades e impunidades personales, que nos impiden avanzar hacia una transici¨®n y paz democr¨¢tica. ?Ser¨¢ que en el 2026 tendremos la oportunidad y responsabilidad hist¨®rica de no elegir otra vez el mismo r¨¦gimen? ?Habr¨¢ candidaturas para evitarlo o estaremos condenados a vivir bajo esta cacocracia en nombre de la democracia?
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