En defensa de los becarios extranjeros
Quienes firmamos este escrito somos profundos conocedores de la realidad acad¨¦mica universitaria en raz¨®n de nuestro trabajo. Como profesores y personal de Administraci¨®n y Servicios de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y, con independencia de nuestras preferencias pol¨ªticas, por lo dem¨¢s diversas y en muchos casos ortogonales, ejercemos nuestro oficio sobre unas normas y unos procedimientos de car¨¢cter universal.
En este sentido, todos nosotros hemos recibido con desagradable asombro la noticia de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional (AECI) del Ministerio de Asuntos Exteriores por la que se deniega la renovaci¨®n de becas de doctorado a un elevado n¨²mero de estudiantes extranjeros que, becados por dicha agencia, est¨¢n ultimando sus tesis doctorales en Espa?a. Tal renovaci¨®n, correspondiente al cuarto a?o de la beca, si bien viene recogida como hecho excepcional en el texto de la convocatoria, ha sido concedida habitualmente como norma de hecho desde el inicio de este programa, por lo que una pr¨¢ctica de m¨¢s de cincuenta a?os ha consolidado al cuatrienio como el periodo normal para la realizaci¨®n de las tesis doctorales, hecho con el que contaban los directores de las mismas y, naturalmente, los m¨¢s directamente afectados, es decir, los doctorandos.
El anuncio oficial de la denegaci¨®n con muy poco tiempo de antelaci¨®n (en algunos casos, d¨ªas) respecto a lo que es o ha sido ya la finalizaci¨®n de la beca supone un grav¨ªsimo perjuicio personal para los becarios por razones humanitarias de abrumadora obviedad. Pero es m¨¢s, aunque pudiera ajustarse a derecho en raz¨®n de la convocatoria, la medida no se ajusta en absoluto a la expectativa de derecho que emana de la propia historia del caso.
La medida es adem¨¢s absurda desde una relaci¨®n coste-beneficio. El dinero invertido en estos doctores inconclusos cae en saco roto desde el momento en que es harto improbable (nadie que conozca el quehacer investigador puede ignorarlo) que pueda ultimarse una tesis doctoral sin el contacto directo con el director de la misma, del laboratorio, de la biblioteca, del archivo o de cualesquiera otros medios necesarios. Un a?o es un tiempo muy preciso y muy precioso en esta etapa de formaci¨®n.
Desde aqu¨ª queremos hacer una llamada a las correspondientes autoridades para que retomen sus posiciones. La solidaridad, el buen hacer acad¨¦mico, la optimizaci¨®n de los recursos p¨²blicos est¨¢n en juego. La elegancia del pol¨ªtico reside muchas veces en su capacidad para 'sostenerla y... enmendarla'. Esta elegancia pol¨ªtica es hermana del buen gobierno. Eso nos dicen los cl¨¢sicos y el sentido com¨²n.
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