Todos somos la SEPI
Conforta comprobar c¨®mo en Buenos Aires a¨²n cuelgan en los mercadillos aquellos carteles con el ruego 'No se olviden de Cabezas', el reportero gr¨¢fico asesinado por haberse atrevido a fotografiar a un mafioso. En sinton¨ªa con este recordatorio brota ahora otro pedido: 'No se olviden de Aerol¨ªneas'. Es una reacci¨®n ante la condena a muerte presuntamente dictada por su ama, la SEPI espa?ola, esa Sociedad de Participaciones Industriales creada para fundirse empresas p¨²blicas aqu¨ª o allende el oc¨¦ano.
En la capital del R¨ªo de la Plata menudean las manifestaciones, dentro de la movida econ¨®mica general, y hay algo que llama mucho la atenci¨®n de los campamentos aeron¨¢uticos instalados junto a los mostradores de facturaci¨®n: su evidente sentido coral, su apelaci¨®n al argentinismo de los usuarios: 'Todos somos Aerol¨ªneas' . Y su clamor de expropiados: 'Nos robaron los aviones, los simuladores, los pasajeros, los puestos de trabajo...'. Junto a piqueteros y pancartas exhiben dibujos infantiles, mensajes de solidaridad. Tambi¨¦n letras para canciones y recitados, impregnadas de patri¨®tica emoci¨®n (por algo se dice 'l¨ªnea a¨¦rea de bandera'), y melancol¨ªa tanguera : 'Aunque Iberia nos haya robado las alas, jam¨¢s volar¨¢ como El Condor'.
'Nada contra los gallegos', dicen con cordial sinceridad camareros, taxistas, vendedores y manifestantes al distinguir entre compa?¨ªas y personas. 'Las empresas no procuran el inter¨¦s de la naci¨®n, no tienen ra¨ªces, su patria es el dinero. Sabemos que sos tan perjudicados como nosotros por Iberia, Telef¨®nica, Repsol...'.
Para los trabajadores de Aerol¨ªneas, que ahora s¨ª viven del aire, la SEPI es la 'Sociedad Espa?ola Para la conducci¨®n de Idiotas'. Ma?ana hay asamblea de accionistas, y no valen milongas. Porque el problema ahora es, con las papas quemando, qui¨¦n carajo pone la plata. Casi lo mismo que en TVE, pero con una diferencia importante: es m¨¢s f¨¢cil deshacerse de una compa?¨ªa que vende vuelos o acero, que de otra que recauda votos. Por eso aqu¨ª, todav¨ªa, casi todos somos la SEPI (menos Pedro Ferreras).
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