Hilo directo Bahamontes-Sevilla

Federico Mart¨ªn Bahamontes se desespera en Toledo. 'Estos j¨®venes no escuchan. No hacen caso a nadie. Por un o¨ªdo les entra y por otro les sale'. Est¨¢ enfadado, y orgulloso tambi¨¦n. La estirpe manchega tiene por fin otro hombre Tour. La raza de Bahamontes y Oca?a, ganadores en 1959 y 1973, es la raza de ?scar Sevilla, el joven de 24 a?os que luce todos los d¨ªas, tan sonriente como Mancebo el a?o pasado, el maillot blanco de mejor joven. 'Y yo ya s¨¦ desde hace mucho que Sevilla es muy bueno, por algo lo tuve en mi equipo de aficionados y le llev¨¦ a correr a Francia, y le ense?¨¦ de todo, y le dije todo lo que ten¨ªa que hacer en el Tour...Pero ya sabe, los j¨®venes no escuchan'.

'Que s¨ª, que s¨ª que escucho', dice Sevilla, mientras espera, comi¨¦ndose un bocadillo, a que el autob¨²s de rezagados cruce la meta de Pla d'Adet, 40 minutos despu¨¦s de Armstrong, y quede libre el camino y poder bajar al hotel. 'S¨ª que le escucho, s¨ª, y he quedado en llamarle desde el Tour, lo que pasa es que se me pasa. Pero s¨ª que le voy a llamar. De todas maneras, ya habl¨¦ con Federico antes de venir a Francia'. No es el mejor d¨ªa de Sevilla en el Tour en el que se ha revelado ante la afici¨®n mundial. Un comienzo de catarro, unido a su juventud tierna y a la dureza extrema de la etapa, frenaron su ¨¢nimo, su insolencia, su descaro, su audacia. Sus virtudes que son sus defectos. Su temperamento ¨²nico.

'Sevilla es tan generoso que no calcula', dice Jos¨¦ Luis Lagu¨ªa, otro manchego, que es director del Kelme. 'Sufrir¨¢ la muerte del papagayo: se clavar¨¢ su propio pico en el pecho. Es incapaz de reservarse: cuando sienta que se queda sin fuerzas se ir¨¢ hasta delante hasta explotar'.

'Eres muy joven y no tendr¨ªas que pensar en la general. A¨²n te quedan un par de a?os de madurar', le dijo Federico. 'En cambio, vete a por la monta?a, que desde el 74, con Perurena, no lo gana un espa?ol. Yo se lo hice ganar a Pedro Torres, otro manchego, con mi equipo, en el 73, pero es una verg¨¹enza que ya los espa?oles no ganen la monta?a'.

Federico, experto del Tour como pocos (10 participaciones, una victoria, seis reinados de la monta?a, r¨¦cord compartido con el belga Van Impe), le dio consejos a Sevilla. 'Lo importante en el Tour es comer bien y dormir', le dije a Sevilla. 'Hay que comer en las etapas, en los descensos y en los valles. Hay que comer aunque no se tengan ganas, porque si no, en la subida, te quedas vac¨ªo y te clavas'. 'Que s¨ª que como, Federico, que como, t¨² tranquilo', le responde Sevilla. 'S¨ª, pero mueves mucho desarrollo, demasiado. Para escalar hay que ir ligero de piernas, como en mis tiempos, como yo y Charly Gaul, y no con tanto, que parece que vais a reventar'. 'Ya', contesta Sevilla. 'Eso me lo dice desde que era juvenil. Y una vez que me llev¨® a correr a los Pirineos, que subimos el Tourmalet, quer¨ªa que subiera los falsos llanos con el plato peque?o. Cuando se iba en el coche volv¨ªa a subir de plato. Me sofocaba, me cansaba de dar tantos pedales. Yo soy un ciclista de fuerza'.

Y Sevilla mira a Armstrong mover el molinillo m¨¢s deprisa todav¨ªa que Bahamontes en sus tiempos, y siente que el viejo Federico tiene raz¨®n. 'Pero, claro, los j¨®venes no escuchan'.