Un solo objetivo: romper el sistema
Desde anarquistas violentos hasta pacifistas y jubilados, los espa?oles que protestan contra la globalizaci¨®n representan las tendencias m¨¢s diversas
Horas antes de verse atrapado en la manifestaci¨®n que dio lugar a la tragedia del viernes, Diego, un economista de Bilbao de 27 a?os, explicaba una visi¨®n de su protesta contra el G-8 que poco ten¨ªa que ver con extintores, disparos y sangre sobre el asfalto: 'Existe un nuevo orden mundial en el que el G-8 es, digamos, un poder ejecutivo global. Despu¨¦s tiene distintos brazos. Uno para mantener el liberalismo en todo el mundo, que es la Organizaci¨®n Mundial del Comercio; los guardianes del capital, que son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, que se encargan de expandir las pol¨ªticas neoliberales, y, por ¨²ltimo, todos ellos tienen su propio brazo armado mundial, que es la OTAN'.
'Este movimiento es lo mejor que se puede hacer para luchar contra el poder tir¨¢nico', dice un argentino de 70 a?os
Uno detr¨¢s de otro, ¨¦stos son los enemigos reconocibles de lo que llamamos movimiento antiglobalizaci¨®n. Diego a?ade: 'Los efectos perversos de esa tendencia a la acumulaci¨®n, desde la II Guerra Mundial, se han intentado corregir durante a?os con pol¨ªticas de reforma desde dentro del sistema hasta llegar al Estado de bienestar, pero ¨¦ste ya no puede m¨¢s ante el avance del neoliberalismo, lo que demuestra la inutilidad de estas pol¨ªticas. Muchos sacamos como conclusi¨®n que el sistema s¨®lo puede cambiarse desde fuera, desde la ruptura, y eso es lo que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª'.
Con ¨¦l van otros 25 componentes de la organizaci¨®n vasca Emen eta Munduan (Aqu¨ª y en el Mundo), una peque?a parte de la representaci¨®n del Pa¨ªs Vasco en G¨¦nova, la segunda m¨¢s importante despu¨¦s de la catalana. A su lado, portando una ikurri?a, Jon Sanz, bilba¨ªno de 26 a?os, a?ade que 'esta globalizaci¨®n econ¨®mica y de pensamiento que nos imponen afecta a todos por igual. Del Pa¨ªs Vasco hay grupos desde religiosos a jarraichus. El gran logro de todo esto es que tanta gente distinta, con objetivos econ¨®micos, pol¨ªticos y morales distintos, reconoce al G-8 como enemigo com¨²n. Los casi 1.500 espa?oles que han viajado a G¨¦nova, seg¨²n portavoces de distintos grupos, componen un crisol de tendencias pol¨ªticas desde el centro-izquierda hasta el anarquismo.
La campa?a contra el Banco Mundial organizada hace apenas un mes en Barcelona ante una reuni¨®n de este organismo, que no lleg¨® a celebrarse por razones de seguridad, est¨¢ detr¨¢s de la gran mayor¨ªa de catalanes que han recalado en G¨¦nova. Se trata del grupo m¨¢s fuerte y organizado de entre los espa?oles. En su caso, el esfuerzo de organizaci¨®n estaba hecho de antes, lo que permiti¨® que hasta seis autobuses partieran de Barcelona durante la semana.
En ellos viajaba todo el espectro que compone la antiglobalizaci¨®n. Eugenio Anselment, de 49 a?os, es qu¨ªmico y miembro del llamado Movimiento de Resistencia Global, y dice: 'Tengo un grupo ecologista en mi barrio y trabajo para la CNT; vengo por razones pol¨ªticas y porque todas esas luchas tienen un enemigo com¨²n: el capital. Por primera vez se piensa que el marco que nos venden no es el ¨²nico posible. Hacer pol¨ªtica es trabajar e intentar poner soluciones, no poner parches. Entendemos que tenemos la obligaci¨®n moral de poner ese debate sobre la mesa. Aqu¨ª, desde el primer d¨ªa fuimos tratados como delincuentes'.
Con ¨¦l viajaban Ra¨²l Quiroz, de 70 a?os, y Griselda Pi?ero, de 60, una pareja con aspecto de venir de la playa en un viaje organizado, argentinos que huyeron de la dictadura de su pa¨ªs en 1976 y viven en Barcelona desde entonces. Gente 'de izquierdas de siempre', pertenecen a esas generaciones que se han dejado fascinar por 'lo m¨¢s importante que ha pasado en pol¨ªtica en los ¨²ltimos 20 a?os'. Desde la red Attack, la organizaci¨®n que propone tasar las transacciones financieras internacionales para compensar al Tercer Mundo, a su edad consideran que 'este movimiento es lo mejor que se puede hacer hoy d¨ªa para luchar contra el poder absoluto y tir¨¢nico. La izquierda verdadera, la de las ideas, comienza a superar a los partidos. La actividad pol¨ªtica ha salido a la calle y ah¨ª es donde debe estar todo el que como nosotros quiera cambiar las cosas'.
En la calle es donde estuvieron tres j¨®venes de Zaragoza (en G¨¦nova hab¨ªa unos 25 ma?os, aunque muy dispersos)- de los que s¨®lo Daniel quiso dar su nombre- que en la noche del jueves despertaron a sus vecinos de c¨¢mping pintando unos cascos de negro. Fueron a uno de los llamados bloques negros, los grupos de anarquistas que vinieron a G¨¦nova s¨®lo para buscar el enfrentamiento directo con la polic¨ªa. Esa ma?ana fueron increpados por Kevin, un irland¨¦s pacifista que representaba los temores de todos los que no deseaban verse atrapados en un intercambio de pedradas y tuvieron una discusi¨®n premonitoria:
-Si hacemos algo, que lo haremos, basta con no estar a nuestro lado. Si os pegan a los dem¨¢s, desde luego no ser¨¢ por nuestra culpa. Nosotros estaremos en otro lado.
-?C¨®mo que en otro lado? Yo no tengo que evitaros a vosotros; en todo caso deber¨ªa evitar a la polic¨ªa. Deb¨¦is entender que lo que vais a hacer es justamente lo que quieren. Esta ciudad est¨¢ sitiada esperando la m¨¢s m¨ªnima provocaci¨®n. Yo creo que es mucho m¨¢s peligroso para el sistema la acci¨®n pac¨ªfica. Ya ocurri¨® en Barcelona, que al final pegaron a la gente indefensa.
-Pero eso es culpa de la polic¨ªa, no nuestra.
-Yo ven¨ªa pensando que el principal problema era la polic¨ªa infiltrada y resulta que no hace falta, que ya le hac¨¦is vosotros el trabajo. Espero que os den una medalla.
Se consideran anarcosindicalistas y consiguieron el equipo (gafas de buzo y m¨¢scaras) en la ciudad. 'Hemos venido a luchar contra el capitalismo, contra el hecho de que la gente se muera de hambre y encima ocho t¨ªos decidan por ellos. Esa lucha va a ser dura. Aqu¨ª no se viene a divertirse, sino a tirar muros. Adem¨¢s, si no hubiera violencia, las manifestaciones jam¨¢s saldr¨ªan en los medios y todo esto no servir¨ªa para nada'.
El viernes por la noche, mientras le hac¨ªan la autopsia al cad¨¢ver de Carlo Giuliani, los tres estaban junto a una asamblea de espa?oles: 'Fuimos con el Bloque Negro, s¨ª, pero cuando vimos lo que estaban haciendo nos dimos la vuelta. Esper¨¢bamos marcha, pero el grado de violencia y de destrucci¨®n era brutal. Yo nunca hab¨ªa visto nada as¨ª'. Aparte de estos grupos, el grueso de las personas que estuvieron en G¨¦nova lleg¨® por su cuenta, como Daniel, un inform¨¢tico de 27 a?os que viaj¨® desde Sevilla 'para verlo, por curiosidad y por afinidad con muchas de las ideas que se exponen aqu¨ª'. Es m¨¢s, 'ninguno de mis amigos, ni los m¨¢s ¨ªntimos, saben que ven¨ªa'. Ha votado al PSOE, Izquierda Unida o Partido Andalucista en los ¨²ltimos a?os: 'Soy un tipo de izquierdas. Me empez¨® a interesar a ra¨ªz de Seattle. Por Internet fui recogiendo documentaci¨®n y viv¨ª como espectador todas las movilizaciones siguientes. Ahora quer¨ªa vivirlo desde dentro'.
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