Francia reparte a sus altos cargos unos 2.000 millones en dinero negro cada a?o
Todos los meses se produce un trasiego de billetes destinado a cientos de funcionarios
Cada mes hay un baile de sobres de dinero negro, a partir de las transferencias que el Banco de Francia realiza a las cuentas del palacio del El¨ªseo -la residencia del presidente- y a las del gabinete del primer ministro, el ¨®rgano encargado de hacer los repartos.
El man¨¢ se divide en tres partes. La m¨¢s sustancial, de 234 millones de francos -equivalente a 5.920 millones de pesetas-, se destina a los servicios secretos, que no tienen problemas para conseguir m¨¢s dinero si surgen 'necesidades particulares', en expresi¨®n de un experto. El resto se divide as¨ª: 24 millones de francos para la presidencia de la Rep¨²blica y 135 millones de francos para el Gobierno. Los sobres recibidos en cada ministerio contienen una media mensual de 131.000 francos en billetes (3,3 millones de pesetas). Tampoco suele haber problemas para incrementar las cantidades cuando surgen 'gastos accidentales'.
S¨®lo en la oficina del primer ministro hay 600 personas que reciben dinero en estas condiciones. A ellos se destinan 24 millones de francos anuales (607 millones de pesetas), seg¨²n el servicio de informaci¨®n del primer ministro, que reconoce que se gastan en 'remuneraciones complementarias' a 'los miembros del gabinete y del conjunto del personal de los servicios del primer ministro que trabajan en relaci¨®n con el gabinete' (l¨¦ase secretarias y asistentes), 'as¨ª como a gastos relacionados con la seguridad del primer ministro'.
La media es de 40.000 francos por persona (algo m¨¢s de un mill¨®n de pesetas), pero no hay duda de que el director del gabinete dispone de mucho m¨¢s dinero que un asistente. Estas primas en negro son independientes de los gastos regulares de funcionamiento del gabinete. El conjunto de los 33 ministerios y secretar¨ªas de Estado reciben en total otros 52 millones de francos (1.315 millones de pesetas), igualmente para 'primas' del personal de confianza y 'gastos excepcionales de funcionamiento', pero es dif¨ªcil confirmar en qu¨¦ se emplea con exactitud.
'La cuesti¨®n de los fondos reservados no ha provocado ninguna crisis', explica un ex miembro del Gobierno de Edouard Balladur. 'Si se evoca ahora es porque hay asuntos judiciales en curso'. La izquierda tampoco se cuestiona el sistema: los comunistas tienen acceso a fondos reservados desde que est¨¢n en el Gobierno, hace cuatro a?os. Y Jean-Pierre Chev¨¨nement, el ex ministro del Interior con Jospin y furibundo cr¨ªtico del Gobierno actual, describe los fondos reservados simplemente como el 'aceite que hace funcionar la m¨¢quina del Estado'.
As¨ª pues, los diputados votan estas sumas con los ojos cerrados, y casi la mitad del dinero se emplea en lo que el diario Le Monde ha valorado como 'uno de esos bricolajes escandalosos a los que la Rep¨²blica se acomoda desde hace mucho tiempo' y que, adem¨¢s de su opacidad fiscal, 'ha permitido financiar a partidos pol¨ªticos o campa?as electorales'.
El dinero negro del Estado -lo de fondos reservados es un eufemismo- tiene su sitio en el cap¨ªtulo del presupuesto de los servicios generales del primer ministro. En los a?os de gobierno conservador que precedieron al actual de la 'izquierda plural', su monto era mayor: 444,9 millones de francos en 1994, 451,6 millones en 1995, 424,7 millones en 1996, pero en los ¨²ltimos cuatro a?os de gobierno de izquierda apenas ha bajado de 400 millones al a?o.
El parlamentario socialista Jean-Pierre Balligand, que en la legislatura anterior era el encargado de informar sobre el presupuesto de los primeros ministros conservadores -Edouard Balladur y Alain Jupp¨¦-, fue el primero en plantearse la duda sobre la justificaci¨®n de una l¨ªnea presupuestaria cuyo empleo era tan poco transparente. Su sucesor, el conservador Georges Tron, no est¨¢ de acuerdo con la supresi¨®n de los fondos reservados, aunque s¨ª defiende un mayor control. Los primeros espadas de la pol¨ªtica francesa dicen bien poco al respecto: el objetivo de todos es dificultar el uso de los fondos reservados para las operaciones electorales del adversario, pero secar la fuente del dinero... ?eso, ni pensarlo!
El debate abierto sobre el pago en efectivo de los billetes de avi¨®n de Jacques Chirac, de su famila y de varios colaboradores ha alumbrado otras pr¨¢cticas: la costumbre de regalar billetes de avi¨®n de Air France, la compa?¨ªa de bandera, a una pl¨¦yade de personas importantes. Existen diligencias abiertas que se refieren al uso de billetes gratuitos por una panoplia de gentes que va desde el ex primer ministro Edouard Balladur o el ex presidente de la Asamblea Nacional, Philippe S¨¦guin, a los actuales ministros de Defensa y de Educaci¨®n, Alain Richard y Jack Lang, respectivamente. La denuncia de trasiego de billetes 'gratis total' afecta tambi¨¦n al jefe de seguridad de Air France, Jo?l Cathala, en otros tiempos situado en altas posiciones dentro de la jerarqu¨ªa de la Polic¨ªa Nacional.
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