Muhammad Zafzaf, escritor marroqu¨ª
Muhammad
Zafzaf, uno de los principales escritores de las nuevas corrientes de la narrativa marroqu¨ª contempor¨¢nea, ha fallecido recientemente debido a una grave enfermedad. Nacido en 1946 en Kenitra, estudi¨® Filosof¨ªa en Rabat y, desde 1968, era profesor de lengua ¨¢rabe en Casablanca -escenario natural de buena parte de su escritura-, donde colaboraba en el suplemento cultural de Al-Ittihad al-Ishtiraqi.
Autor precoz -sus primeros relatos datan de 1963-, ha publicado colecciones de cuentos, as¨ª comos novelas. Cabe destacar t¨ªtulos como Dos relatos: El huevo del gallo (traducci¨®n de Rosario Montoro) y El zorro que viene y va (traducci¨®n de Carmen Ruiz Bravo), ambos publicados en la Editorial CantArabia, Madrid, 1992. Autor de la m¨¢s inquietante y desinhibida literatura marroqu¨ª -como se?ala Pedro Mart¨ªnez Mont¨¢vez-, su referencia, en el segundo de los relatos, a la poderosa y acaparadora sexualidad de las mujeres de Essauira -Mogador en ¨¦poca colonial-, le proporcion¨® no pocos sinsabores.
Con la novela La mujer y la rosa (traducci¨®n de Beatriz Molina y Zouhir Louassini, Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional, Madrid, 1997), el autor da un paso importante en la andadura de su escritura: el tema central es la crisis del intelectual marroqu¨ª, que se debate en vaiv¨¦n incesante entre el pasado y el presente, empujado hacia la aventura occidental y m¨¢s concretamente espa?ola, puesto que la acci¨®n transcure a orillas de la Costa del Sol (Torremolinos), donde el autor, siempre cr¨ªtico, toma el pulso de la realidad del momento: 'Los extranjeros ricos -americanos, alemanes, ingleses, holandeses- pagaban sacando un pu?ado de billetes que ni siquiera miraban, y el espa?ol, cuando los cog¨ªa, saltaba de alegr¨ªa sin preocuparse ni de contarlos. Tal vez Franco observaba esta diaria operaci¨®n y abr¨ªa las ventanas de Espa?a -por las que se infiltraban todos ellos- en todas direcciones, excepto hacia el sur, que es la ventana por la que me col¨¦'. En dichas estructuras narrativas, Zafzaf, con gran realismo directo y con ritmo vivo, deja espacio a una expresi¨®n nueva y osada dentro del mundo ¨¢rabe, 'en un pa¨ªs en el que se le acusa de necio a alguien que quiere decir la verdad'.-
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