Indonesia inestable
El intento de decretar el estado de emergencia y disolver el legislativo le ha rebotado al ya ex presidente de Indonesia, Abdurrahman Wahid. La Asamblea Consultiva del Pueblo decidi¨® destituirle -y abrir eventualmente un proceso por corrupci¨®n- y sentar en la presidencia del pa¨ªs a Megawati Sukarnoputri. Pese a que el partido de ¨¦sta fue el que m¨¢s esca?os obtuvo en las elecciones de 1999, no es nada seguro que la hija del fundador de la Indonesia moderna tenga las dotes necesarias para sacar del marasmo en que se encuentra al cuarto pa¨ªs m¨¢s poblado de la Tierra, con 215 millones de habitantes, el 90% de ellos musulmanes. Crucial para la estabilidad de la zona, esta naci¨®n archipi¨¦lago, que abarca m¨¢s de 17.000 islas, est¨¢ sometida a tremendas fuerzas centr¨ªfugas.
As¨ª termina la primera elecci¨®n realmente democr¨¢tica de un presidente de Indonesia tras la larga tiran¨ªa de Suharto, que se vio forzado a dimitir en 1998, despu¨¦s de 32 a?os en el poder. Wahid despert¨® ilusiones, pero pronto pareci¨® perder la cabeza. Lo ha hecho tan mal que, seg¨²n sondeos locales, una abrumadora mayor¨ªa de los habitantes prefer¨ªa una dictadura como la de Suharto al mal gobierno del ahora depuesto presidente. ?ste, medio ciego, rodeado de fan¨¢ticos, logr¨® enajenarse el apoyo de la poblaci¨®n, de su partido, de los dirigentes provinciales -de crucial importancia en un Estado archipi¨¦lago- y del Ej¨¦rcito, y se extralimit¨® en sus atribuciones constitucionales al intentar disolver el Parlamento, como claramente se?al¨® el presidente del Tribunal Constitucional. Adem¨¢s, Wahid tampoco ha tenido ¨¦xito en el frente econ¨®mico: s¨®lo el a?o pasado logr¨® Indonesia, pa¨ªs gravemente afectado por la crisis de 1997, recuperar un crecimiento econ¨®mico positivo, despu¨¦s de tres a?os desastrosos.
Wahid se neg¨® a abandonar el palacio presidencial y consider¨® ilegal su destituci¨®n. La capital, Yakarta, sufri¨® el domingo escenas de violencia espor¨¢dica, pero ayer reinaba la tranquilidad. Nada est¨¢ asegurado en esta Indonesia ca¨®tica. El Parlamento se ha visto claramente apoyado en su decisi¨®n por las Fuerzas Armadas, que sacaron a la calle dos millares de soldados de ¨¦lite para patrullar la capital y asegurar el orden. Es un caramelo envenenado, pues el Ej¨¦rcito defiende as¨ª la legalidad, pero a la vez vuelve a estar claramente presente en la pol¨ªtica indonesia, convirti¨¦ndose en ¨¢rbitro de una situaci¨®n explosiva.
La nueva presidenta Sukarnoputri es popular, pero tiene a¨²n que demostrar que es capaz de mantener a raya a los militares y preservar la paz y la unidad del pa¨ªs. Tiene el carisma que le da su apellido, ha luchado contra la dictadura de Suharto, pero est¨¢ por ver que tenga las dotes pol¨ªticas necesarias para desempe?ar la presidencia en una situaci¨®n tan delicada. Ayer recibi¨® el voto de los tres principales partidos, incluidos dos musulmanes que se lo negaron en 1999. Destituy¨® a los ministros de Wahid y anunci¨® que en unos d¨ªas nombrar¨¢ a otros. Pero a¨²n le queda lo m¨¢s dif¨ªcil por hacer: gobernar un pa¨ªs casi ingobernable por su multiplicidad de grupos ¨¦tnicos -incluida una minor¨ªa china que, como en otros pa¨ªses de la zona, controla la econom¨ªa-, causas separatistas varias y otras dificultades.
Para resolver lo que ella misma describi¨® como los 'complejos problemas' del pa¨ªs va a necesitar toda la ayuda interna y externa que pueda recabar. Los ministros de Asuntos Exteriores de la Asociaci¨®n de Naciones de Asia Oriental (ASEAN), reunidos ayer en Hanoi, ten¨ªan la vista fija en lo que acontec¨ªa en Yakarta, como Estados Unidos y gran parte de la comunidad internacional, que r¨¢pidamente ha apoyado el cambio de poder, consciente de que la desintegraci¨®n de Indonesia es uno de los mayores peligros que acechan en una zona de por s¨ª inestable.
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