Desidia y manipulaci¨®n cultural
Pocos gobiernos democr¨¢ticos de Europa han demostrado en la pr¨¢ctica, y a la vez, una desidia y un af¨¢n de manipulaci¨®n de la cultura como lo ha hecho el Gobierno de Convergencia i Uni¨® durante una buena parte de su mandato. En estos ¨²ltimos a?os, desde el consejero Pujals -que redujo la pol¨ªtica cultural a la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica en un laberinto complejo de ambiciones fallidas-, hasta ahora, con un Vilajoana a la espera de su destino de relaciones p¨²blicas -quiz¨¢ m¨¢s adecuado que el actual- en Madrid, la pol¨ªtica cultural de la Generalitat ha llegado al cim de la incompetencia y la desidia.
A pesar de las afirmaciones patri¨®ticas sobre la importancia de la cultura, de su sentido esencial para un pa¨ªs sin estado, del valor que ¨¦sta tiene para Catalu?a, la Generalitat ha dejado progresivamente de lado y marginado presupuestariamente el Departamento de Cultura hasta l¨ªmites insostenibles. Si en los a?os noventa, dicho departamento representaba el 1,86% del presupuesto de la Generalitat, en esta d¨¦cada -presupuestos 2000 y 2001- no llega al 1,16%. Y estas cifras cobran mayor elocuencia cuando se constata que en los noventa ya se hab¨ªan llevado a cabo las grandes transferencias del presupuesto -sanidad y educaci¨®n- y que a¨²n no se hab¨ªan comenzado a construir los grandes equipamientos culturales. Ya con Guitart de consejero de Cultura, pero sobre todo con Pujals y Vilajoana, el Departamento de Cultura ha ido perdiendo peso en el conjunto de la Generalitat. Hoy la Corporaci¨®n Catalana de Radio y Televisi¨®n (CCRTV), casi duplica el presupuesto del departamento. Qu¨¦ lejos nos encontramos de los l?nder alemanes que destinan cerca del 5% de su presupuesto a cultura, o a los ayuntamientos que se acercan al 3%. El 1,16% que destina la Generalitat a cultura es el ejemplo m¨¢s claro y paradigm¨¢tico de esta profunda desidia y desconfianza, que la derecha catalana siente por la cultura.
A pesar de las afirmaciones patri¨®ticas sobre la importancia de la cultura, la Generalitat ha marginado presupuestariamente al Departamento de Cultura hasta l¨ªmites insostenibles
La raz¨®n de esta paulatina marginaci¨®n de la cultura en los presupuestos obedece tambi¨¦n sin duda a que los diferentes titulares de la consejer¨ªa han demostrado una total falta de criterio pol¨ªtico que les pudiera abastecer de argumentos en el momento de la negociaci¨®n presupuestaria. Este departamento se ha caracterizado por la falta de iniciativa y, sobre todo, por la improvisaci¨®n. Me lo comentaba, hace poco, un destacado cantautor: 'Lo poco que hemos conseguido en el campo de la m¨²sica ha sido a golpe de encierro en el departamento'. Efectivamente, de la famosa tancada del 89 parten la mayor¨ªa de las iniciativas de las que vive a¨²n el sector: la creaci¨®n de Ressons, los videoclips de TV-3 o la 'invenci¨®n' del pop-rock catal¨¢n -curiosamente, despu¨¦s de la tancada, a grupos como Sopa de Cabra o Els Pets les llovieron ofertas para actuar en ayuntamientos convergentes.
Los m¨²sicos vuelven a estar en pie de guerra ante la arbitrariedad de las subvenciones; como lo est¨¢n los j¨®venes actores y directores de teatro, que carecen de plataformas donde desarrollar su creatividad; y como tambi¨¦n lo est¨¢n los profesionales de la danza, que consideran una aut¨¦ntica burla al sector los 50 millones de pesetas de subvenci¨®n al panfleto Catalunya mil anys +, la misma cantidad que destina la Generalitat a ayudar a toda los grupos de danza en Catalu?a. ?ste es otro ejemplo paradigm¨¢tico de c¨®mo la cultura es utilizada al servicio del imaginario convergente del pa¨ªs, que dicho sea de paso, cada vez se corresponde menos con la realidad. 'No ¨¦s la cultura qui fa un pa¨ªs sin¨® el pa¨ªs qui fa la cultura', esta l¨²cida frase de Joan Fuster sigue m¨¢s vigente que nunca.
Catalu?a ha perdido, tambi¨¦n en cultura, los ¨²ltimos dos a?os a causa del encefalograma plano de un Gobierno sin ideas, sin proyectos, en una continua huida hacia delante. La fantasmag¨®rica creaci¨®n del Institut Catal¨¤ de les Ind¨²stries Culturals es el ejemplo m¨¢s palmario de esta pol¨ªtica de aparador, hueca, de atrezzo permanente en que se ha instalado el departamento. Definitivamente, la pol¨ªtica cultural de la Generalitat no es una raz¨®n menor a la hora de meditar una moci¨®n de censura al Gobierno de Converg¨¨ncia i Uni¨®.
Josep Maria Carbonell es secretario de Cultura y Audiovisual del PSC y diputado en el Parlament.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- CCRTV
- Consejer¨ªas auton¨®micas
- VI Legislatura Catalu?a
- Gobierno auton¨®mico
- Comunidades aut¨®nomas
- Parlamentos auton¨®micos
- Generalitat Catalu?a
- TV3
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Catalu?a
- Teatro
- Parlamento
- Televisi¨®n
- Artes esc¨¦nicas
- Espa?a
- Espect¨¢culos
- Medios comunicaci¨®n
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Cultura
- Comunicaci¨®n