Los tent¨¢culos de un terror internacional
Los violentos se nutren de grupos de distintos pa¨ªses, que comparten s¨ªmbolos y actitudes, y temen las infiltraciones de la polic¨ªa
En convocatorias masivas como la de G¨¦nova se pone de manifiesto el car¨¢cter internacional de grupos violentos como el Bloque Negro. En ellas, las nacionalidades se ocultan bajo una m¨¢scara y el ¨²nico lenguaje es el de la violencia. Pero despu¨¦s del tumulto, cada grupo vuelve a su pa¨ªs y ah¨ª es donde se puede analizar la idiosincrasia de cada uno.
En Italia, 'los del Bloque Negro no han aparecido ahora', afirma Piero Bernocchi, l¨ªder del sindicato Cobas. 'Vienen a ser como lo que llamamos ultras de estadio, solo que ¨¦stos en vez de hacer sus desmanes en el f¨²tbol lo hacen en manifestaciones'. Su enemigo no es s¨®lo la polic¨ªa, tambi¨¦n los periodistas, fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n: 'la prensa del r¨¦gimen' que puede 'documentar la destrucci¨®n'.
'Destruyendo la propiedad privada, convertimos su escaso inter¨¦s en algo mucho m¨¢s valioso'
Mauricio Laudi, el magistrado que coordina el gabinete antiterrorista de la fiscal¨ªa de Torino, trata de afinar la definici¨®n: 'los tumultos de G¨¦nova no eran fruto de acciones aisladas'. Son grupos internacionales los que se movieron en G¨¦nova, y siguen 'estrategias que les dan gran capacidad de acci¨®n violenta y subversiva'. No es terrorismo del tipo Brigadas Rojas. Seg¨²n Vittorio Agnoletto, el portavoz del Foro Social de G¨¦nova (FSG), se trata de 'grupos que existen por s¨ª mismos, que no tienen nada que ver con la pol¨ªtica, similares a grupos de ultras de f¨²tbol, y representan un fen¨®meno social con el que todo el mundo tendr¨¢ que contar'. 'Estos grupos', asegura Agnoletto, 'probablemente ten¨ªan infiltrados de las fuerzas del orden y de individuos de grupos de extrema derecha'.
Mientras en Italia hay teor¨ªas para todos los gustos, en Francia nadie parece conocer al Bloque Negro. La Polic¨ªa no cree que exista un grupo de esas caracter¨ªsticas, como tampoco les identifican las organizaciones antiglobalizaci¨®n pac¨ªficas. Pero lo sucedido en G¨¦nova lleva a Attac, la m¨¢s importante de ellas, a denunciar 'una maquinaci¨®n policial' destinada a destruir el movimiento adversario de la mundializaci¨®n liberal. Su presidente, Bernard Cassen, convencido de la 'complicidad de la polic¨ªa italiana con el Bloque Negro', cree preciso reflexionar sobre 'la organizaci¨®n de un servicio de orden que pr¨¢cticamente no tenemos'.
Cassen asisti¨® personalmente a una carga de la polic¨ªa contra la marcha que reun¨ªa a todos los movimientos Attac europeos. Y asegura que existen testimonios de que 'personas armadas, vestidas como los Bloque Negro, se aproximaban a los polic¨ªas antidisturbios, les hablaban y se marchaban tranquilamente'.
Para Attac, 'la polic¨ªa italiana dej¨® que grupos provocadores, ajenos al FSG, cometieran m¨²ltiples destrozos' e 'infiltr¨® a los grupos provocadores para dedicarse a agredir, bien a los manifestantes, bien a la polic¨ªa, de manera que pudiera justificar la violencia inaudita de la represi¨®n'.
Attac va m¨¢s all¨¢ en el tema de las posibles infiltraciones de la polic¨ªa (denunciadas por todo tipo de organizaciones nada afines al Bloque Negro), y cree que est¨¢ organiz¨¢ndose 'una Internacional negra de los servicios [secretos] para lanzarla contra los adversarios de la mundializaci¨®n liberal'. 'Nos corresponde a nosotros desenmascararla y denunciarla como un grave peligro para la democracia', a?ade Cassen.
En el caso de Estados Unidos, detr¨¢s del llamado Bloque Negro se esconden decenas de organizaciones inconexas. Entre ellas, a trav¨¦s de Internet, aparece un crisol de nombres dif¨ªciles de distinguir, como el Bloque Antiautoritario Revolucionario o el Bloque Negro Revolucionario Anticapitalista, por ejemplo. Fue en EE UU donde se dejaron ver por primera vez durante las manifestaciones de Seattle, en diciembre de 1999. Y se fechan sus primeras apariciones durante la Guerra del Golfo, en las manifestaciones contra la intervenci¨®n militar que aglutinaron a un disperso izquierdismo norteamericano, aunque tampoco hay constancia de su presencia hasta antes de las grandes manifestaciones antiglobalizaci¨®n. Toman su nombre del apodo que la polic¨ªa alemana usaba para calificar a los movimientos de extrema izquierda en los a?os 80.
Un documento fechado en los d¨ªas de Seattle, el 'comunicado del N30 de los anarquistas del Black Bloc', detalla sus t¨¢cticas y justificada su acci¨®n: 'Cuando rompemos unas vitrinas, queremos destruir la fr¨¢gil capa de legitimidad que rodea la propiedad privada. Al mismo tiempo exorcizamos las relaciones sociales destructivas y violentas que nos han inculcado a todos. Destruyendo la propiedad privada, convertimos su escaso inter¨¦s en algo mucho m¨¢s valioso. Despu¨¦s de la manifestaciones, ya nadie ver¨¢ una vitrina o un martillo de la misma forma. El uso potencial de una ciudad se ha multiplicado por mil'.
A trav¨¦s de cualquier grupo, como, el Bloque Antiautoritario Revolucionario se encuentran f¨¢cilmente docenas de grupos afines como la Liga Futbolera Anarquista (New Brunswick), la Federaci¨®n de los Anarquistas de la Cruz Negra (Houston), El Colectivo para D¨ªas Mejores (Lansing), La Voz de los Inquilinos (Kansas) o simplemente los Anarquistas An¨®nimos (Minneapolis).
No se definen como una organizaci¨®n estructurada sino 'como un grupo temporal de anarquistas que participa en las manifestaciones. El Bloque Negro es una t¨¢ctica, similar a la desobediencia civil'.
En el Reino Unido, de entre una menor variedad, destacan grupos como Wombles o Globalise Resistante. 'Nuestro mundo no est¨¢ en venta', advierten ¨¦stos ¨²ltimos, que han organizado charlas por todo el pa¨ªs para explicar su visi¨®n de lo que pas¨® en G¨¦nova. Globalise Resistante lo mismo llama a luchar contra las privatizaciones como a defender a los zapatistas y los demandantes de asilo o felicitarse del triunfo de la lucha contra las farmac¨¦uticas en Sur¨¢frica para abaratar los medicamentos antisida.
Los Wombles tienen un punto m¨¢s radical. Su nombre alude a un programa infantil de televisi¨®n en el que sus protagonistas siempre visten bata blanca. Es el uniforme que llevan en sus acciones en defensa de 'la indiscutible vitalidad y veracidad de las ideas anticapitalistas'. Defienden el derecho a 'autoprotegerse frente a los depredadores de la polic¨ªa' y explican qu¨¦ hay que hacer en manis como las de G¨¦nova o en los disturbios anticapitalistas que cada Primero de Mayo re¨²nen a cientos de j¨®venes para destrozar los escaparates de bancos y comercios en el centro de Londres.
Con informaci¨®n de Sergio Mora, en Roma; Joaqu¨ªn Prieto, en Par¨ªs; Isabel Piquer, en Nueva York; y Walter Openheimer, en Londres.
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