?Qu¨¦ corrida de toros en verano!

La corrida del verano y de mucho tiempo, m¨¢s que nada para los toreros, pues debieron cortarles las orejas a casi todos, y tan s¨®lo ?scar Higares fue capaz, en el sexto, de arrancar una oreja, que supo a poco, dado el juego, son y nobleza que el toro desarroll¨®. Muy bien por el ganadero.

Mond¨¦jar recibi¨® a su primero con unos lances movidos que tuvieron su inter¨¦s por el pit¨®n derecho y una media ver¨®nica de color belmontino. La faena de muleta tuvo muchas dudas, falt¨® asentamiento, y s¨®lo se estir¨® por el pit¨®n derecho. Voluntarioso y breve, el trasteo se acab¨® enseguida. Estuvo bien con la espada. Y, a fin de cuentas, qued¨® in¨¦dito el toro, algo reserv¨®n y cumplidor en el caballo.

Mal para el torero murciano en su segundo, un toro noble que era casi un regalo por los dos pitones. Bien lidiado por Villalpando, el burel lleg¨® al tercio de muleta con son y pidiendo buena disposici¨®n, temple y ligaz¨®n. Mond¨¦jar lo pas¨® por ambos lados sin ajuste, por las afueras, las zapatillas ligeras. S¨®lo al final se enter¨® y consigui¨® alg¨²n natural que supo a muy poco. Se le fue el buen toro noble sin serle cortadas las orejas, que ofrec¨ªa en bandeja al matador de turno.

Rafael Camino, en el saludo de capote a su primero, le ech¨® bien el percal abajo y a continuaci¨®n le enjaret¨® unas ver¨®nicas de factura irregular, pero que por el pit¨®n derecho dejaron ver sus templadas maneras. El bonito toro de Escolar, en el ¨²ltimo tercio, embisti¨® largo y suave por el pit¨®n derecho, el ¨²nico por el que Camino tore¨® en cinco tandas de muletazos, que, resultando algunos templados y con gusto, no acabaron de estar a la altura del encastado burel, de trap¨ªo sin par. No se ech¨® la muleta a la izquierda en ning¨²n momento. En su segundo, Rafael Camino dej¨® escapar una oportunidad de salir de la oscuridad de los puestos olvidados del escalaf¨®n. Un excelente colaborador de los albaserrada de Escolar, le puso en sus manos nobleza y calidad en la embestida, y Camino se eterniz¨®, sin ser capaz de ligar una tanda. De todas maneras logr¨® muletazos en los que se vio el empaque del que no est¨¢ falto y un temple, cuando asegura las zapatillas en el albero, que es grato contemplar. Se entreg¨® en la suerte suprema y sali¨® con la taleguilla rota a la altura del muslo derecho.

?scar Higares, a su primero, lo entendi¨® con el capote y lo llev¨® despacio por los dos pitones, sin demasiada relevancia. Hizo una buena pelea en el caballo el toro y en el tercio de muleta tuvo embestidas largas y templadas, aunque, por desgracia, no estaba sobrado de fuerzas. Higares no termin¨® de aprovechar los pocos buenos viajes del toro. Se equivoc¨® al doblarse muy por bajo en los primeros muletazos de tanteo. Tres tandas por la derecha y una solitaria serie de naturales. No estuvo fino con la espada, que es garant¨ªa del torero madrile?o.

El sexto de la tarde no desmereci¨® del resto: fue muy bueno para el torero a la hora de coger la muleta y decir eso de ?aqu¨ª estoy yo! ?scar Higares estuvo, y al final le cort¨® una oreja por un espadazo bueno al segundo intento y porque en las postrimer¨ªas de la faena se dio cuenta de las bondades del burel y se par¨® con ¨¦l para interpretar una soberbia tanda de naturales. La faena hab¨ªa sido irregular. Por los dos pitones busc¨® el ¨¦xito, a veces templado y otras no tanto. Se gust¨® en los pases de pecho y utiliz¨® el estoque con el buen estilo de estoqueador que acostumbra a ofrecer.

Todos los toros, salvo el tercero, fueron aplaudidos en el arrastre. La afici¨®n sali¨® contenta y el ganadero puede estar m¨¢s que satisfecho.