Abierto otro albergue para inmigrantes en la Casa de Campo
La estancia m¨¢xima permitida es de tres meses
El nuevo albergue, con 36 camas para hombres y 24 para mujeres, est¨¢ en la avenida de Portugal, junto a un dispensario de metadona y al refugio para indigentes de Mayorales. Las plazas se van cubriendo de forma paulatina y por ahora s¨®lo est¨¢n ocupadas una treintena, pero la Cruz Roja espera que se llenen en s¨®lo unos d¨ªas.
Alexander, un ucranio de 43 a?os, y Albanelly Arango, una colombiana de la misma edad, son dos de los primeros usuarios de este centro de acogida. Ninguno de ellos pens¨® que emigrar iba a suponerles tantos sinsabores. Cre¨ªan que en Espa?a se encontraba trabajo con facilidad y que obtener la residencia era sencillo. En un mes han descubierto que estaban equivocados.
'Yo, en Ucrania, era maestro, pero el sueldo no daba para nada, as¨ª que decid¨ª venir a Espa?a a probar suerte con un sobrino m¨ªo de 24 a?os', explica este hombre, que aprendi¨® castellano en su pa¨ªs y lo perfeccion¨® ejerciendo como traductor en Cuba.
'Pedimos prestado un dinero y viajamos a Polonia, y de all¨ª, a Madrid en autob¨²s, donde entramos como turistas, pero sin un duro, porque en Varsovia nos robaron', asegura. 'Nunca hab¨ªamos dormido en la calle, pero tuvimos que hacerlo. Finalmente, un desconocido, una buena persona, nos dirigi¨® a la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado [CEAR] y de all¨ª nos trajeron a este albergue, que est¨¢ muy bien, nuevo, con poca gente y un personal muy amable', concluye este ciudadano, que dej¨® en su tierra a su esposa y a su madre y que ans¨ªa encontrar trabajo.
La historia de Albanelly es parecida. 'Llegu¨¦ a Madrid con una amiga y nos robaron una maletica con el dinero y la documentaci¨®n. Nos aterraba quedarnos en la calle', asegura esta colombiana de Cali. No fue as¨ª. De la comisar¨ªa donde denunciaron el robo les derivaron a los servicios sociales y ¨¦stos las alojaron en el centro de indigentes de San Isidro. Fue un mazazo. 'Estaba aterrada. La gente no era como nosotras. Hab¨ªa muchas personas tomadas [bebidas], drogadas o con problemas mentales. No pude ni dormir. Menos mal que al d¨ªa siguiente la trabajadora social se dio cuenta de que no pint¨¢bamos nada en San Isidro y nos trajo a este albergue. Aqu¨ª es todo muy distinto, el centro est¨¢ reci¨¦n estrenado y no hay nadie enajenado', asegura esta mujer, que en su pa¨ªs se dedicaba a la medicina alternativa.Ahora dar¨ªa botes de alegr¨ªa si le saliese un trabajo 'de cualquier cosa'. 'En Cali hay mucha crisis y mucha violencia, y el dinero no alcanza', se?ala.
Al albergue se accede a trav¨¦s de los servicios sociales de urgencia Sitade (900 100 333). Tambi¨¦n hay 10 plazas de emergencia para personas que lleguen en plena noche. El centro lo atienden cinco monitores (dos espa?oles, un jordano, un marroqu¨ª y un estonio), una trabajadora social, dos limpiadores y un vigilante. La estancia m¨¢xima es de tres meses. En ese tiempo se empadrona a los usuarios para que obtengan la tarjeta sanitaria y se les ayuda a tramitar su residencia y a buscar empleo.
Con este refugio, el Consistorio -que ha firmado un convenio hasta diciembre con la Cruz Roja para regentarlo por 57 millones- pretende paliar la falta de camas para inmigrantes sin recursos. Hasta ahora, en la capital s¨®lo hab¨ªa un albergue p¨²blico para extranjeros, el de San Blas. Desde su apertura, hace nueve a?os, el Ayuntamiento no hab¨ªa creado ning¨²n nuevo servicio de acogida para inmigrantes, a pesar de que en la capital hay ya empadronados m¨¢s de 220.000 ciudadanos de otros pa¨ªses (cuando en 1991 eran menos de 40.000) y de que suponen el 40% de los 11.000 usuarios de albergues.
El Gobierno regional proyecta crear, para el a?o 2003, 240 plazas de acogida para extranjeros, con un tiempo m¨¢ximo de estancia de tres meses, y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales prev¨¦ abrir un centro de estancia temporal para inmigrantes (CETI), con 400 camas, a finales de 2002.
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