Una ventana de esperanza

Tras la informaci¨®n aparecida en su peri¨®dico el d¨ªa 25 de julio sobre el doctor Bernat Soria y sus investigaciones con c¨¦lulas madre para la curaci¨®n de la diabetes del tipo I nos gustar¨ªa manifestar lo siguiente:

Nuestra hija, Helena, que en la actualidad tiene 2 a?os y 9 meses, contrajo esta enfermedad en junio de 2000. Para la gente que no est¨¦ muy al tanto de esto, y que seguro conocen una persona mayor con diabetes que se controla a base de dieta y/o pastillas y, en algunos casos, con dos inyecciones de insulina sin mirarse el nivel de glucemia en la sangre, les diremos que la diabetes tipo I no se puede controlar as¨ª ya que en este caso el p¨¢ncreas no produce insulina y en el anterior s¨ª lo hace, aunque sea menos o de peor calidad debido al desgaste normal de los ¨®rganos humanos al envejecer. A nuestra hija debemos pincharle los deditos para analizar el nivel de glucosa en la sangre una media de siete veces al d¨ªa, adem¨¢s de inyectar insulina con jeringuilla dos veces y hasta cuantro veces al d¨ªa. Debe seguir una dieta m¨¢s o menos estricta para adecuar la ingesta de hidratos de carbono con la insulina. Tomen nota de que hay que calcular los hidratos de carbono, y no s¨®lo el az¨²car, como piensa la mayor¨ªa de la gente. Helena debe seguir unos horarios de comida fijos todos los d¨ªas, no puede comer dulces (a ver c¨®mo le dices a una ni?a de esta edad que todos los dem¨¢s ni?os s¨ª que pueden, pero ella no se puede comer un chupa-chups). Aparte de nuestra hija, nuestra vida tambi¨¦n ha cambiado bastante. Debemos despertarnos dos, tres o m¨¢s veces durante la noche para medirle la glucemia, se acab¨® salir a cenar por las noches, uno de los dos ha tenido que dejar de trabajar para atender a la ni?a porque no se encuentran muy f¨¢cilmente canguros que quieran pincharla.

Por lo que aprovechamos esta secci¨®n para pedir al se?or presidente del Gobierno y a la ministra Celia Villalobos que apoyen sin reparo las investigaciones del doctor Bernat Soria, que nos ha abierto una ventana de esperanza en la curaci¨®n de la enfermedad de nuestra hija y de otros afectados por dicha enfermedad. Tambi¨¦n expresar al doctor Bernat Soria nuestra m¨¢s profunda gratitud.-