De amenazadas, a amenazantes
La superpoblaci¨®n de cig¨¹e?as en Navarra obliga a desplazar cientos de nidos peligrosos
La cig¨¹e?a blanca se encuentra incluida en el cat¨¢logo de especies amenazadas de Navarra, pero el espectacular crecimiento de su poblaci¨®n, m¨¢s de 400 parejas actualmente, ha acarreado a las instituciones un problema inesperado: sus enormes nidos, casi siempre construidos en lo alto de edificios urbanos, torres industriales, almenas, campanarios o edificios de inter¨¦s, provoca el deterioro del patrimonio arquitect¨®nico e hist¨®rico, cuando no un evidente riesgo para la seguridad de las personas.
El Gobierno navarro ha arbitrado un sistema para subvencionar el traslado de los nidos a emplazamientos rurales m¨¢s seguros e inicuos para el patrimonio. Esta pionera iniciativa ha sido presentado por el consejero de Medio Ambiente del Ejecutivo foral, Javier Marcotegui. El servicio de Conservaci¨®n de la Biodiversidad dedicar¨¢ tres millones de pesetas a subvencionar los proyectos de traslados de nidos de cig¨¹e?a, favoreciendo su reinstalaci¨®n en ¨¢reas rurales como sotos o choperas. Hay que tener en cuenta que las cig¨¹e?as anidan donde ellas nacieron, con lo que el traslado de nidos a zonas alejadas de las ¨¢reas rurales tiene garantizado el ¨¦xito posterior del plan.
Cientos de kilos
Algunos nidos de esta especie llegan a pesar varios cientos de kilos. El pasado a?o las cig¨¹e?as tuvieron algo que ver en la ca¨ªda de una parte del lienzo del castillo de Marcilla y en Lodosa se precisan 55 millones de pesetas para reparar la torre de la iglesia de San Miguel, en la que los nidos de nueve parejas deterioran d¨ªa a d¨ªa su ya de por s¨ª lamentable estado de conservaci¨®n.
En principio, las ayudas m¨¢ximas por nido trasladado ser¨¢n de 150.000 pesetas y los organismos autorizados a recibir la subvenci¨®n son los entes locales m¨¢s afectados por la proliferaci¨®n de cig¨¹e?as, es decir, los municipios del centro y sur de Navarra, especialmente los situados en el valle del Ebro.
De las 37 parejas de cig¨¹e?as contabilizadas en 1984, en cinco a?os se pas¨® a 49 parejas. En 1994 el n¨²mero de parejas nidificantes fue de 95, n¨²mero que en 1998 alcanz¨® las 258 parejas. El a?o pasado el Servicio de Conservaci¨®n de la Biodiversidad contabiliz¨® 341 parejas nidificantes, y este a?o se han superado las 400 parejas.
Este proceso de recuperaci¨®n experimentado desde 1984 se encuentra ligado a la protecci¨®n de las ¨¢reas de invernada de cig¨¹e?as, llevada a cabo por el departamento de Medio Ambiente, Ordenaci¨®n del Territorio y Vivienda.
Si en a?os anteriores la preocupaci¨®n se centraba en aumentar el escaso n¨²mero de parejas que nidificaban en Navarra, actualmente el objetivo se fundamenta en minimizar los da?os y las molestias que esta especie pueda causar en las zonas urbanas.
Este incremento ha garantizado la conservaci¨®n de la especie en Navarra, pero tambi¨¦n ha sido causa de molestias a los vecinos de los pueblos y da?os importantes a los edificios, ya que la mayor parte de la poblaci¨®n nidificante se asienta sobre las construcciones urbanas.
Esta l¨ªnea de ayudas, pionera en Navarra, es un proyecto experimental y piloto que puede ampliarse en funci¨®n de la respuesta obtenida. 'No se trata de disminuir la poblaci¨®n de cig¨¹e?as en Navarra', se?al¨® el consejero Marcotegui, 'sino de limitar los da?os que puedan producir en zonas urbanas y de potenciar que las cig¨¹e?as aniden fuera de los cascos urbanos en los que se produzcan estos perjuicios'.
Los riesgos m¨¢s frecuentes son las ca¨ªdas de nidos, la suciedad, su instalaci¨®n en lugares como chimeneas de industrias conserveras o en antenas de televisi¨®n.
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