El Cholo
Desde que Sotil dej¨® de ser uno de los mejores jugadores de f¨²tbol que jam¨¢s tuvo el Barcelona, el calificativo cholo qued¨® en Espa?a a la espera de otro ind¨ªgena importante, y ah¨ª est¨¢, ah¨ª est¨¢ cholo Toledo, nuevo presidente del Per¨². En pleno renacimiento de un indigenismo reivindicativo de toda Am¨¦rica Latina, sobre Toledo cae la responsabilidad de o bien ser un cholo a la medida de los intereses de los perdedores sociales o a la del Fondo Monetario Internacional y de la disl¨¦xica pol¨ªtica de nuestro disl¨¦xico emperador, Bush Jr.
Pa¨ªs excepcional Per¨², en el que las reglas han confirmado toda clase de excepciones y por no gobernar no lo hace ni la guerrilla en algunas zonas del pa¨ªs, como s¨ª ocurre en Colombia, y una convencional alianza entre militares, un precario establishment pol¨ªtico-econ¨®mico y la Embajada de los Estados Unidos han hecho posibles Fujimoris y Montesinos, y ahora cabe el enigma de qui¨¦n ha hecho a Toledo, autoproclamado rebelde con causa en unos tiempos en que la polic¨ªa democr¨¢tica sigue asesinando rebeldes, incluso en ciudades tan cartesianas como G¨¦nova. Toledo necesita ayuda econ¨®mica inmediata para que se noten reformas sociales en primer plano, mientras la estructura econ¨®mica trata de ensamblarse con la estrategia globalizadora del neoliberalismo. Per¨² no dispone de otros 200 a?os para comprobar la verdad o mentira de la teolog¨ªa liberal, fundada en el principio, revelado por alg¨²n dios todav¨ªa no identificado, de que la riqueza, aunque empiece por arriba, acaba alcanzando a la base de la pir¨¢mide. M¨¢s de 200 a?os de fracaso de esta hip¨®tesis no le permiten otros 200 de coartada ¨¦tica.
Otra cosa es que frente a casi 20 a?os de hegemon¨ªa ideol¨®gica y estrat¨¦gica neoliberal no haya cuajado una alternativa clara, hija de la vieja o de la nueva izquierda. Millones de socialistas democr¨¢ticos piensan y act¨²an en el mundo entero como si no fueran socialistas, y los poscomunistas se han quedado a medio camino entre los c¨¢taros y la cirug¨ªa est¨¦tica. A cholo Toledo han de subvencionarle paliar la pobreza para que pueda luego subir a los cielos neoliberales. Y es que no hay teolog¨ªa sin su sombra, sin su heterodoxia.
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