Mansada del Puerto de San Lorenzo

En la terciada corrida del Puerto de San Lorenzo hubo de todo: poca fuerza, mansedumbre y hasta nobleza. Fue corrida de tres y tres para la muleta, es decir, la mitad tuvo son y gran docilidad en el ¨²ltimo tercio. De esa condici¨®n fue el lote de Eugenio de Mora y el primero de Finito. Muy diferente, la otra mitad. Con dos toros, cuarto y quinto, que fueron mansos de libro, y un primero que fue el de menos fuerza del encierro y que lleg¨® defendi¨¦ndose a la muleta.

Con este material el mejor librado fue Eugenio de Mora, que reaparec¨ªa tras el percance sufrido en la Feria de San Ferm¨ªn. En sus dos toros estuvo animoso, con ilusi¨®n. Del tercero, lo mejor fue la tanda final sobre la mano derecha, dentro de una faena irregular y salpicada con un par de sustos. El sexto le embisti¨® al paso pero con gran nobleza. En esta ocasi¨®n, realiz¨® una faena compuestita, que tuvo m¨¢s forma que fondo.

El otro toro bueno se lo llev¨® Finito de C¨®rdoba. Fue el segundo de la tarde, y con ¨¦l mont¨® una faena cargada sobre la mano derecha, con una sola tanda con la izquierda. Toda una labor algo ventajista, escondiendo la pierna contraria en cada cite. El colorado, que salt¨® en quinto lugar, busc¨® muy pronto el abrigo de las tablas. Finito hizo esfuerzos por arrancarlo de esa querencia y lo logr¨® en la primera mitad de la faena, aunque luego volvi¨® grupas el del Puerto y volvi¨® a meterse en las tablas. Ligero y despegadillo, Finito s¨®lo apunt¨® muletazos de cierta est¨¦tica.

Al mans¨®n que abri¨® plaza, que se defendi¨® siempre en la muleta, Espl¨¢ le hizo una faena de poco calado. Con el manso cuarto acab¨® pele¨¢ndose al hilo de las tablas y tratando de sacar al animal de ese terreno.