Sobresaliente en su deb¨²
Ante varios miles de personas, Gorka Ortiz de Urbina recre¨® a Celed¨®n como si lo hubiera hecho toda la vida
Lo que podr¨ªa ser una contradicci¨®n en otra situaci¨®n, se convierte el d¨ªa 4 de agosto en Vitoria en la m¨¢s agradable de las paradojas: un individuo, vestido de aldeano, afronta el paso por entre una masa de miles de personas, con un alto grado de alcohol en la sangre, y que, adem¨¢s, pugnan por tocar al personaje en cuesti¨®n, que encima disfruta (por lo menos as¨ª lo aparenta) con el momento.
La cita era a la seis de la tarde de ayer. Mientras llegaba la hora, parte de la muchedumbre se entreten¨ªa en el lanzamiento de corchos a las galer¨ªas de las casas que rodean la plaza, nueva diversi¨®n que ha obligado a los vecinos a cubrir sus miradores. Obligaciones que tiene la fiesta.
A todo esto, y a m¨¢s, estaba dispuesto Gorka Ortiz de Urbina, cuando acept¨® encarnar el papel de Celed¨®n, ese mu?eco que se convierte de repente en ser humano y anuncia el comienzo de las fiestas de La Blanca, que este a?o, adem¨¢s, han ca¨ªdo en s¨¢bado. Tras una espera m¨¢s larga de lo normal (quiz¨¢s intencionada) del mu?eco que bajaba de la torre de San Miguel hasta el lugar en donde se produce la transmutaci¨®n y surge el Celed¨®n de carne y hueso, sali¨® el sucesor de I?aki Landa.
Con una sonrisa de oreja a oreja, que mantuvo milagrosamente durante todo el recorrido, Gorka sufri¨® el sobeteo m¨¢s brutal de los ¨²ltimos a?os. Hay quien dice que son obligaciones del primerizo, pero tambi¨¦n se reconoce el sex-appeal del nuevo Celed¨®n: ojos azules, metronoventa y una sonrisa cautivadora.
El achuch¨®n de las masas fue tal que hasta perdi¨® el tradicional paraguas en su recorrido. La txapela la salv¨®, despu¨¦s de optar por no llevarla en la cabeza y amarrarla ferreamente con la mano. Al final del breve trayecto, desencajado y con la vestimenta casi hecha trizas, sudoroso, pero satisfecho, Ortiz de Urbina ascendi¨® las escaleras que suben a la balconada desde donde se lanza el chupinazo.
Ya arriba, despu¨¦s de saludar al chupinero, el concejal del PSE Patxi Lazcoz; al alcalde, Alfonso Alonso, y al lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, tom¨® aire y lanz¨® las consignas eternas que dan inicio a las fiestas de Vitoria: 'Gora Gasteiz', etc¨¦tera. Su aportaci¨®n, un consejo m¨¢s que nada juvenil, como corresponde: 'Ondo pasa eta gutxi gasta' (A pasarlo bien y gastar poco).
Y c¨®mo no, culmin¨® con una de las canciones populares m¨¢s absurdas y con mayor ¨¦xito del repertorio alav¨¦s: 'Celed¨®n se ha hecho una casa nueva; Celed¨®n, con ventana y balc¨®n'. Para estos momentos, le hab¨ªan repuesto el paraguas, una mano caritativa le hab¨ªa recompuesto la vestimenta y secado el sudor, con lo que estaba dispuesto tambi¨¦n para atender hasta a los medios de comunicaci¨®n. Nota final: sobresaliente.
Tras los apuntes que merece un pase¨ªllo inaugural como ¨¦ste, las fiestas de Vitoria comenzaron ayer como en otras ocasiones, Buen tiempo; gritos de 'agua, agua' por parte de las cuadrillas que hab¨ªan sudado en la Virgen Blanca, bien respondidos por los vecinos que regaron las calles, a pesar de m¨¢s de un aburrido; ambiente sano, sin grandes incidentes, y la labor de los trabajadores de Cespa, que recogieron las decenas de miles de botellas y dem¨¢s desperdicios que hab¨ªan dejado los juerguistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.