Es la fiesta
Ya s¨ª, Vitoria es ya una fiesta. Ayer fue d¨ªa de acopio, casi un vivaqueo diurno de la milicia festiva: mercados llenos de adolescentes, mujeres y alg¨²n hombre con sus bolsas cargadas, tiendas a rebosar de mercanc¨ªa recogiendo a ¨²ltima hora, gente que volv¨ªa del trabajo. Ning¨²n guiri, nadie ajeno a la ciudad (esto no es Pamplona). Aire laborioso aunque vivaz, jovial. Cielo encapotado como de ma?ana gris de primavera ajetreada. Cierto contento en el ambiente y en las tascas y en las cafeter¨ªas y en los mercadillos. Mayor bullicio, m¨¢s animaci¨®n.
A las cuatro sal¨ªa el sol. Ciudad en reposo, j¨®venes en vigilia, bolsas/botellas en ristre, dirigi¨¦ndose con paso presuroso hacia el lugar de la feria. La Plaza de la Blanca ser¨ªa el lugar, como cada a?o el 4 de agosto desde 1957. (O no. Antes fue la Plaza de Espa?a, la Plaza Nueva de toda la vida. S¨®lo en 1971 fue la Blanca.) La plaza del Baskonia y el Alav¨¦s, de la Copa de Europa, la plaza festiva de ?lava (despu¨¦s de haber sido campo de batalla para Napole¨®n y mercado urbano extramuros).
Y, a las seis, el chupinazo. Quince minutos de estruendo, quince minutos con el aldeano, especie de sandman, hombre del saco amable y festivo, sobrevolando el cielo de la ciudad, quince minutos con el paraguas que quer¨ªa ser guardasol y termin¨® siendo trapo, quince minutos de la torre al mirador y a la balconada. Quince minutos, que no es poco, con las c¨¢maras de Euskadi paseando sobre un mar de espuma y corcho, de cava, vapor y humo de los miles de puros. Quince minutos de org¨ªa goyesca, brazos en alto, griter¨ªo, estruendo, jarana, naranja de Laiseka en Luz Ardiden, nuevo Celed¨®n (novato en la tradici¨®n y potente voz) y pa?uelo en los cuellos de las autoridades (aunque, por cinco d¨ªas y medio, el protagonismo sea de la gente en estado puro). La fiesta estaba en marcha.
Luego, siete y cuarto, la plaza arrasada y las hordas juveniles en las fuentes p¨²blicas, la Vitoria m¨¢s tradicional, la de m¨¢s edad y con otras maneras, se reun¨ªa en V¨ªsperas y con la Salve Popular. Por la noche, M-Clan: concierto memorable. La fiesta entraba capilarmente en cada rinc¨®n de la ciudad. Y las bandas de j¨®venes se expand¨ªan por el recinto de la feria. Avanzada la noche, en un rinc¨®n tranquilo, terraza sin sillas, gente en corrillos, se escucha quedo la guitarra ac¨²stica de Nothing Else Matters. M¨¢s all¨¢, basquea alguno. En la ma?ana de hoy, sin embargo, se o¨ªan aleluyas de la Procesi¨®n y el Rosario de la Aurora. Mestizaje de lo viejo y lo nuevo. Gent¨ªo y tolerancia.
Hoy es la Fiesta Grande con misa pontifical, payasos, recepci¨®n oficial, francachela y banquete familiar, corrida y tarde de paseo, que no tienen otro tanto por ah¨ª, que s¨®lo tienen semanas. Desde hoy al jueves, disfr¨²telo usted. Es la fiesta, en la que lo divertido campa a sus anchas y lo respetable deja de ser. Aprov¨¦chelo. Son cinco d¨ªas (y medio) en todo un a?o en que nos olvidaremos de atrocidades espurias y miserias cotidianas. Es la fiesta. Disfr¨²tela con salud.
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