Una plaza con buena estrella

El saber o la suerte son determinantes para acertar en reunir varios d¨ªas seguidos unas cosechas de toros que embistan. Lo han conseguido en El Puerto. Siguiendo con las matizaciones, cuando un toro de Jandilla embiste, se debe saber que lo hace con codicia y, como es plaza lista, no permite ni tanto as¨ª a la torer¨ªa. Fueron bravos y nobles segundo y tercero, basto el uno y fino y m¨¢s avisado el otro. El ¨²nico planteamiento era tirar hacia adelante, llevar los enga?os bajos sin que fuesen alcanzados, es decir, templando, y no dudar nunca, receta simple en la teor¨ªa, pero de rara pr¨¢ctica, que ayer consumaron Conde y Abell¨¢n.

Javier Conde estuvo decidido con el capote y abri¨® la faena espl¨¦ndidamente con unos doblones que crujieron a su enemigo; luego vinieron tres series de derechazos de mano baja, que fueron irreprochablemente ligados, y dos de naturales dando sitio y acertando ritmo y distancia; se adorn¨® lo justo y con gusto y se equivoc¨®, tal vez, al querer matar en la suerte contraria. Del quinto se divorci¨® sin llegar a tirarse los trastos a la cabeza.

Abell¨¢n, adem¨¢s, tuvo el acierto de embarcar dos pases de largo al tercero y, si bien no se entendi¨® con la izquierda, consigui¨® momentos de buen toreo. Recibi¨® al sexto con dos largas cambiadas y ver¨®nicas a pies juntos; el toro se vino arriba en el ¨²ltimo tercio y embisti¨® con codicia, lo que resolvi¨® Abell¨¢n con series limpias de principio a fin, refrendadas esta vez con un mejor uso de la izquierda, con la que, no obstante, hay que limar el defecto de abrir al toro en demas¨ªa. Sufri¨® tres volteretas, dos de ellas al entrar a matar.

Espartaco aguant¨® toreramente las intemperancias del primero y puso mucha voluntad en el cuarto.