Elegancia y jeta
Si te han ca¨ªdo 31 a?os de c¨¢rcel, y eso no hay quien lo mueva, aprov¨¦chalo para hacerte un hombre de bien, para convertirte en un h¨¦roe inverso, en un personaje de novela. Lee a John Le Carr¨¦, por favor, que est¨¢ en bolsillo
'La delincuencia no es ya un hecho al margen del Estado, si es que alguna vez lo ha sido. Hoy d¨ªa la magnitud de las ganancias es demasiado grande para dejar la delincuencia en manos de los delincuentes'. Atravesaba yo este p¨¢rrafo de John Le Carr¨¦ en Single & Single, su ¨²ltima novela, cuando Pilar Valiente se manifest¨® en la tele y dijo que la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores hab¨ªa premiado las irregularidades de Gescartera por nuestro bien.
Volv¨ª a la novela de Le Carr¨¦ y retom¨¦ el p¨¢rrafo desde el principio ('La delincuencia no es ya un hecho al margen del Estado...'), pero le¨ªa mec¨¢nicamente, mientras ve¨ªa a los Gim¨¦nez-Reyna coloc¨¢ndose, o siendo colocados, en las zonas estrat¨¦gicas de la realidad: uno en Hacienda, de secretario de Estado; otro, en el Ej¨¦rcito, de coronel; aqu¨¦l en la SEPI, de directivo, y la hermanita en Gescartera, de relaciones p¨²blicas. Continu¨¦ leyendo ('... la magnitud de las ganancias es demasiado grande para dejar la delincuencia en manos de los delincuentes'), pero dijeron algo de Ramallo y me acord¨¦ de ¨¦l en sus mejores d¨ªas, cuando se levantaba moralmente indignado de la cama y se met¨ªa moralmente indignado en ella. No sab¨ªa Aznar c¨®mo taparle la boca hasta que encontr¨® un bozal en la CNMV.
Yo a lo m¨ªo, me dije. Volvamos al principio para coger carrerilla. ('La delincuencia no es ya un hecho al margen del Estado...'). Pido a mi mujer que baje la televisi¨®n, pero no me hace caso, por lo que me distraigo ahora con la noticia de Sintel, una empresa del Estado con la que se hizo millonario un particular llamado Mas Canosa, conocido benefactor moral del PP ('Hoy en d¨ªa, la magnitud de las ganancias es demasiado grande para dejar la delincuencia en manos de los delincuentes...'). Cuando estoy a punto de llegar a la siguiente frase, aparece en la pantalla Rold¨¢n con la expresi¨®n abotargada que le es propia.
No se puede dejar la delincuencia en manos de Rold¨¢n, leo mezclando una cosa con otra, y recuerdo que cuando el ex director de la Guardia Civil llevaba cuatro a?os en la c¨¢rcel, completamente mudo, pens¨¦ que quiz¨¢ hab¨ªa ca¨ªdo un libro en sus manos, y lo hab¨ªa le¨ªdo con alg¨²n provecho. Este hombre es una bomba, me dije. Y es que atribu¨ª a su silencio un significado que no ten¨ªa. Llegu¨¦ a creer que ser¨ªa interesante indagar en su biograf¨ªa de ni?o pobre: buscar la primera mentira, y la segunda, y la que le hundi¨® tras llevarle a la cumbre. Rold¨¢n estaba hecho de todo lo que sus jefes despreciaban en s¨ª mismos. 'Necesitamos un hombre sin escr¨²pulos', dicen que dijo Guerra, y ah¨ª estaba ¨¦l. Llevaba tanto tiempo callado, mientras sus superiores no paraban de salir en la tele diciendo 'yo no he sido', que cre¨ª ingenuamente que se hab¨ªa puesto a pensar.
Pues no. No ha le¨ªdo ning¨²n libro. S¨®lo ha le¨ªdo el Marca, quiz¨¢ el mismo ejemplar todos los d¨ªas. Un tipo al que, tras cinco a?os en la c¨¢rcel, lo primero que se le ocurre es tomarse un chulet¨®n de ?vila sigue siendo tan majadero como el d¨ªa en el que lo encerraron. Lo peor, con todo, no fue el men¨², sino la declaraci¨®n que hizo ante las c¨¢maras. Si llevas cinco a?os con la boca cerrada, no digo que cites a Shakespeare cuando la abras, pero tienes que decir algo, por favor. Y si te han ca¨ªdo 31 a?os, y eso no hay quien lo mueva, aprov¨¦chalo para hacerte un hombre de bien, para convertirte en un h¨¦roe inverso, en un personaje de novela. Lee a Le Carr¨¦, que est¨¢ en bolsillo. Qu¨¦ forma de desperdiciar el sufrimiento. Cuando o¨ª que Rold¨¢n se hab¨ªa deprimido en la c¨¢rcel, pens¨¦, tonto de m¨ª, que quiz¨¢ ten¨ªa un lado interesante. O¨ª mal. Para deprimirse hacen falta unas condiciones morales y un talento del que este rostro embotado carece. 'La delincuencia no es ya un hecho al margen del Estado...'.
Mi mujer cambia de canal para coger otro telediario en marcha. Sale una vez m¨¢s Pilar Valiente con su clase, su elegancia, su educaci¨®n, su jeta. En efecto, dice que ascendi¨® a Gescartera para controlarla mejor. Pues menos mal que la ten¨ªa controlada. No logro concentrarme, de modo que abandono la novela y cojo el peri¨®dico. El Parlamento italiano ha cambiado una ley para librar de tres procesos a Berlusconi (Cardenal ha salvado a Piqu¨¦ sin tanta ayuda). Jap¨®n no extraditar¨¢ a Fujimori. La CIA pag¨® 2.000 millones a Montesinos aun sabiendo que se dedicaba al narcotr¨¢fico. La magnitud de las ganancias es demasiado grande para dejar la delincuencia en manos de los delincuentes.
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